Luego de persistentes reclamos de los trabajadores, una empresa productora de caños para el Gasoducto del Noroeste argentino, ubicada en la localidad de Valentín Alsina, en Lanús, decidió extender durante dos semanas el plazo de negociación con los empleados a fin de llegar a una solución respecto de 75 despidos que la fábrica había programado para la próxima semana.
En diálogo con AUNO, el empleado y delegado de la comisión interna de la planta, José Villa, explicó que después de muchos años de soportar “contratos eventuales y abiertos”, es decir sin tiempo definido, los trabajadores piden que la empresa “efectivice a todo personal”.
Según contó el metalúrgico, en octubre de 2006 Tenaris sumó a los 250 metalúrgicos efectivos que tenía la empresa “alrededor de 110 trabajadores que firmaron un contrato eventual” para realizar labores dentro del mercado interno, y al mismo tiempo capacitarlos para la obra proyectada del Gasoducto del Noreste Argentino (GNEA), más conocida como Gasoducto de Bolivia.
Los 75 puestos de trabajo que están en peligro corresponden a los más de 100 trabajadores que la empresa empleó y que según Villa habían sido “contratados de palabra” por un año, con posibilidad de extender el trabajo dos más debido a “las obras para la construcción de ese gasoducto que debían arrancar en septiembre u octubre de este año”.
No sólo el Gasoducto de Bolivia nunca se puso en marcha sino que además, siempre según Villa, en junio pasado “hubo un cambio de las autoridades a cargo del fideicomiso” que permitía la producción de la empresa y ello produjo “un cese en el pago” para la fabricación de los caños. El metalúrgico consideró que el caso de corrupción de la empresa Skanska, constructora de gasoductos e involucrada en el pago de comisiones indebidas, “afectó indirectamente” a Tenaris.
A pesar de estos inconvenientes, Villa consideró que “la empresa está en condiciones de mantener a todos los trabajadores porque ellos siguen produciendo” y resaltó que el personal no sólo persigue “mantener todos los puestos de trabajo por lo menos hasta fin de año”, sino que también esperan que pasen las elecciones para conocer si el nuevo gobierno “decide dar señales que vislumbren el comienzo de la construcción del Gasoducto de Bolivia”.
Frente a la inestabilidad productiva, en junio de 2007, Tenaris intentó despedir a 90 trabajadores eventuales por “falta de trabajo”, explicó el delegado, pero “se logró frenar la baja” argumentado que había “tareas alternativas que ejecutaba personal tercerizado (trabajadores especializados que dependen de otras empresas) que podían ser realizadas por los empleados de la empresa”.
Ante ese planteo, Tenaris decidió conservar los 90 puestos de trabajo pero “redujo la jornada productiva”, informó el delegado y precisó que “sólo hay producción en el turno de la mañana; durante la tarde se realizan tareas de mantenimiento”.
A partir de junio, entonces, la empresa permitió que los más de 100 empleados eventuales hagan “tareas alternativas”, no vinculadas en forma directa a la producción de caños; y por falta de actividad dispuso que “en forma rotativa habrá una semana en la que no trabajen”, pero gozarán durante ese período de suspensión de tareas del “75 por ciento del salario neto”, expuso el delegado.
Villa aseguró que reconoce “el esfuerzo conjunto tanto de los trabajadores y de la empresa” para terminar el año y cumplir con lo que se había acordado “sin sustento legal” en octubre de 2006, doce meses de trabajo. Es así como resaltó la importancia de “extender la negociación, por lo menos hasta diciembre próximo”.
La comisión interna de la planta hace de intermediaria entre la empresa y sus empleados, por ello realizó el viernes 26 una asamblea para informar a todo el personal la decisión de la gerencia de prolongar la negociación por dos semanas, manteniendo todos los puestos, aseguró Villa.
RCI-AFD
AUNO-26-10-07
locales@auno.org.ar
