Santiago Silva, en nombre del gol

Con 14 tantos en su haber, el uruguayo se coronó como el máximo goleador del Apertura 2009 y resultó clave para que el equipo de Julio César Falcioni se quedara con el campeonato. «Hice un aporte brutal, pero el mérito es de todo el plantel», destacó el artillero, que sueña con seguir en el «Taladro». «Me quiero quedar en este club y pelear por cosas importantes», remarcó.

Un caluroso 23 de enero de 2009 llegó a Banfield. Fue el momento justo. El conjunto conducido en ese entonces por Jorge Burruchaga necesitaba goles tras la salida de Darío Cvitanich. Y el uruguayo Santiago Silva pretendía plasmar la continuidad que no había logrado en Vélez, donde no pudo ganarse un lugar. Ambos se necesitaban. El club y el jugador. La circunstancia de la vida los unió. Sin pensar que, a partir de allí, comenzaría a forjarse un sueño.

La fantasía se fue haciendo realidad de a poco. En su primer torneo con la camiseta del “Taladro” (Clausura 09), los goles tardaron en llegar. Recién sobre la parte final logró asentarse y formar una sorprendente sociedad con su amigo y compatriota Sebastián Fernández. “A partir de entonces puede que haya comenzado a forjarse esta historia, y también el título”, analiza el goleador como siempre, con la cabeza fría.

Pero tiene el corazón caliente. Por eso, su segunda etapa fue mucho más productiva. Los números son contundentes: 14 goles en 19 partidos. Cinco tantos menos de los que había marcado hasta ese momento en toda su carrera en el fútbol argentino –donde cumplió 83 presentaciones—. Hasta hoy, su momento cúlmine, cuando se erigió como pieza fundamental de Banfield, en el cual se destacó como figura y goleador.

“Hice un aporte brutal, algo importantísimo para mí, pero el premio es de todos”, sostuvo el delantero repartiendo méritos. Sin embargo, no se le puede negar el esfuerzo. Empuja y transmite aunque la marca no sea su trabajo habitual. Deja el alma en la cancha. Hace goles pero también sabe ser solidario. Por todo eso resulta “impagable” para él tener el primer título del club en sus manos. Histórico.

Las sensaciones son todas buenas. El desenfreno se nota en esa corrida que se animó a dar en cuero, en el estadio Florencio Sola. Ante una multitud. Es que se trata de disfrutar. “Nadie nos regaló nada y ahora es un desahogo muy importante conseguir este campeonato. Algo único”, dice tras esquivar a una marea de gente y meterse de lleno en el vestuario para volver a saltar y cantar. No para. Santiago Silva nunca para.

Se abraza con el “Chiquitito” Fernández. Su compinche, su compañero adentro y afuera de la cancha. Con quien sueña jugar algún día en la selección uruguaya. “Ya se va a dar”, afirma porque cree que todas las chances siempre llegan en la vida. “Si no miren a Banfield. Hicimos una gran campaña, somos un equipo humilde y sólido que estuvo 15 fechas invicto, tuvimos el arco menos vulnerado y por eso fuimos los mejores”, sostiene relajado.

Ahora todo es expectativa. Cumplió una etapa pero quiere “seguir en el club, y conseguir más cosas importantes”. Todo dependerá de los dirigentes. Al artillero, que se inició en Central Español, de Uruguay, se le termina su contrato a préstamo por un año y el “Taladro” tiene una opción de compra de un millón 200 mil dólares por el 50 por ciento de su pase. Una suma que el uruguayo se encargó de pagar con el rendimiento que cumplió a lo largo del Apertura.

Los hinchas de Banfield quieren que se quede. Porque ya entró en sus corazones. Por una puerta gigante como su figura. Que ya cumplió “un sueño”, pero él se esperanza en conseguir muchos más…

AUNO-14-12-09
NS-LDC
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