Cortado, friccionado y con poco juego. Así arrancó el encuentro en el “Cilindro” de Avellaneda. Entre golpes y más golpes pasaban los primeros minutos. Las muestras eran el colombiano Giovani Moreno en Racing, ni bien arranancó el partido, y el uruguayo Mario Reguerio, que poco después debió salir por una lesión. Lucha más que fútbol, en ese arranque.
El “Granate” intentaba por las bandas, aprovechando la velocidad de Nicolás Ramírez y los pases largos que podía diagramar Guido Pizarro desde su propio campo.
El local tenía las mejores intenciones en la puerta del área defendida por Agustín Marchesín, a partir de la pegada de Patricio Toranzo, la carta más utilizada, entre centros y disparos de media distancia.
El ingreso rápido desde el banco de suplentes por parte de Santiago Salcedo le dio a los dirigidos por Luis Zubeldía mayor fortaleza en el campo rival en asociación con Silvio Romero. Entre los dos tuvieron las más claras de forma consecutiva: a los 20’ luego de dos caños seguidos, el delantero paraguayo se acercó al filo del área de la “Academia” y remató para que se luciera el arquero De Olivera.
Allí el partido tomó ritmo y el vértigo. El mediocampo parecía ser de puro tránsito. Y las jugadas de peligro se sucedieron una tras otra.
Luego de un pase al vacio de Sebastián Blanco, Romero definió solo ante el arquero y se fue arriba del travesaño, ante la mirada de los defensores. No quedó ahí la cosa, pues minutos después “Blanquito” apuntó al arco desde el punto del penal y De Olivera volvió a responder. Ya se convertía en figura.
Por su parte, Racing apostaba a los desniveles de Pablo Luguercio, pero sin demasiado peligro. El elenco “Grana” empezó a manejar los hilos del encuentro, con la calidad y buen manejo por parte de su línea de medios. La vuelta de Agustín Pelletieri al once inicial fue un aporte fundamental.
Todo el fútbol fue un espejismo. Así como inició el primer tiempo, se fue diluyendo. Con golpes y muchas faltas arrancó, y con fricción y más polémica terminó, porque los jugadores pasaban más en el piso que de pie. La medida de esa situación estuvo en Salcedo, que ingresó a los 10 minutos por la lesión de Regueiro, y salió después, lesionado.
¿Pero alguien dijo que terminó el primer tiempo? Quedaba mucho por delante: a los 42’ un centro al área del visitante: un mal rechazo y la pelota cabeceada en la línea por parte Matías Martínez. Racing se ponía en ventaja mientras las protestas de Lanús caían sobre el árbitro, Diego Abal,pues se quejaban que la pelota no había ingresado al arco.
Pero el partido no daba respiro y un instante después, Pelletieri se fue expulsado por Abal en una confusa jugada. El tono violento se mantuvo desde el primer minuto y así terminó el primer período.
En búsqueda de un poco de calma en los vestuarios, Lanús se iba con saldo negativo: dos delanteros lesionados, un expulsado y con el resultado adverso. Todo en apenas 45’. Racing, tan solo un poco más tranquilo.
La idea del complemento se aclaró desde el principio. Los de Zubeldía se adelantaron unos metros en el campo rival, en un intento por presionar más arriba. La “Academia”, con espacios libres, buscó manejar la pelota con cautela, haciéndola circular de forma horizontal, a la espera del error ajeno.
Toque y toque. De esa forma avanzaba el conjunto dirigido por Miguel Angel Russo. Aunque sin profundidad, los pases cortos iban de un lado a otro y de vez en cuando algún remate era respondido con eficacia por Marchesín, que sostenía la ilusión del “Grana” de alcanzar la igualdad.
Hasta que a los 18’, el juez cobró un penal para el local luego de una escapada de Moreno. El colombiano se hizo cargo de la ejecución y puso a Racing 2-0. Para la visita, todo cuesta arriba. Sobre todo cuando al instante, Maximiliano Lugo agredió a Brian Lluy y vio la roja.
A partir de allí, fue todo celeste y blanco, a la par de la desesperación de un Lanús que no encontraba los caminos y lo único que sumaba era pura impotencia.
A falta de 15’ para el final, el toque racingista tuvo resultado. Entre Moreno y Gabriel Hauche armaron una jugada que definió Matías Cahais con el arco vacío.
Desde ese momento no hubo más partido, y sólo quedaba tiempo para ver cuántos goles pretendía convertir el local.
Uno más llegó. Otra apilada de Moreno y luego del rebote en el arquero granate,
Hauche remató y aportó para completar el póker goles. A tal punto la goleada de la “Academia”, que se dio el lujo de brindarle un lugar a Roberto Ayala, por primera vez en la temporada.
Una nueva derrota sumaba el “Granate”. Otro abultado resultado en contra luego de la caída en casa ante Godoy Cruz. Racing, que venía de cuatro compromisos sin sumar puntos, consiguió tres unidades que le sirven para engrosar su promedio y aclarar su horizonte.
El elenco del Sur del GBA se llevó del “Cilindro” un duro resultado en contra que lo sumerge en dudas, lo envuelve en dificultades y lo complica de cara al futuro. Por lo pronto en este presente, Racing jugó con Lanús…
AUNO-17-09-10
MRQ-LDC