Una ciudad unida contra la contaminación ambiental

La lucha de los habitantes de Esquel contra la explotación de una mina de oro y plata y los daños ambientales que provoca fueron los temas que analizaron miembros de Vecinos Autoconvocados por el “#732;No a la Mina”#8482; en una charla en la que relataron su experiencia.

Por Esteban Vera

(AUNO-Tercer Sector*) Los números del comercio exterior reflejan que la Argentina exporta principalmente productos derivados de la minería, tal como el oro, entre otros minerales. Por ello, la Patagonia, rica en estos metales preciosos, es escenario de conflictos periódicos entre las multinacionales y las comunidades locales. En el 2003, los habitantes de Esquel, una ciudad chubutense ubicada a más de dos mil trescientos kilómetros de la Capital Federal, a través de un plebiscito le dijo “no” a la explotación de una mina por parte de una firma canadiense por provocar daños ambientales en la región. Y consiguieron que en julio se aprobara el proyecto que prohíbe el uso y explotación de cianuro y mercurio en la provincia de Río Negro.
“Los problemas de los compuestos químicos usados (y que se generan) en la minería a cielo abierto con cianuro”, fue el tema central de una charla en la que un grupo del movimiento de Vecinos Autoconvocados de Esquel, contaron su experiencia ante miembros de organizaciones barriales y sociales.
“Continuamos luchando para que Meridian Gold no explote la mina”, apuntó Marta Sahores, representante de Vecinos Autoconvocados por el “#732;No a la Mina”#8482;, en el encuentro organizado por el Grupo de Estudios Rurales, el Instituto Goethe y el Foro de Ecología Política.
El yacimiento de oro y plata “#732;El Desquite”#8482; es propiedad de la empresa canadiense Meridian Gold, que desde hace tres años trata de extraer metales preciosos de una mina a cielo abierto, localizada a siete kilómetros de Esquel, una ciudad de más de 35 mil habitantes. Para poder obtener los minerales de las rocas tiene que utilizar cianuro, un químico toxico, que puede provocar daños funestos en la región. Además, la extracción de los metales implicaría “realizar inmensos posos al aire libre, denominados tajos”, señaló Sahores.
Frente a este panorama, los ciudadanos de Esquel se organizaron y presionaron al gobierno provincial para que realice un plebiscito. En marzo de 2003, el resultado fue lapidario para los impulsores del yacimiento: el 81 por ciento de los votantes se manifestó por “el no la mina”. Entonces, a pesar de no ser vinculante, las autoridades provinciales obligaron a la empresa a suspender los trabajos en el yacimiento. “La mina no está en funcionamiento “#8220;dice Sahores a Auno/Tercer Sector- pero si los dejamos seguramente va volver a funcionar”.
Matilde Lenzano, ex concejal y miembro del movimiento vecinalista contó cómo los vecinos comenzaron a movilizarse para impedir que se concretara con la explotación. “Buscamos información en Internet, organizamos charlas informativas con especialistas en el tema, reunimos antecedentes sobre el cianuro y sus efectos, y empezamos a manifestarnos con movilizaciones para presionar a las autoridades municipales y provinciales”.
La respuesta de la comunidad fue tan contundente que recibieron adhesiones de muchas otras zonas de la región cordillerana. Sahores agregó que están en “contacto con Greenpeace, con Tambogrande de Perú y otras organizaciones pequeñas de la zona y del país para luchar contra con la instalación de las minas”, ya que la problemática es similar en todos los países con reservas mineras y sin políticas de protección.
El arribo de multinacionales de manera sistemática arranca a partir de la década del 90 cuando la administración menemista se dedicó a favorecerlas rematando las riquezas del país. “El menemismo sancionó leyes “#8220; apunta Sahores- que favorecen la explotación de oro en el país. Se les devuelve el IVA, tienen 30 años de estabilidad impositiva, no tienen que pagar ingresos brutos, reciben subsidios, no tienen que traer sus ganancias al país y al oro no se le aplican retenciones, gracias a Menem y a Cavallo”.
Tras la exposición de Sohares, se proyectó el video-documental “El oro de Futa Mawiza, la mina que sublevó a la Patagonia”, en el que durante 60 minutos los habitantes de la localidad chubutense cuentan los peligros ambientales que produciría la instalación del yacimiento en ese espacio geográfico codiciado por los mineros.
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Cómo contactarse:
Marta Sohares:
E-mail: martasohares@ciudad.com.ar
www.noalamina.i8.com
www.esquelonline.com/~noalamina
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Agencia Universitaria de Noticias y Opinión.
*Revista Tercer Sector

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