Los vecinos rechazan que haya una terminal de colectivos frente a sus casas

Viven a una cuadra de la estación de Lanús. Afirman que hay personas con problemas respiratorios por la contaminación ambiental. Sus reclamos tienen tres años, pero hace veinte que viven así. Desde la Municipalidad les dijeron que «se está trabajando» en el problema, pero anticiparon que es «imposible» construir una terminal en la zona.

Los gases tóxicos que emanan los colectivos ingresan a sus casas. El ruido de los motores no los deja dormir. Quedan tirados en las veredas boletos, cintas de papel y hasta aceite. Por eso y mucho más se quejan los vecinos de la calle 29 de Septiembre, de Lanús Este, que tienen que convivir diariamente con seis líneas de colectivos que estacionan enfrente de sus casas. Aunque ya elevaron varias denuncias desde 2005 a las autoridades municipales, aún no recibieron “una respuesta concreta” sobre el tema. Los funcionarios, en cambio, aseguran estar “trabajando desde hace tiempo” en el problema, pero reconocieron que “no hay lugar” disponible para construir una terminal en otra zona de la localidad, como piden los vecinos.

Hace poco más de veinte años que las líneas 299, 446, 266 y 100, entre otras, paran en esa zona. Sus recorridos terminan allí pero después continúan. Lo que sucede es que durante las 24 horas se pueden ver a los coches estacionados que producen “todo tipo de contaminación”, según los vecinos. “Tiran mugre en la calle, aceite, humo. En síntesis, producen contaminación ambiental y también sonora, que a fin de cuentas no deja vivir tranquilo a nadie”, sostuvo Juan, que vive en esa zona, a una cuadra de la estación de trenes de Lanús.

“Es una terminal en un lugar donde no tendría que estar, en la calle de una zona residencial. Y el intendente tendría que hacerse cargo.” Éste es el argumento en que coinciden todos los vecinos. Sobre todo por la forma en la que se ven obligados a vivir: con las puertas y ventanas cerradas todo el día, totalmente selladas y aisladas con cintas de papel y plásticos en las rendijas para que el monóxido de carbono y los hidrocarburos que salen de los caños de escape de los colectivos no se filtren en sus casas. “Es una situación un poco anormal”, sintetiza Juan, que junto a un grupo de vecinos de la cuadra entregó una serie de pruebas a un juzgado de Lomas de Zamora y por eso un juez impulsó una medida cautelar.

En principio, la disposición judicial prohíbe a los colectivos tener el motor encendido cuando están estacionados en la zona e impide el aseo de las unidades en plena calle para que no contaminen el ambiente. Pero muy pocas de esas disposiciones se cumplen. En una recorrida por el lugar, AUNO pudo verificar que son los menos los colectivos que mantienen sus motores apagados y que no sólo se limpian los coches en la calle, sino que también se realizan reparaciones mecánicas en algunas unidades.

“Por esto es que estamos protestando, principalmente. Sabemos que el problema de la terminal quizás es difícil de solucionar, pero al menos queremos que se cumplan las normas que existen”, exigió Osvaldo, otro vecino de la cuadra que vive allí hace muchos años. Sin embargo, el secretario de Gobierno de Lanús, Juan Carlos Viscelino, aseguró que desde la Municipalidad “ya se está trabajando desde hace tiempo en tema” y remarcó que también “ya se han hecho relevamientos” en la zona.

“Igualmente hay que entender una cosa: todo esto no tiene que enmarcarse en el tema de los colectivos, sino con una situación más compleja que queremos solucionar nosotros, que es el reordenamiento vehicular de Lanús”, explicó el funcionario, que inmediatamente puntualizó que “todos estos problemas son producto de la gestión anterior (la de Manuel Quindimil), que otorgó las concesiones para que las líneas de colectivos tengan su parada allí”.

Por ello es que varias veces esta agencia intentó comunicarse con el director de Tránsito comunal para saber de qué manera se realizan las concesiones y hasta cuándo están extendidas en este caso, pero hasta el cierre de ésta edición no respondió a los pedidos de entrevista que se le formularon.

Lo cierto es que los vecinos están “hartos” de tener una terminal enfrente de sus casas y ya entregaron reiteradas veces petitorios y notas de reclamos a las autoridades municipales (la última fue en marzo pasado) en las que exigen “una solución rápida”. Sobre todo porque los inconvenientes van más allá de sufrir diariamente con los colectivos estacionados.

LA CONTAMINACIÓN Y SUS CONSECUENCIAS
La polución y el smog que despiden los caños de escape de algunos colectivos que están en muy mal estado afectan seriamente a la salud de varios vecinos del barrio. Son los casos del hijo de Juan, que tiene problemas respiratorios, o también de María que sufre de asma —según dicen— “por el humo y el hollín que desprenden los colectivos”.

Es por eso que esta agencia consultó a un médico especialista del Hospital Evita, de la localidad lanusense, con el propósito de conocer las consecuencias que podrían llegar a tener las personas del barrio: “Los problemas pueden ser irritación en los ojos, en la nariz, en la garganta, dolores de cabeza y montones de perturbaciones más, algunas de las cuales pueden llegar a ser muy graves, como complicaciones cardiovasculares”, detalló un médico que prefirió resguardar su identidad.

“Es que los colectivos escupen constantemente hidrocarburos, monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, dióxido de azufre y otros gases que son muy tóxicos para el cuerpo. Pueden producir desde nauseas y mareos hasta cáncer”, señaló.

Por eso es que los vecinos reclaman “que el intendente, Darío Díaz Pérez, haga algo para evitar que todos padezcan de problemas mucho más graves. Y por lo menos para que se empiece a cumplir la ley”.

NS-AFD-LDC
AUNO-05-12-08
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