AUNO-TERCER SECTOR*) Bancarizar a todos los beneficiarios de la asistencia social con el propósito de transparentar los esfuerzos oficiales destinados a combatir la pobreza “es una alternativa viable”. Así lo consideran los profesionales del Centro de Estudios sobre la Nutrición Infantil (CESNI), una organización no gubernamental que impulsa la compra de alimentos con tarjetas magnéticas como parte de una campaña destinada a combatir el hambre en el país.
El programa “Cuchara, cuchillo y tenedor en casa” cuestiona las prácticas oficiales y privadas en cuanto a los planes alimentarios que se implementan desde hace por lo menos veinte años. “La entrega de cajas con comida o la proliferación de comedores es algo obsoleto “#8220;explica Sergio Britos, coordinador de la organización-. En cambio, una dotación de tarjetas magnéticas les permitirá a las familias adquirir alimentos en forma más directa”.
Los impulsores de la campaña proponen que la utilización de la tarjeta magnética puede extenderse por un valor de 50 pesos y se implementaría, según la propuesta, mediante un programa informático “muy sencillo” que podría desarrollarse desde la banca oficial y que alcanzaría a las familias con hijos menores de tres años.
“Cientos de miles de chicos se alimentan en comedores comunitarios. La base de esta nutrición son guisos, polentas, o sopas que no cubren los requerimientos mínimos de hierro, zinc, vitamina c y calcio, y esto es una de las facetas de lo que llamamos desnutrición oculta”. Con este proyecto, podemos avanzar hacia una alimentación mejor y más variada, y en el propio hogar”, argumenta Britos.
Este nuevo programa de asistencia social no necesitaría de nuevas partidas presupuestarias. Alcanzaría con sumar todos los fondos oficiales destinados a combatir el hambre y realizar una mejor distribución. Según el representante del Cesni, “si las madres con hijos menores de tres años pueden comprar alimentos en forma directa sin esperar la recepción de una caja se estará ante una alternativa más transparente”.
La iniciativa fue presentada al Gobierno nacional y tuvo una buena recepción. Daniel Arroyo, viceministro de Desarrollo Social, estimó que este plan podría aplicarse en forma gradual partir del 2004. En tanto, la Asociación de Bancos de la Argentina (ADEBA), consideró, según Britos, que el sistema puede aplicarse en todos los comercios del país, sin importar el volumen de ventas que posean.
“Aunque parezca complicado es muy sencillo la instalación de máquinas de posnet en los negocios del país. Es barato y los pequeños comerciantes se beneficiarán con su implementación. La distribución de alimentos sería más eficaz y transparente con este sistema”, insiste.
Desde el Cesni se considera que los esfuerzos oficiales en materia de lucha contra el hambre deben privilegiar la alimentación y el cuidado infantil desde los hogares. “Las madres tienen capacidades no aprovechadas para acompañar la salud, la nutrición y el desarrollo intelectual de sus hijos. La familia, y no los comedores, deben ser el principal destinatario de las acciones comunitarias”, señala Britos.
La institución propone acompañar este plan con programas sobre información alimentaria y el cuidado de la salud y la estimulación temprana de los chicos. “Desde la irrupción de la crisis social los comedores comunitarios han realizado una gran tarea; le salvaron la vida a muchos chicos argentinos. Pero lo mejor es que los niños coman en sus casas. Hay que apoyar la sabiduría de las familias, que aun en la pobreza son capaces de elegir y comprar buenos alimentos, si cuentan con el dinero y buena información”, asegura Britos.
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Cómo comunicarse:
Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (CESNI): Teléfono, 4334-1545.
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