Los pibes marcharon por sus derechos y porque «el hambre es un crimen»

Con pancartas, murgas, payasos y malabaristas, al menos 400 chicos y educadores de organizaciones sociales colorearon el centro de Lomas de Zamora con una movilización que denunció, una vez más, que «El hambre es un crimen y lo vamos a parar». Partió desde la estación de trenes y culminó en la plaza Grigera, frente a la Municipalidad.

“¿Qué están haciendo acá?”, preguntó una mujer. “Yo seño, yo. ¿Puedo contarle yo?”, le pidió Johana su maestra tironeándole el camisolín. “Dale, contale, contale”, respondió la seño. Las tres confluyeron pasado el mediodía en la peatonal Laprida, de Lomas de Zamora, justo enfrente de la estación de trenes. En uno de ellos había llegado la mujer curiosa. La presencia de la nena y la educadora, integrantes de la fundación Che Pibe de Lomas, tenía un objetivo claro: participar de la marcha con el lema “El hambre es un crimen y lo vamos a parar”, junto con 400 chicos y educadores de organizaciones sociales que trabajan con chicos de barrios pobres. “Queremos contarle a la gente que hay muchos chicos que se mueren de hambre en el país y que no puede pasar más eso. Es muy triste tener hambre”, explicó Johana a la mujer, con ademanes de manos.

La fecha fue elegida por la coincidencia con el aniversario de la ratificación en la Argentina de la Convención Internacional de los Derechos del Niño. Por este motivo salieron a marchar ya que “es un día de fiesta y son los mismos chicos los que se manifiestan”, según enfatizó una de las coordinadoras de la marcha.

Los murgueros fueron los primeros en llegar al lugar de concentración, el nacimiento de la peatonal lomense, a las 14. No obstante, no pasó más de media hora hasta que la cantidad de pequeños cuerpitos que no alcanzaban el metro treinta de altura cubriera la calle paralela a las vías.

“El intendente se robó la plata de los comedores”, enfatizaba Axel, de 13 años, un pequeño vocero de la agrupación Che Pibe y uno de los chicos que entusiasmaba con cánticos en el carrito que encabezando la marcha; es que estaba al tanto de los recortes presupuestarios que el Ejecutivo municipal aplicó a esas entidades donde almuerzan y meriendan decenas de chicos. “Marchamos acá por los chicos desnutridos que se mueren por día”, añadió el pequeño casi sin voz de tanto cantar.

Durante la movilización, al igual que las de años anteriores bajo el mismo lema, los protagonistas fueron los chicos que —acompañados y cuidados por los adultos de las organizaciones— con pancartas y globos se adueñaron por un rato de las calles para contar que sus derechos están siendo violentados por una sociedad que no los ve o no quiere verlos.

La sensación de no ser vistos se vuelve concreta en las vestimentas de los chicos de la murga que se entremezcló entre los pibes que recorrieron las seis cuadras que separan la estación de trenes con la Plaza Grigera, frente al Palacio Municipal. “Los invisibles del sur” se llaman sus integrantes.

HABLAN LOS EDUCADORES
Marcela Val de la agrupación Che Pibe recordó que el partido de Lomas de Zamora es uno de los principales en riesgo social por los niveles de desnutrición y porque es el único distrito del conurbano sur que no adhirió a la ley provincial por los derechos del niño “por una supuesta falta de fondos”.

Val aseguró que están definidos los proyectos para combatir los factores de riesgo, pero que los funcionarios comunales “parece que ponen los fondos en otro lado, (siendo que) el tema desnutrición ya es una vergüenza”.

El motivo de la marcha encabezada por los propios chicos, con alegría y acompañada de murgas y globos, fue hacerse escuchar ante la mirada de los lomenses para mostrar a la gente las problemática que viven porque, según aclaró Mario Espínola, un educador de Chicos del Sur, los pibes quieren que la sociedad tome conciencia y “deje de ser cómplice mirando para otro lado”.

La movilización que arrancó en frente de la estación de lomas, recorrió algunas de las principales calles del centro lomense, pasó por el denominado barrio Las Lomitas, una selecta zona de restaurantes y heladerías, donde los chicos cantaron aún más fuerte como para hacer notar su realidad con la de esa zona vip.

Gladys Madeddu es una de las fundadoras de El Palomar, una fundación de rehabilitación de chicos con problemas de adicción ubicada a diez cuadras de la plaza. “La voz la tienen ellos. Se trata de construir un espacio en donde puedan reclamar para que, de una buena vez por todas, no sigan violentando sus derechos a obtener salud, una vivienda, educación. Nada de eso existe si tienen hambre”, destacó.

Entre muñecos gigantes y un colchón de globos que se extendía sobre las cabezas de los pequeños, se alzaban las banderas de las diferentes organizaciones. Todos los detalles sumaban color a una tarde en la que el sol se hizo dueño del cielo. Dos adolescentes sostenían el trapo de “Camino Solidario”, una organización de Moreno, al oeste de la provincia de Buenos Aires.

“Es importante que los chicos entiendan que esto que les pasa no es normal. Que sus derechos deben ser respetados. La idea es ofrecerles herramientas para que lleven a cabo su propia lucha”, opinó Cecilia Moreno, una de las educadoras del colectivo que, además de comedor, ofrece apoyo escolar y talleres de teatro, plástica y manualidades a 130 chicos de entre 6 y 18 años. “Nuestro objetivo es construir un espacio, entre nosotros y los chicos, que sea de pertenencia y no que sólo sea sinónimo de necesidad urgente para ellos”, completó su compañera, Ximena Caniullan.

Al final de la marcha y reunidos en la plaza Grigera, a los chicos se los esperó con juegos y merienda. A partir de ahí, reunidos serían ellos los que definirían las principales necesidades para presentar, dentro de 15 días, un escrito con sus demandas al Ejecutivo municipal. Entre tanto, dejaron en la plaza el eco de su canción preferida; esa que dice “la primavera será para cualquiera, y pobre del que quiera robarnos la ilusión”.

AMB-NV-AFD
AUNO-26-09-08
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