Para muchos artistas, Enrique Symns es una suerte de “chamán”. Dirigió la mítica revista “Cerdos y Peces” y con ella dejó una huella imborrable en los jóvenes de las décadas 1980 y 1990. Escribió en los diarios La Voz, Clarín y Sur, y las revistas Eroticón, Fin de siglo, La Maga y la chilena The Clinic. Fue telonero y monologuista de los Redonditos de Ricota desde los comienzos de la banda. Publicó varios libros de narrativa y biografías de estrellas de rock, como Fito Páez; y hace días publicó The Big Bad City. Symns es su propia obra, una obra que sigue escribiendo con garras contra un “sistema mediocre y perverso”. Y habla de ello.
- -¿Cómo ve el periodismo actual?*
-Es siempre igual, lo que llamo un “periodismo jurisprudente” porque está siempre del lado de la ley. Por ejemplo, en criminología, cuando sucede un asesinato en una casa, siempre llegan dos personas: un policía y un periodista. O sea que los dos son iguales, el periodismo es policíaco. Lo jurisprudente está a favor de la psiquiatría y no de la locura; es “antidroga” en vez de estar a favor de ella. Está siempre del lado de la normalidad, de la ley, de la moralidad pública y de la propiedad privada. El periodismo es siempre así. El nuestro es el más mediocre de Latinoamérica, es más mediocre que el de los ‘80.
- -¿Qué aspectos lo hacen “mediocre”?*
-Es un periodismo sin información, personalista, lleno de “estrellitas”, figuras que construye la gente. Este es un país de ídolos. Con un virus insondable como el peronismo
- -¿En la literatura ocurre lo mismo?*
-Argentina es un país atrasado. Por qué entre los grandes escritores de la actualidad no hay ningún argentino. Son todos sajones, yanquis o ingleses. Ellos escriben mirando el futuro, no el pasado. Por eso hacen grandes libros. Acá sería imposible hacerlo porque o sos peronista o tenés que reivindicar a los desaparecidos.
- -¿Qué medios le gustan?*
-Ninguno. Barcelona es una revista inteligente, pero no me interesa mucho porque las revistas de humor fatigan. Además, el humor es equívoco: sin darse cuenta termina poniéndose del lado de lo que critica. Las revistas que han salido son “por dinero”, como la G7, la Rollig Stones, La Mano. Son cada vez más light, sin grandes escritores y sin ideario.
* -¿Cómo ve los nuevos emergentes culturales y sociales como las fábricas tomadas o movimientos barriales?*
-Veo muy confusa la realidad social argentina, siempre sumergida en el tema del peronismo. Yo vengo de una infancia, una educación y una adolescencia entre anarquistas que siempre vieron a Perón como un tipo que convirtió a un revolucionario en un mendigo. Él convirtió, por ejemplo, al portuario, un tipo que luchaba por la revolución, en mendigo que busca la recompensa económica que no garantiza nada.
- -Como periodista, ¿cuál es su opinión sobre el presidente Néstor Kirchner?*
-Es un emergente más del peronismo. Le tengo el mismo rechazo que siento por (Carlos) Menem porque se parecen mucho.
- -En la revista Cerdos y Peces entrevistaba asiduamente a Hebe de Bonafini por una cuestión ideológica. ¿Cómo ve el acercamiento de ella al Gobierno?*
– Como algo denigrante. Le tenía una gran admiración a Hebe.
- – ¿Y qué opina de los artistas e intelectuales que tomaron esa misma posición?*
-En los artistas es peor, porque debieran estar del lado de la gente y no mirarla desde el Estado. La cultura genera espacios de representación para que la gente esté quieta. Inventaron todo chato y cuadrado, los cuadros, libros. Creo que la década de 1960, hace cien millones de años atrás, era más divertida. Al mundo le falta éxtasis, magia, aventura. Siempre discuto con la gente de izquierda sobre por qué no se puede escribir una novela sobre un obrero. Creo que porque el tipo no tiene apertura, entra a tal hora y sale, y así. Sobre quienes escriben los grandes escritores: sobre los marginales, locos, violadores, psicópatas, ladrones, asesinos o linyeras porque son los que se han querido escapar de una u otra manera, o que el sistema expatrió por impuros.
- -¿Cree que los ámbitos periodístico y académico hicieron eso con usted?*
-Por supuesto que sí. Yo no fui al colegio, fui un autodidacta. Desde la adolescencia leí a Heidegger, Kant, Nietzche y Freud porque son seres que se han aproximado al meollo de la oscuridad del abismo. Somos náufragos arrojados en la oscuridad. Estos bochornosos intelectuales argentinos que me marginan no se atreven a hablar con migo.
- -¿Qué lectura hace de Cromañón, usted que conoce muy bien a Omar Chabán?*
-Para mí fue como un tornado humano. El tema es complicado, sobre todo desde el punto de vista legal por la cantidad de muertos que hubo. Cuando mataron a (Walter) Bulacio, nada pasó. Nadie fue culpable de nada. Creo que, en principio, Chabán es inocente… A ver, habría que sacar los términos de la jurisprudencia: me parece nefasto cómo han logrado poner a Chabán como cabeza de turco de la venganza. Eso no es justicia, es venganza. Callejeros es uno de los principales responsables de la matanza porque fueron ellos los que de alguna manera organizaron el tema de las bengalas. Ahora el negocio sigue.
DV-AFD