(AUNO-TERCER SECTOR*) “La pobreza está generando nuevos tipos de discapacidades por la proliferación de enfermedades de difícil extirpación”, alertó Susana Alarcia, coordinadora de la fundación Ayudemos a Nuestros Discapacitados A Rehabilitarse (ANDAR). La situación obedece afirmó a las carencias sanitarias que acechan a los sectores de la sociedad con menos recursos.
Con los ojos puestos en la realidad, la fundación liderada por Alarcia lleva a cabo desde 1995 el dictado de cursos gratuitos de “Capacitación de asistencia en ayudas técnicas”, para orientar a las personas con discapacidad motriz en la confección y personalización de sus propias prótesis artesanales mediante la combinación de objetos de uso diario e implementos industriales.
Así, los profesores de los talleres enseñan a transformar una butaca de caño tubular y lona (utilizadas generalmente para puestos y comercios a la calle con fines publicitarios) en una silla de ruedas ortopédica y los instruyen en el armado de bastones, trípodes, muletas o prótesis más complejas, tanto para miembros inferiores como superiores con sólo unos cuantos tramos de caño de luz.
La experiencia comenzó en el interior del país, en provincias como Chaco, Entre Ríos, Salta, Mendoza, Neuquén, Tucumán y desde el año pasado se trasladó al conurbano debido al grave déficit sanitario que presenta la región. Las cifras que aporta la Organización Mundial de la Salud (OMS) ratifican este fenómeno: el Gran Buenos Aires concentra la mayor porción de personas con discapacidad del país y de esa cifra el 60 por ciento presenta una discapacidad motriz que requiere rehabilitación y equipamiento ortopédico.
“En Florencio Varela, por ejemplo, el 47 por ciento de la población es indigente y de esa cifra el 17 por ciento tiene algún tipo de discapacidad, por eso, actualmente estamos conectados con organizaciones barriales y colegios de la zona, como Baradero, Campana, Zárate, Escobar y Florencio Varela, con quienes organizamos reuniones para dictar los cursos a las personas interesadas” comentó Alarcia.
“También buscamos el apoyo de alguna empresa patrocinante para poder comprar los materiales que no se consiguen en el barrio o que son más costosos”, agregó la coordinadora del proyecto y reconoció que, si bien la calidad de la prótesis no es la mejor, “estas técnicas simples, más accesibles y económicas sirven como alternativa a la tecnología de punta, inalcanzable para los sectores de menos recursos, que ofrecen las prótesis industriales”.
La reincorporación al cuerpo social se gestiona a partir del establecimiento de un taller, propio de cada alumno, especializado en la confección de instrumental ortopédico, tanto protésico (implementos que reemplazan o sustituyen artificialmente al miembro perdido) como ortésico (para casos de incapacidad donde la persona padece malformación o deformación de un órgano o de la estructura ósea, por caso, desviaciones de cadera o vértebras cervicales, espina dorsal bífida, etc.).
Los impulsores de los cursos sueñan con que la proliferación de esta clase de microemprendimientos sirvan de salida efectiva a aquellos que culminan su instrucción y afirman que el destino final de la “asistencia en la confección de ayudas técnicas como les gusta denominarlo es paliar la situación de los incapacitados motrices que no sólo padecen su inhabilidad sino también la discriminación social y laboral” producto de la indigencia y el estado de desamparo en el que se hallan.
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Cómo comunicarse:
Fundación Andar: Piran 5499, Villa Urquiza. Telefono: 4545-3895. Correo electrónico: fundacionandar@yahoo.com.
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Discapacitados aprenden a fabricar sus prótesis
Una fundación dicta cursos gratuitos de armado de prótesis artesanales a discapacitados motrices de bajos recursos
Por Guillermo D’Ambrossio