El Diego

Cumple 50 años Maradona, el símbolo máximo de la argentinidad. Con todas sus contradicciones, errores, problemas, defectos y virtudes. El mejor de todos y a su vez el más terrenal. Infelices quienes no hayan podido disfrutarlo. Obtusos quienes no logren comprenderlo.

Mariano Verrina

Gordo, flaco, con pantalones cortos, en traje. Gritando un gol, apuntando con un rifle de aire comprimido, llorando, riendo. Con Menem y con Kirchner. En contra de los poderosos. Adicto. Dócil. Débil. Impune. Todopoderoso. Con Guillote, con Susana Giménez, con Tinelli, con Fidel. Plantándosele al Papa de visitante. Siempre con la celeste y blanca. Con barba, teñido, con los rulos bien tupidos, con la franja amarilla. Con Dalma y Giannina. Con otros “yirando” por ahí. Con la Claudia y la Verónica. Equivocándose y pagando. Con el artículo antes del nombre. Con exabruptos y con frases antológicas. Simple. Peleador. Extremista al extremo. Enorme. Único. Tapando los pozos que supo construir. Grotesco y grosero. Insultando a vivas voces a quien insulta a su patria. Amigable, querible. Aniñado. Insoportablemente público. Líder natural. Envidiado. En el potrero y en los estadios majestuosos. Dios en Nápoles. Diablo en Estados Unidos. Siempre del lado del Sur. Con las piernas cortadas, con la mano de Dios, con Grondona cerca, pero naturalmente lejos. Disfrutando y padeciendo. Cobrando reportajes y regalando fotos hasta cumplir con el último pibe. En la casa de la Tota. Solidario. Contradictorio. Celestial. Demócrata. Barrileteando cósmicamente. Internado y rehabilitado. Endeudado. Argentinos, Juniors, Boca, Barcelona. ADN y bypass gástrico. En el Sevilla, en el Barcelona, dirigiendo a Racing y a Mandiyú de Corrientes. Indescifrable. En Newell’s. Capitán, ídolo “pero ejemplo no, maestro, porque ejemplo son los padres”. Peleado con Pelé, con Blatter, con Havelange y con todos los que le toman la leche al gato. Símbolo, bandera, escudo. Pedazo grande de la argentinidad. Conductor de televisión y entrenador de la Selección. Eterno jugador. Genio. Artista. Penoso. Leyenda. Ambiguo, cariñoso, arisco, desafiante, pasional, frontal, en ambulancia y en limusina. Tanguero, cumbiero. Abrazado a las Madres de Plaza de Mayo. Inteligente sin estudios. Políticamente incorrecto. Impersonal, del pueblo.

Cumple 50 años Diego Amando Maradona. La primera referencia de la Argentina en cualquier parte del mundo. Guste a quien le guste. Fue, es y será el más grande con la pelota y el futbolista que más alegrías le dio al país. Inútiles las comparaciones, inservibles las búsquedas. No habrá ninguno como él. No hace falta hurgar demasiado para encontrarle la quinta pata al Diego. Para sacar mugre de abajo de la alfombra y manchar la pelota. Es muy de argentino eso. Pero el más argentino de todos es él. Infelices quienes no hayan podido disfrutarlo. Obtusos quienes no logren comprenderlo. Ahí está él. Todo eso adentro de apenas 160 centímetros. De una patada voló de Fiorito a la Torre Eiffel. Subió y bajó en un electrocardiograma constante que amagó con detenerse varias veces. Y así seguirá por la vida. El máximo deseo, genuino y desinteresado, es que los cumpla feliz.

AUNO 30-10-10
MV-MFV

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