Lomas de Zamora, agosto 30 (AUNO).- Para muchas organizaciones sociales y trabajadores de la infancia, el gobierno bonaerense “no ayuda” a garantizar los derechos del niño. Por eso marcharon ayer desde el Congreso hasta la Casa de la Provincia de Buenos Aires en reclamo del pago de los convenios que el Ejecutivo a cargo de Daniel Scioli les había asegurado y cuyo incumplimiento pone en riesgo la asistencia a miles de niños y adolescentes.
Con la excepción de algunos pocos turistas y porteños empeñados en atraer a las palomas en búsqueda de alimento, la plaza del Congreso estaba vacía. Pero ya a las dos de la tarde y a rajatabla con lo que anunciaba el volante de la convocatoria, los micros con chicos y educadores empezaron a estacionarse en las calles linderas de la plaza. La marcha empezaba a tomar forma.
Fue una manifestación de y por la niñez, en la que la infancia ganó la calle y reclamó ser cuidada por el Estado bonaerense. Un reclamo en la que los juegos, la merienda, las murgas, las canciones y el dibujo fueron el medio por el cual se denunció el abandono de las políticas de asistencia por parte de la administración de Scioli.
“Estamos acá porque la Provincia avasalla los derechos de los pibes y porque en un país con la riqueza que tiene Argentina es un crimen que haya chicos en la situación en la que están hoy”, explicó Omar Giuliani, del hogar Ruca Hueney, una organización de General Rodriguez, y aseguró que con el desfinanciamiento de las organizaciones de la niñez “se pierde la oportunidad de generar un país digno donde tengamos lugar todos y no unos pocos, como está sucediendo”.
Los primeros que bajaron a la plaza fueron los pibes de la agrupación Exaltación de la Santa Cruz. Su murga, compuesta por chicos de entre 6 y 14 años, fue la punta de lanza de la columna que recorrió los iniciales 300 metros de la avenida Callao hasta llegar a la puerta vallada de la Casa de la Provincia de Buenos Aires.
Giuliani sostuvo que esa presencia de los chicos en la manifestación “es un acto pedagógico, es enseñarles que los derechos son algo que se debe conseguir y que se consigue peleando”. Durante la movilización, decenas de niños y jóvenes caminaron con pancartas o tocando redoblantes y bombos. Algunos dibujaron sus interpretaciones de lo que consideran sus derechos para colgarlas en las vallas del edificio mientras otros cantaron, pintaron rayuelas y saltaron la soga en medio de Callao. Una de las nenas que estuvo al frente, detrás de la ancha bandera que hacía de primera línea de la columna, agitó durante toda la tarde su pancarta: “Infancia es destino”.
Sin los hogares y las organizaciones “se pierde inclusión, se pierden derechos humanos”, aseguró Sergio Miguez del Servicio de Paz y Justicia, de Pilar. También remarcó que su organización “le da lugar a chicos que se quedan afuera de la educación, de la familia y que quedan presos de lo que la sociedad les tira encima y no pueden procesar. Se le da un espacio en donde pueden hablar y ser escuchados”.
Marta, una de las madres de la agrupación Alejo, de Fiorito, resaltó que para ellas “es un orgullo que los chicos empiecen a luchar por lo que les corresponde”. Según la mujer, no sólo está en riesgo la alimentación de los jóvenes y niños, sino también “la contención que les dan, el apoyo, la enseñanza”. “Hay un día a día de nuestros hijos que tenemos miedo de que se pierda”, reconoció.
De los 15 micros en los que viajaron los cerca de 400 manifestantes, uno estacionó en la puerta de la Casa de la Provincia y funcionó como radio abierta. Desde los parlantes, voces de adultos, adolescentes y nenes repitieron lo que fue la consigna de la jordana: “Que se respeten los derechos de nuestros pibes”. En la misma línea, demandaron por la radio que se cumpla la ley de protección integral de la niñez y la adolescencia (ley 13.928) con un presupuesto acorde y destacaron que este problema no es exclusividad de la provincia, si no que también le corresponde tomar parte al gobierno nacional.
De la jornada de protesta participaron, entre otros, ATE Buenos Aires, CTA bonaerense Hijos del Campo, la Red de Hogares y Centros de Día de Buenos Aires, Ruca Hueney, Servicio de Paz y Justicia, El Foro por los Derechos de la Niñez, la Adolescencia y la Juventud, la fundación Che Pibe y Chicos del Sur, además de los trabajadores del programa Envión.
Estela Rojas, de Chicos del Sur, una organización de Fiorito, resaltó que más allá de las necesidades básicas en las que asiste la fundación y de los talleres (panadería, apoyo escolar, lectura) que se dictan, “se genera un vínculo con los niños y un espacio de construcción”.
“La patria que nosotros queremos en grande la empezamos a construir desde los chicos”, manifestó. Por otro lado, se quejó de que la situación en los barrios más pobres, donde “se necesitan otras políticas de infancia, sociales y económicas” y comparó el desfinanciamiento de las políticas de infancia con la situación que atraviesa la educación: “Son dos caras de la misma moneda, un ajuste que tiene que ver con las políticas sociales y de educación”.
Hacia el final de la marcha, muchos de los pibes ya estaban en plena merienda sobre el asfalto, mientras los clientes de los bares de Callao miraban la calle, transformada en un espacio de protesta y de expresión de la poderosa sencillez con la que los nenes salieron a defender sus derechos mostrándose como lo que son. Ahí es donde Estela Rojas encuentra la clave, en “construir a partir de esta fuerza, de la fuerza innegable de estos chicos que son quienes nos llevan a nosotros. La fuerza está en ellos”.
JR-AFD
AUNO-30-08-12