De meteorito a horno pizzero

Ante un evento misterioso como la explosión ocurrida en la localidad de 9 de Abril por la madrugada, las lucubraciones de todo tipo fueron moneda corriente en las declaraciones de testigos y «especialistas» consultados por los medios. Un repaso por una jornada que quedará en la historia insólita del distrito, en caso de que se confirme la versión astronómica.

Lomas de Zamora, septiembre 26 (AUNO).- El misterio va de la mano de lo bizarro, desde tiempos inmemorables. De eso no hay duda. Las hipótesis y los relatos de los vecinos arrojaron mil conjeturas acerca de la explosión ocurrida en la localidad de 9 de Abril, vecina a Monte Grande, y que dejó como saldo la muerte de una mujer y a ocho vecinos heridos.

Meteorito. Garrafa. Horno pizzero. Objeto ígneo. Las lucubraciones acerca de los orígenes del estallido pasaron por razones disímiles que tuvieron oradores de lo más diversos: desde las propias víctimas de los derrumbes, hasta especialistas en Ciencias Naturales; pasando por funcionarios como el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.

Para hacerla completa sólo hubiesen sido necesarios los testimonios de los agentes especiales Mulder y Scully de la inolvidable serie sobre fenómenos sobrenaturales Los Expedientes X.

Ocurrida alrededor de las dos de la mañana, la explosión inició un recorrido mediático de manera instantánea. La primera versión fue la caída del tan ansiado satélite que debía caer hace días. Luego, se habló de la precipitación de un meteorito, que fue sostenida por vecinos que replicaban al unísono: “Cayó una bola de fuego del cielo”. Además, este relato contó con el aporte fotográfico de un joven ávido de su minuto de fama.

Los directivos de museos y los catedráticos especializados en el tema comenzaron a ocupar horas de aire. “Tengo una teoría un poco loca, no fui al lugar pero creo que pudo haber sido un microcometa”, introdujo su declaración un profesor del Museo de Ciencias Naturales de Monte Grande, Héctor Méndez.

Y, para relativizar eso de “un poco loca”, el académico fundamentó su opinión con hechos: “Esto ya sucedió. Creo que fue en 1910, en Siberia. No quedó ningún cráter en esa oportunidad. Y en este caso también llama la atención de que no hubiera cráter”.

Otro de los expertos que opinó sobre el evento fue el coordinador de Astronomía del Planetario porteño, Mariano Ribas, quien sostuvo que el causante de la explosión pudo haber sido un “fragmento de un meteorito o de un satélite en desuso: tranquilamente un pedazo de un meteorito del tamaño de una pelota de fútbol o de un televisor puede provocar un daño como se vio”.

La versión astronómica fue rápidamente sostenida por el “aporte” fotográfico de un joven del lugar. Como salidos de un programa del investigador especializado en ufología Fabio Zerpa, aparecieron en el lugar del misterio peritos “embolsados” para recoger evidencia que pudiera dilucidar la causa de la explosión.

Usando máscaras de gas y portando medidores de magnetismo y radiactividad, los expertos recorrieron los escombros ante la atenta mirada de vecinos, curiosos y los “enviados especiales” a lo que comenzaba a ser un nuevo Campo del Cielo.

Sin embargo, la fundamentación visual no logró consolidar esta hipótesis, ya que el propio “cazador de meteoritos” reconoció horas más tarde que había mentido, ante lo cual fue detenido por falso testimonio…

Una vez derrumbada la historia interestelar, los investigadores y la prensa decidieron abocarse de lleno a la posibilidad de que se tratara de una fuga de gas.

Las garrafas extraídas de los restos de los domicilios estaban intactas. La conjetura del escape gaseoso parecía no tener mucho tiempo de vida. Pero, el que busca, encuentra: bajo los escombros apareció un horno pizzero que, según las primeras pericias, tenía una conexión clandestina de gas.

Para ahondar en esa hipótesis, uno de los consultados fue un particular “hijo de gasista”: el así autodenominado jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.

“Si uno tuviera que aventurarse, pareciera ser un escape de gas”, especuló el funcionario nacional, a la vez que evitó tirar por la borda la teoría del meteorito, que es la que más le atrae a la gente: “Puede ser, me llama la atención que todos sostengan lo mismo, con lo cual hay que prestarle atención”.

A últimas horas del día, apareció una explicación, menos astronómica y más física: el arco voltaico. Este fenómeno se da en zonas de alta concentración eléctrica que tienen el agregado de una atmósfera gaseosa fuera de lo normal. La hipótesis tendría su fundamento en la presencia de torres de alta tensión en la zona.

Las múltiples teorías plagaron los medios y fueron tema de conversación de toda ama de casa en su diaria recorrida por almacenes barriales. Haya sido una garrafa, un horno pizzero o un meteorito, los vecinos de Monte Grande —y del mundo entero— están a la espera del desenlace de una historia que conmocionó desde tempranas horas de la madrugada. En caso de que la resolución sea de carácter astronómico, no faltará gente sagaz y hábil para considerar a Monte Grande como “la capital nacional del meteorito” y, obviamente, sacar una ganancia de ello.

PT-PS-AFD
AUNO-26-09-11

Un comentario en «De meteorito a horno pizzero»

  • despues de lo que ocurrio en rusia hace aprox. un mes es mas que importante que se aclare la ridicula version del horno pizzero y y comparen el tipo de destrozos , no asi la magnidtud por una cuestion de diferncia de tamaño , que esto fue, ni mas ni menos,
    que algo que cayo del espacio exterior.

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