Lanús, septiembre 9 (AUNO).- Los alumnos y docentes de la Escuela Municipal de Idiomas de Lanús (EMIL) temen un vaciamiento: la Municipalidad amenaza con quitarles sus horas de clases y disolver la cooperadora que mantiene a flote la institución. Sienten que viven “en una incertidumbre”, expresó a AUNO Emmanuel Videla, uno de los profesores. Y es que su continuidad en el 2017 tambalea.
La intención del gobierno local es poner en funcionamiento un instituto superior de inglés en las mismas aulas y horarios que la EMIL. Pero, según relató Videla, “no se podría convivir con el profesorado sino que debería reestructurarse el edificio, porque sólo hay ocho salones y todos están ocupados.”
Además, consideró que es un “doble ataque”: “no sólo quieren ocupar el espacio en el mismo horario y en las mismas aulas”, sino que a una parte de los profesores se le “impuso” que forme parte del plantel del instituto, para de esta manera “generar un conflicto” entre el cuerpo docente.
Los docentes nunca fueron convocados. “La secretaria de Educación de Lanús, Thelma Biboni, vino un día a hablar con los directivos sobre temas que nada tenían que ver. Cuando se le hizo la pregunta de por qué nunca nos citaron, dijo que sí lo habían hecho pero que no se nos había notificado”, contó Videla. “Aparte, la subsecretaria, Beatriz Capellá, dijo que los profes habían entendido mal, que en realidad tenían la opción de elegir o no”, agregó.
En este marco, los alumnos se autoconvocaron para mantener abierta la escuela. Crearon una página en Facebook llamada EMILnosetoca, en la que, además de aportar sus testimonios, invitan a responder encuestas. Gisella Drezek, una de las alumnas, señaló que desde la Municipalidad les aseguraron que “no iba a pasar, que no iba a instalarse el profesorado ahí y que todavía tenían que aprobar el proyecto”. Sin embargo, a los profesores les dieron un plan de estudios.
Por otra parte, la repartición de los gastos de la EMIL no es equitativa: el 60 por ciento de los sueldos, 45 de los 54 cursos y todo el inventario necesario para las clases provienen de una cooperadora —los estudiantes pagan 100 pesos mensuales—, que la gestión de Grindetti quiere disolver por ser “irregular”.
“La Municipalidad aporta presupuesto para pagar horas de las cátedras a destajo, es decir que estamos contratados por locación de servicios y que mes a mes se renueva. La primera embestida fue en febrero, cuando nos dijeron que iban a cerrar la cooperadora con la promesa de que en abril los profes pasábamos a formar parte del presupuesto municipal. Abril pasó y eso no sucedió. No nos garantizan que mantengamos nuestros puestos de trabajo”, comentó el docente.
Hace 27 años que la escuela brinda un servicio público de educación en idiomas (portugués, italiano y alemán, entre otros). Quienes la integran la defienden. Los profesores buscan mantener informados a los alumnos de la situación. Ellos, por su parte, difunden y visibilizan la pelea con voz propia. Y todos, por el momento, intentan resolver los conflictos en mesa de diálogo.
AUNO-09-09-2016
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