La intención de reunir células correspondientes a variedades étnicas locales obedece a que las provenientes de los bancos de Europa –que eran los que se venían utilizando hasta ahora- no resultan compatibles, por lo general, con las poblaciones latinoamericanas.
Para alcanzar esta meta el Garrahan realiza convenios con provincias para que se conviertan en “centros de colecta que aportarían la variabilidad genética que busca este proyecto”, explicó la responsable del programa.
Cecilia Gamba, bióloga del Servicio de Hemoterapia del Garrahan, a cargo del procesamiento de las unidades, destacó que “la importancia de contar con un banco público en el país es reducir los costos que generaba solicitar una unidad del exterior, pero además tendremos perfiles genéticos autóctonos, que no se encuentran tan sencillamente en el mundo”.
Con el surgimiento del primer banco público en la Argentina –el tercero en América Latina, después de México y Brasil— se busca tener un “registro genético de las minorías étnicas, aborígenes latinoamericanos y la mezcla que caracteriza a los pueblos latinoamericanos por la unión de europeos y aborígenes”.
Las células madre poseen la propiedad de renovarse o reemplazar otras células sanguíneas –glóbulos rojos, blancos y plaquetas-. Se utilizan fundamentalmente para efectuar transplantes de médula ósea. Hace poco tiempo, para realizar este tipo de transplante, era necesario contar con las células madre que se extraían de la médula de la persona que era donante llevándola al quirófano. En la actualidad, gracias a conocerse la posibilidad de extraer sangre del cordón umbilical en el momento en que nace un bebé y guardarla.
Entre las enfermedades hematológicas y congénitas que podrían resolverse con un transplante de células madre extraídas de cordón umbilical están las leucemias agudas y crónicas, anemia hereditaria, anemia aplástica o adquirida; talasemia la alteración de la hemoglobina que provoca anemias severas, la leucemia o los linfomas, “así como para cualquier cáncer en cuyo tratamiento sea necesario reconstruir la médula ósea dañada por la quimioterapia”.
En la búsqueda de formar un centro de características heterogéneas, el Hospital Garrahan suscribió acuerdos con hospitales de diferentes lugares de la Argentina. En ese sentido, tiene un convenio con la maternidad porteña Sardá que “tiene una población especial de minorías étnicas y aporta a nuestro banco una diversidad étnica importante”, destacó Gamba a AUNO. Además, está relacionado con el Hospital Británico y su filial en Rosario, y el Hospital Alemán. “Hay provincias como Chaco, Tucumán y Mendoza que están intentando sumarse al proyecto como centros de colectas”.
“Se podrían recibir las unidades de las provincias y procesarlas y almacenarlas en el Banco del Garrahan, ya que contamos con una capacidad de almacenamiento de 3.600 unidades. La participación de las provincias como centros de colecta aportaría la variabilidad genética que busca este centro de células.”
El hospital lleva almacenado 550 unidades que cumplieron con los requisitos de calidad necesarios de las 650 colectas que se realizaron en lo que va del programa (las donaciones, para ser almacenadas, tienen un proceso de un mes y medio de evaluación). Sólo 80 fueron informados al Incucai y de esta manera “están a disposición de cualquier persona del mundo que lo solicite”.
Las madres son informadas sobre la posibilidad de donar el cordón umbilical en cada maternidad, “se les entrega un tríptico en forma de pregunta-respuesta (qué es la sangre, para qué se usa, qué vamos a hacer, qué significa la donación) y se les hace firmar un consentimiento, que es un documento donde queda manifiesto el deseo de donar”, detalló la bióloga. Luego se realizan “llamadas telefónicas” a la familia donante durante el primer año de vida del bebé para controlar la evolución del niño.
en condiciones especiales, puede ser utilizada por cualquier persona que lo necesite.
El Banco de Células Madre no es la primera iniciativa del Garrahan. En 1996 el programa estaba dirigido a familias “que ya tenían otro hijo con una enfermedad tratable con un transplante de médula ósea, entonces se guardaba la sangre del hermanito al nacer”. En abril de 2005, el hospital comenzó el programa “no relacionado” o el banco público donde se acepta la donación de cualquier familia “que desee donar” para ayudar a la persona que lo necesite.
El proyecto del Banco público surgió alrededor del 2000, según explicó Gamba, pero su puesta en marcha comenzó cuando el Ministerio de Salud aportó un “bioarchivo, que permite almacenar hasta 3.600 unidades”, y el Sepax que es un equipo que procesa automáticamente las unidades de sangre de cordón para obtener un concentrado de células progenitoras hematopoyéticas, que son almacenadas en nitrógeno líquido, a 196° bajo cero de temperatura. Además, este equipo permite obtener “un producto estandarizado igual al producido en otros países en pocos minutos”. Sin el aporte de estos aparatos la tarea era “muy complicada y los resultados no eran los específicos, siempre se producía una variación”. Con el uso de estos equipos, el Banco de Células madres argentino se maneja de la misma manera que en el resto de las bancos del mundo.