(AUNO-TERCER SECTOR*) Les dicen “#732;Cruz Roja del alma”#8482;. Cuando una catástrofe estremece las estructuras mentales, acuden al instante para contener a los damnificados. Ya sea a los bomberos que trabajaron con estupor entre las víctimas del supermercado Ycuá Bolaños, en Paraguay; a las familias de los mineros de Río Turbio; para estar cerca de los padres y amigos de los chicos y docentes que cayeron a las aguas del río Chubut cuando el puente colgante cedió. Y también para estar junto a los familiares de las víctimas de la AMIA. Aunque esta intervención fue la que más lo marcó, “cada experiencia pega porque trabajamos con el dolor”, cuenta Carlos Sica, director del Equipo de Emergencias Psicosociales.
“Aquella fue una semana de trabajo con mucho desgaste”, recuerda. Primero, al lado de las ruinas en la calle Pasteur, más tarde en hospitales y en la morgue, conteniendo a quienes iban a reconocer a un familiar. Sica “#8220;que a la vez dirige el Centro de Estudios de Psicología Social- relata que en esa ocasión sufrieron alguna que otra complicación extra: “Cuando intentábamos que los seres queridos empezaran a enfrentar la realidad y comenzaran a elaborar su duelo, llegaron especialistas israelíes que afirmaban haber rescatado a personas con vida entre los escombros aún habiendo pasado una semana del derrumbe. Así, los familiares recuperaron unas esperanzas inútiles, porque los técnicos se referían a edificios modernos. La sede de la AMIA, en cambio, era muy antigua, de ladrillo”.
En Buenos Aires el equipo de Emergencias Sociales está conformado por 140 voluntarios, todos psicólogos sociales, clínicos o estudiantes que reciben entrenamiento especial en técnicas de contención. En Neuquén, cuentan con 60 integrantes y en Bahía Blanca con 20. “Aún con entrenamiento, sentimos que nos repercute”, comenta Sica, ya que a menudo quedan ante “escenas muy fuertes”.
Creado en 1991, la organización se define como un dispositivo de auxilio psicológico en crisis y situaciones de angustia pública. Brinda contención emocional a sectores de la población afectados directa o indirectamente por desastres, catástrofes, atentados, accidentes graves y toda situación que genere conmoción emocional. Conformados como asociación civil, sus integrantes trabajan ad honorem y cuando son alertados de una emergencia, una avanzada del equipo se presenta en el lugar para evaluar la gravedad de la situación y determinar la necesidad de convocar a más profesionales.
En su currícula de intervenciones figura el motín en la cárcel de Caseros, en 1992; la explosión del polvorín militar de Río Tercero, en Córdoba, en 1995; la caída del avión DC9 de Austral en territorio uruguayo en 1997, en el que murieron las 74 personas que viajaban. Y en las inundaciones de Santa Fe, en el otoño de 2003. A Paraguay viajaron a principios de mes cinco integrantes del equipo, apoyados por el gobierno de ese país y la Embajada argentina. Estuvieron con maestras que perdieron alumnos, y ofrecieron capacitación relámpago a los psicólogos paraguayos interesados en colaborar como voluntarios.
Emergencias Psicosociales opera tres o cuatro veces por año, pero es una cifra sujeta al azar de las desgracias. El equipo atiende durante las 24 horas todos los días del año al celular 15-4424-1157. A este número llaman también “personas con fuertes crisis emocionales, algunas con ideas de suicidio, generalmente provocadas por la desesperanza y la falta de proyectos “#8220;explica Sica-. Lamentablemente, el problema de la crisis socioeconómica globalizada trae aparejado el riesgo de la despersonalización, es decir, la pérdida de la autoestima primero y la pérdida de la identidad después”. Para Sica esto se debe a que, de alguna manera, “uno es lo aquello de lo que trabaja”.
El equipo de Emergencias Psicosociales brinda servicios a la comunidad como auxiliar de Defensa Civil del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
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Cómo comunicarse:
Emergencias Psicosociales: Teléfono, (011) 4863-3995
Correo electrónico: psicosocial@abaconet.com.ar
www.contencionemocional.com
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Emergencias Psicosociales: Una ayuda frente el dolor
Un equipo de psicólogos sociales y estudiantes asiste a personas en crisis o a las familias de víctimas de catástrofes de manera voluntaria. Su última intervención fue durante el incendio ocurrido en un supermercado en Paraguay, donde murieron carbonizadas más de 500 personas. Sin embargo, reconocen que contener a los familiares de los muertos en el atentado a la AMIA fue la tarea más dura que tuvieron que afrontar.
Por Sebastián Ochoa