Marcha y reunión por la «seguridad» en Monte Grande

Fue convocada por los vecinos «autoconvocados» luego de que en la última semana se registraran cuatro muertes que todavía se investigan. Con argumentos ásperos, llamaron a la «rebelión cívica», reclamaron participación y control sobre la Policía, y exigieron la elaboración de un mapa del delito.

“Yo sólo quiero que me ayuden. A mi hermano lo asesinaron.” Las palabras de Claudio Toledo Fortunato fueron –paradójicamente– las que menos se escucharon en la reunión que vecinos autoconvocados de Esteban Echeverría organizaron contra la inseguridad, pese a que el motivo último fue repudiar las cuatro muertes que en menos de una semana ocurrieron en Monte Grande. Es que la familia “todavía está de duelo”, formuló el jefe Distrital de a Policía, Edgardo García, quien se comprometió a esclarecer el caso y a diseñar la semana próxima “el mapa del delito” en el que se marquen los puntos más peligrosos de la zona, tal cual como lo propusieron los asistentes a la asamblea que se efectuó en el Palacio Municipal, luego de un espontáneo corte de calle frente a la plaza Mitre.

Los más de cien asistentes coincidieron en la importancia de articular la labor policial con las denuncias vecinales, además de sumar la colaboración municipal, cuya presencia en la reunión quedó desdibujada cuando los vecinos cuestionaron la capacidad de decisión en materia de seguridad del único representante del gabinete de Fernando Gray, el secretario de Control Comunal local, Carlos José Sister, cuya función, según él mismo explicó, es “organizar la vigilancia del Palacio Municipal y toda la esfera de edificios” comunales, además de “coordinar con la Policía los elementos relacionados con el abastecimiento de combustible y reparación de patrulleros”.

Los reclamos apuntaron a una más efectiva presencia policial y a mejorar la organización en cuadrículas del distrito, lo que García retrucó con cifras: son 450 los policías que deben velar por la seguridad de casi 400 mil echeverrianos. En tanto, una de las vecinas que participó del debate denunció que luego de los asesinatos que se registraron en Monte Grande entre el sábado y el jueves últimos, hay una mayor cantidad de patrulleros en la zona céntrica pero no en los barrios.

“Queremos tener participación y poder controlar el accionar policial y municipal”, sintetizó categórico Pablo García, otro de los vecinos que promocionó la convocatoria, precisamente para fomentar la prevención del delito a través de una mirada más atenta a las zonas que encabezan el ranking de la inseguridad, y así “evitar más muertes”.

El de Rolando Toledo Fortunato fue uno de los casos expuestos en la reunión Al joven de 19 años lo mataron el domingo 12 frente a la estación de trenes de Monte Grande, cuando salía de un bar local de la calle Santamarina. Por motivos que todavía se desconocen, un grupo de personas le disparó desde un auto, además de herir en las rodillas a su hermano. Según Claudio, está descartada la hipótesis que señalaba como culpables a los “patovicas” del boliche donde había ido la Rolando. Cree que “lo mataron unos remiseros” desde su vehículo porque “uno de ellos casi lo pisa cuando se peleaba con unos chicos a la salida del boliche, se bajó del auto y les dijo ‘no me jodan porque les tiro el volante’”.

El joven informó que pese a que “ya declaró un testigo, (los policías) tienen identificado el coche desde el que le dispararon y saben cómo estaba vestido el hombre que mató a Rolando”, todavía no dieron con el culpable. “No sé qué más quieren, necesito que me ayuden”, expresó.

De la mano de las críticas a la gestión municipal que escasamente pudo responder el funcionario comunal, llegaron las denuncias contra el “mal funcionamiento de la Justicia”, pero no sólo por parte de los vecinos. El jefe Distrital coincidió con esa observación porque “de las más de 500 personas que se detienen por mes sólo el 1 por ciento queda preso”, explicó, y enfatizó en que “los delincuentes que salen de prisión a las tres horas de ser detenidos vuelven a cometer delitos pero de forma potenciada”.

EL DISCURSO DE LOS “AUTOCONVOCADOS”
Como conclusión de la reunión, se amplió la convocatoria para que vecinos y autoridades se reencontraran en la Municipalidad el próximo viernes para definir las características del “mapa del delito”, para lo cual se dispondrá de un plano de Esteban Echeverría en que se indicarán las zonas de mayor índice delictivo a partir de las denuncias que hubieren sido hechas. Y para favorecer la participación de todos, se propuso un sistema de urnas donde se podrá depositar de forma anónima el comentario del área señalada.

Durante las casi dos horas de asamblea, las voces se elevaron contra la Municipalidad y cuestionaron la ausencia del intendente, además de solicitar que el avión destinado a la publicidad se ponga al servicio de los vecinos para difundir las decisiones de las reuniones que, se espera, serán periódicas.

“Rebelión Cívica” fue otros de los particulares términos citados como solución a la inseguridad. Según una de las residentes del distrito, se lograría mediante la suspensión del pago de impuestos porque “ese dinero sostiene al poder político que a su vez maneja al Poder Judicial, cuyo funcionamiento es defectuoso”, explicó, aunque sin demasiada aceptación.

Pero para los vecinos de Echeverría, los delitos “no son ajenos al mercado de narcotráfico” asentado en el Conurbano, por lo que otro de los elementos que, argumentaron, ayudaría a disminuir el nivel de robos y muertes consistiría en “ir contra los lugares ya identificados” de venta de sustancias ilícitas.

“Estamos inmersos en el gran problema de la droga, y eso significa que falló la prevención”, formuló a AUNO Luis Palmiati, otro de los vecinos “autocanvocados” que coordinó la reunión. Por su parte, Jorge Jatar, miembro de la agrupación “Madres, padres y abuelos en lucha contra la droga”, mostró una posición aún más radical porque hizo hincapié en la importancia de “detener a los que venden drogas, pero no sólo a los grandes sino a los que proveen porros a los chicos”, de modo que su propuesta para disminuir la cantidad de adictos no es otra que “dejar en la calle a los que venden, no meterlos en la cárcel porque después los cabecillas los sacan”.

En la reunión, algunos propusieron trabajar a futuro en la concreción de un nuevo foro se seguridad porque en el distrito, critican, “no funciona ninguno”, según entendió Pablo García. Por el momento explicaron que prefieren conservar la forma de organización actual “sin dirigentes” y promover desde las asambleas la “participación de los ciudadanos” en las decisiones en materia de seguridad…

MNL-AFD
AUNO-18-10-08
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