Lomas de Zamora, octubre 02 (AUNO) – La licenciada en Psicopedagogía Adriana García afirmó a AUNO que es “importante la Ley de Dislexia” para que la obra social abone los “tratamientos interdisciplinarios” y para que “capacite la formación docente”, en el marco de la charla “Políticas educativas inclusivas e Intervenciones Psicopedagógicas para la Dislexia” que se realizó en la Biblioteca de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.
La dislexia es un déficit reurobiológico de origen genético, que surge desde la niñez y no tiene cura, en el procesamiento de la información que repercute en la comprensión del texto y que también puede afectar en el habla o en la atención.
Este trastorno no afecta en el intelecto de quien la padece, pero a la hora de aprender necesita el apoyo de diferentes especialistas como un psicopedagogo, un neurólogo, la psicólogo, el docente y también de la familia.
La charla contó con la participación de García, la neuróloga Mónica Robertella y Christián Hernán Herrera, presidente de Dislexia La Plata, y paciente con esa condición, quienes disertaron en el marco de una Biblioteca repleta de estudiantes de la carrera de psicopedagogía.
“Se piensa al chico como sujeto de derecho, donde los psicopedagogos tienen que ‘jugarse’ por el diagnóstico para derivar a otro especialista y que empiece el tratamiento. Como dijo un profesor que tuve en esta facultad: ‘nosotros somos un puente’”, expresó García.
La especialista recalcó que la detección temprana es “primordial” para tener un tratamiento efectivo, pero remarcó que el abordaje del trastorno primero “empieza por la familia” y, después sigue con los especialistas.
“El tratamiento tiene que empezar desde la niñez con la alfabetización, desde la comprensión, la escritura y el habla. La función de nosotros (psicopedagogos) es la de ser ‘puentes’ entre la escuela y el alumno”, resaltó la egresada de esta casa de altos estudios.
Herrera contó sus padecimientos por sufrir dislexia, como por ejemplo llegar tarde a lugares, tener problemas a la hora del aprendizaje o ser tildado de ‘vago’ en el colegio porque la institución ignoraba la dislexia.
“Es necesario que se le tenga empatía y amor al que padece este trastorno porque le afecta al autoestima, que es débil. Aunque, en este momento no es lo mismo que la dislexia hace 30 años”, comparó el presidente de Dislexia en La Plata sobre la información que hay de esta condición.
Por su parte, Robertella citó las estadísticas que arrojan que del 10 al 15 por ciento de los chicos en un aula padecen este trastorno.
AUNO 02-10-2016
AR-AFG