Un nuevo insecticida que elimina a los mosquitos adultos transmisores del dengue y por otro lado, evita el crecimiento de las larvas, fue desarrollado por investigadores argentinos del Centro de Investigaciones de Plagas e Insecticidas (CIPEIN) y el Conicet, asociados a la Universidad Nacional de San Martín.
Una de las principales ventajas del producto, que combina un activo piretroide con un compuesto de la familia de los inhibidores del crecimiento de insectos, es que su aplicación puede hacerse masivamente mediante la fumigación con máquinas o bien por los habitantes de cada casa a tavés de tabletas fumígenas.
La nueva combinación adulticida-larvicida ha demostrado un mejor efecto de control del mosquito adulto y sus larvas y consecuentemente, de las poblaciones del mosquito Aedes aegypti más prolongado y con menores dosis de insecticida, que permite un uso seguro, buena selectividad y bajo impacto ambiental, aseguran los investigadores de CIPEIN.
El CIPEIN, un orgnismo dependiente del Ministerio de Defensa, trabaja desde hace cuatro años en el desarrollo y la prueba del insecticida, en principio, en forma líquida, para producir niebla fría o caliente con máquinas especiales, mientras que en 2008 se lo utilizó en forma de tabletas generadoras de humo, destinadas a que la propia comunidad colabore en la eliminación del mosquito dentro de sus propias viviendas.
Los resultados obtenidos con estas tabletas, que se probaron en Villa Libertad de Misiones, serán presentados en las revistas científicas internacionales Parasitology Reserch y Pest Science Managment.
El control del mosquito transmisor del dengue mediante insecticidas y por la eliminación de criaderos acuáticos es la única medida para prevenir una enfermedad para la cual por el momento no existe vacuna.
“Hace muchos años que no se desarrollaban nuevos productos que puedan mejorar las estrategias de control y se la primera vez que se produce un compuesto combinado para combatir ejemplares adultos y larvas, con lo cual la estrategia puede ser más efectiva ”, afirmó a AUNO Eduardo Zerba, responsable del CIPEIN/Conicet).
El producto aún no se utiliza masivamente en zonas donde se registra la presencia del mosquito Aedes aegypti, como en Capital y Gran Buenos aires o en el norte del país, porque aún está en período de patentamiento y recién estaría en condiciones de comercializarse en la segunda mitad del año.
En efecto, el próximo paso consiste en transferir la tecnología desarrollada a la empresa productora, Chemotécnica, una compañía nacional que colaboró con la investigación en las pruebas del producto.
El Aedes aegypti transmite la enfermedad al picar a una persona infectada y luego atacar a una sana. Los síntomas del contagio son fiebre, cefaleas y dolores musculares pero se agravan en el caso de una reinfección ya que suelen producirse hemorragias y la enfermedad puede ser mortal.
En la actualidad el dengue afecta a cien millones de personas en todo el mundo y en las zonas de contagio viven cerca de 2500 millones. En la Argentina se han confirmado ya 2300 casos. Aunque en América latina se realizo, durante las décadas del cincuenta y sesenta, un programa para intentar erradicarlo, los resultados no fueron los esperados debido a la falta de sostenimiento de políticas de prevención.
El equipo que desarrolló el producto está encabezado por Eduardo Zerba, e integrado por Susana Licastro, Héctor Masuh, Laura Harburger, Alejandro Lucía y Emilia Seccacini.
Con la coordinación del CIPEIN, se esta desarrollando el Programa Latinoamericano de Investigación de Control de Vectores, que tiene como fin estudiar la aplicación de esta herramienta en Argentina, Bolivia, Colombia, Cuba, Panamá, y Perú, con la participación de institutos y universidades de esos países.