“No podemos pensar en Santa Catalina como un basural”

Sin duda, rozaría la contradicción que la UNLP avalara el proyecto de conservación y medio ambiente apoyado por instituciones gubernamentales y organismos internacionales, y en el mismo lugar –-aunque a 4 kilómetros de la reserva ecológica—- avalar un depósito de basura. “No podemos pensar en Santa Catalina como un basural”, concluyó María del Carmen Molina, […]

Sin duda, rozaría la contradicción que la UNLP avalara el proyecto de conservación y medio ambiente apoyado por instituciones gubernamentales y organismos internacionales, y en el mismo lugar –-aunque a 4 kilómetros de la reserva ecológica—- avalar un depósito de basura. “No podemos pensar en Santa Catalina como un basural”, concluyó María del Carmen Molina, directora del instituto fitotécnico de Santa Catalina, que depende de la universidad platense.

Molina aclaró que si bien la Municipalidad de Lomas de Zamora no pidió un lugar especifico, la planta podía estar en la zona de la laguna de Santa Catalina que se encuentra atrás la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, distante a 4 kilómetros del bosque, la reserva micologica y el jardín agrobotánico que comienza a metros del Instituto —ubicado en Camino de Cintura a la altura de la avenida Fair— y sigue hasta la entrada por la calle Garibaldi. Los dos puntos se encuentras aproximadamente a 2 kilómetros del cruce de camino de cintura.

A pesar de que el predio tiene un total de 700 hectáreas, lo que (ayudaría a) distanciaría la planta de tratamientos de residuos de la reserva ecológica, la funcionaria resaltó: “No estoy de acuerdo con el basural en Santa Catalina ni en ningún lugar donde se piense instalar la basura tan cerca de la gente, ya que es contaminante para el agua y además generaría ratas y enfermedades”.

María del Carmen Molina es ingeniera agrónoma y ejerce como directora del Instituto Fitotécnico de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la UNLP desde hace cuatro años, en los consiguió subsidios de organismos internacionales como Botanic Garden Conservation Internacional y Earth Word y recientemente un subsidio del Ministerio de Educación.

La intención de la directora del instituto que se fundó en 1928 es llevar adelante trabajos de conservación, limpieza e investigación del bosque histórico de 40 hectáreas y de la reserva micológica (hongos) más grande de Sudamérica, que se encuentran en Santa Catalina, como también continuar impulsando el jardín agrobotánico reabierto en 2004.

Molina aseguró que su labor apunta a trabajar más que nada con los chicos de la zona para que tengan conciencia de lo “importante” que es conservar ese pulmón verde. También resaltó la intención de continuar con las jornadas de educación ambiental con las escuelas y vecinos de la zona para que “la gente conozca el lugar, lo valorice y lo defienda”.

NL-AFD
AUNO-16-08-07
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