En la segunda edición de la Copa Potrero, donde conviven estrellas, figuras del barrio y cámaras en cada rincón, hay una historia que sobresale: la del único argentino convocado por el único equipo extranjero. Ezequiel Portillo, arquero nacido en Lomas de Zamora, será quien defienda el arco de la Federación Colombiana en el torneo organizado por Sergio “Kun” Agüero.
Ezequiel fue arquero profesional, hizo inferiores en Banfield, Lanús y jugó en clubes como Brown de Adrogué, El Porvenir y Sacachispas. La oportunidad de disputar la Copa Potrero llegó de manera inesperada, de la mano de su ex entrenador de juveniles, Jorge Festian. “Le pidieron un arquero y pensó en mí”, comentó Portillo a AUNO, quien envió videos donde disputaba partidos profesionales y fue rápidamente convocado para sumarse al equipo de la Federación Colombiana de Minifútbol.
La invitación lo puso, de pronto, en uno de los escenarios más visibles del fútbol amateur: la Copa Potrero, el torneo de Fútbol 7 ideado por Sergio “Kun” Agüero y transmitido por ESPN. Desde este viernes y durante diez días, el Club Municipal Lionel Messi, en Pilar, será sede de esta competencia que reúne a 40 equipos y a varias figuras del fútbol argentino, como Julián Álvarez, Emiliano “Dibu” Martínez, Nicolás Otamendi, Mauro Zárate, Carlos Tevez, Leonardo Pisculichi o Diego Latorre. El premio mayor: 350 mil dólares y, sobre todo, una vidriera inusual para quienes buscan mostrarse.
Portillo reconoció que el torneo será “todo un desafío”, especialmente por el nivel de los rivales, y aseguró a AUNO que los jugadores colombianos “vienen a salir campeones”. El debut de la Federación Colombiana de Minifútbol será el viernes 14 a las 14 hs. ante La Crema, equipo presidido por el reconocido influencer Markitos Navaja y que cuenta con futbolistas como Mauro Zárate y Giovanni Moreno. “Va a ser una experiencia linda que disfrutaré a pleno” expresó el arquero, y resaltó que será “un fútbol mucho más frenético”, debido a las dimensiones reducidas de la cancha, similares a las de Fútbol 7.
Consultado sobre la presencia de varios jugadores del fútbol de ascenso en la Copa Potrero, el arquero consideró que se trata de una “gran oportunidad para mostrarse y dar un salto” en sus carreras. “Los jugadores del ascenso entrenan como futbolistas de Primera, y más para este tipo de competiciones”, destacó Portillo, al remarcar el esfuerzo y la preparación con la que muchos llegan al certamen, ya que la Copa se convirtió en una vidriera para nuevos talentos. No es un dato menor: en la edición pasada, Mauro Smarra, jugador de Villa La Ñata, logró firmar contrato con Deportivo Riestra, equipo de la Primera División del fútbol argentino, tras su destacada actuación en el torneo.
Una vida bajo el arco
Ezequiel contó a AUNO que desde que tiene “uso de razón” soñó con ser futbolista, y más precisamente, arquero. “A los tres años ya me tiraba cuando mi viejo me pateaba”, recordó entre risas. También habló de lo difícil que fue decidirse por el fútbol, al reconocer los sacrificios que implica perseguir ese sueño desde tan joven. “Desde chico te sacrificás y ni siquiera sabés si vas a llegar”. Confirmó haberse perdido fiestas familiares, vacaciones y hasta llegar tarde a su propio cumpleaños por un retraso en la jornada.
En ese sentido, Portillo aseguró que la familia cumple un rol clave en la carrera de cualquier futbolista. Recordó a su madre y a su padre como “pilares fundamentales” en su recorrido deportivo: “Han ido a jornadas o entrenamientos sin dormir, hacían un esfuerzo sobrehumano”.


Consultado por el viejo mito de que “todos los arqueros están un poco locos”, Portillo no dudó: “Sí, tenés que estar loco por el puesto. Te tiene que gustar tirarte para todos lados, chocarte contra todos”. Pero también destacó la responsabilidad del rol bajo los tres palos: “Es una posición importante, porque el error del portero es el más caro: es que te hagan un gol. Tenés que estar medio loco para bancarte eso”.
En esta vida dedicada al fútbol, a Portillo todavía le quedan sueños por cumplir dentro de la cancha: “Volver a jugar” y “estar en Primera”, ya que entrar a un estadio es una sensación “inexplicable».
Quizás por eso, sobre el cierre de la charla, cuando se le preguntó qué le diría a un chico que sueña con jugar al fútbol, no dudó: “Que no baje los brazos. Es difícil, pero es un sueño que se debe pelear”.
14.11.2025
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