Un nuevo encuentro por el «último día de la libertad indígena»

Por tercer año consecutivo, el Encuentro por la Resistencia Indígena, conformado por organizaciones sociales de Lomas de Zamora, llevaron a cabo el «contrafestejo» del Día de la Raza. El lugar fue el de siempre: la rotonda de Puente La Noria, a la que los organizadores rebautizaron como un espacio de lucha de los pueblos originarios.

Hace años que organizaciones indígenas llevan a cabo actividades en diferentes puntos de la ciudad de Buenos Aires y el Conurbano para reservar y preservar sus derechos. Uno de ellos es el que surgió hace tres años, el Festival “Encuentro por la Resistencia Indígena” realizado 11 de octubre en la rotonda de Puente la Noria, donde cerca de 300 personas apoyaron las propuestas de lucha por los pueblos originarios, y conmemoraron “El último día de la libertad indígena”.

El escenario expectante bajo el recalcitrante sol del sábado por la tarde aguardaba la salida de las bandas que acompañarían y brindarían su apoyo en este acontecimiento. La impaciencia y la inquietud crecía de la mano de la audiencia que disfrutaba y festejaba de variadas maneras, con sus botellas, zancos y rayuelas que como arte efímero se borraban de la tierra cuando aparecían en los bailes del grupo comunitario de Sikuris.

El festival contó con la presencia de integrantes de la comunidad Toba de la provincia del Chaco. Su representante Félix Díaz sostuvo que su pueblo quiere “recuperar las tierras que le pertenecen” y agregó que se necesita que el conjunto de colectividades “luchen para salir de la esclavitud”.

Con un agudo sentido del respeto y con un micrófono de por medio, uno de los organizadores del encuentro y antropólogo del Voluntariado Universitario, Daniel Ozuna describió la historia de los pueblos originarios, del “desalojo de las familias que vivían en paz”, y propuso mensajes con clara carga política.

También, el antropólogo manifestó su preocupación acerca de la marginación y la pobreza que según él se propagó en Chaco “con las políticas neoliberales” y que a partir del avance de los proyectos capitalistas, de monocultivos, y de la frontera sojera, “los indígenas perdieron espacios de monte donde tenían su alimento y eso aumentó los casos de desnutrición”.

La mayoría de los presentes en la rotonda del acceso suroeste de la ciudad al Conurbano fueron los grupos que conforman el “Encuentro por la resistencia indígena” y otras agrupaciones que brindan su apoyo como los Querandíes, Cruce Libertad, la Fundación Che Pibe de Villa Fiorito, el Centro de Estudios Americanistas de Capital Federal y el Voluntariado Universitario de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.

“Vemos que la identidad de un toba se puede cruzar con la identidad de un pibe que escucha heavy metal o de otro que plantea ideas anarquistas. Esa lucha común es la que nosotros planteamos. Apuntando a lo mismo, a la búsqueda de dignidad, de mejores condiciones de vida, fundamentalmente de justicia y de dignidad como personas”, expresó Ozuna.

Las bandas que se presentaron sobre el espacio circular, pese a la lluvia, fueron Las Pastillas del Abuelo, Ravioles, La López Pereyra, Según para mí, Insurrectos y Tren loco, que por problemas meteorológicos no tocó.

El símbolo de los pueblos originarios junto con frases que se desplegaban en banderas o emblemas lograron dejar en claro qué es lo que quieren, de qué lado están y que política acompaña sus ideas, como “Abajo y a la izquierda esta el corazón”, o “Tejiendo redes para el cambio social” y con “No queremos que nos mate el capitalismo”. En ese marco la fiesta cedió espacio a las bandas y dejó el eco las palabras.

MLM-AFD
AUNO-12-10-08
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