Una idea argentina que llevó la música como instrumento solidario a otros países

El pianista argentino Miguel Ángel Estrella fundó Música Esperanza, una organización adjunta a la UNESCO, en 1982. Actualmente está integrada por más de 50 sedes en todo el mundo, a cargo de músicos y melómanos dispuestos a devolverle a la música su rol de comunicadora social, de puente entre culturas y de instrumento para la […]

El pianista argentino Miguel Ángel Estrella fundó Música Esperanza, una organización adjunta a la UNESCO, en 1982. Actualmente está integrada por más de 50 sedes en todo el mundo, a cargo de músicos y melómanos dispuestos a devolverle a la música su rol de comunicadora social, de puente entre culturas y de instrumento para la paz.

Desde 1986 la Fundación Música Esperanza funciona en diferentes puntos de Argentina para llevar a los sectores más desprotegidos no sólo la alegría del lenguaje musical, sino también ayuda a nivel cultural, educacional y de salud. La idea de coordinadores y talleristas no es simplemente la de llevar música a los pueblos, porque lo principal es crear el puente a través del cual los sonidos se transformen en energía solidaria, para todo aquél que necesite una mano.

La Fundación funciona en escuelas de bajos recursos, escuelas especiales, barrios populares, hospitales, establecimientos penitenciarios y centros comunitarios. No hay restricciones en cuanto a edades u otro tipo de distinciones, ya que se sostiene que la música derriba aislamientos y fortalece la identidad, es por esto que cualquier persona que quiera ser parte tiene las puertas abiertas.

En el caso de Argentina, la Fundación funciona gracias a convenios con universidades, centros de salud, escuelas y otras entidades humanitarias, además de organismos públicos y privados, y personalidades del arte, la cultura y la ciencia. También está el apoyo de todo aquél que quiera realizar donaciones a la entidad.

Entre las actividades que se realizan, existen programas de alfabetización, talleres musicales, de danzas y ayuda en salud, a través de las salas de primeros auxilios. Sea cual sea la ubicación de la sede, el objetivo siempre es el mismo: la música al servicio de la solidaridad y la paz.

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