Damas Rosadas: un servicio voluntario con más de 50 años de vida

Unas 400 mujeres colaboran día a día en numerosos hospitales del área metropolitana. En una entrevista con AUNO-Tercer Sector, su presidenta dio las claves: «Hay tres puntos básicos: el oído para escuchar, la boca para consolar y las manos para dar».

Las Damas Rosadas son un grupo de más de 400 mujeres comprometidas con el trabajo solidario desde hace más de 50 años en varios hospitales de San Isidro y la Ciudad de Buenos Aires. ¿El objetivo? Brindar contención a los pacientes internados y a sus familias. “Hay tres puntos básicos: el oído para escuchar, la boca para consolar y las manos para dar”, sostuvo la presidenta del Servicio de Voluntarias para Hospitales, Lidia Díaz.

El grupo de mujeres, fáciles de distinguir por el color rosado de sus guardapolvos, multiplica su labor con sonrisas. En la sede central, ubicada en la localidad bonaerense de Beccar, Díaz profundiza en una entrevista con AUNO-Tercer Sector sobre la tarea de asistencia y de amor que brindan día a día.

  • ¿Cómo nace el servicio de voluntarias para hospitales “Damas Rosadas”?*

En 1959, a pedido del joven médico e intendente de San Isidro Melchor Posse, quien junto a Monseñor Aguirre, obispo de la zona, juntaron en su parroquia a un grupo de señoras con la finalidad de acompañar a la gente que llegaba a la puerta del Hospital Central de San Isidro. Una de ellas, Eloisa Casal, que tenía una visión de trabajo e ideas a largo plazo, propone como lugar de encuentro su casa y empieza a invitar a sus amigas y conocidas. De esta manera ella fue seleccionando por personalidad y empeño a alrededor de 40 mujeres, con las cuales se organizó y comenzó a trabajar en el hospital zonal: acompañando al enfermo y a la familia; a los profesionales en los consultorios, con la ayuda que necesitaran; trayendo comida para los médicos y residentes que se quedaban todo el día en el hospital como, así también, para la familia de los pacientes; además de la entrega de ropa en buen estado para los enfermos que más lo necesitaran.

  • En la actualidad, ¿cuántas voluntarias trabajan? ¿En qué centros de salud?*

Tenemos 420 mujeres en el servicio de voluntarias. Estamos en San Isidro en el Hospital Central y en el Materno Infantil; en la Ciudad de Buenos Aires en el Hospital Bernardino Rivadavia y en la Maternidad Ramón Sardá. Todas las conexiones a estos lugares se dieron por profesionales que estuvieron en el Hospital Central de San Isidro y que veían la necesidad de formar un grupo de trabajo en las demás entidades de salud.

  • ¿En qué consiste puntualmente la tarea de “Damas Rosadas”?*

En realidad, hacemos de todo un poco porque el trabajo es muchísimo. Estamos en las salas orientando al enfermo que llega y no sabe con qué especialista atenderse o qué papeles debe presentar en la recepción; en las habitaciones, lavamos cabezas, afeitamos, le alcanzamos ropa al enfermo, le llevamos aquello que permita el hospital y se deba comprar afuera, y llamamos por teléfono a la familia del internado, si alguna circunstancia lo requiere. En los consultorios ayudamos al profesional para que la consulta sea más dinámica, es decir, si es que falta la historia clínica de algún paciente, las voluntarias vamos a buscarla para que el médico no tenga que salir e interrumpir su atención, y lo mismo ocurre cuando el enfermo tiene que ir a hacerse un estudio, siempre estará una “Rosada” para acompañarlo.

  • ¿Qué es para usted ser voluntaria?*

En los 30 años que llevo en el servicio para mí es algo maravilloso, porque este trabajo me da muchísima satisfacción. El agradecimiento de la gente es el mayor premio que tenemos. Siempre digo que muchas veces uno recibe más de lo que da. Es un compromiso moral porque cada Dama Rosada viene con voluntad propia y debe actuar con el enfermo y la familia de la mejor manera; además de respetar sus cuatro o cinco horas semanales como algo sagrado (en el caso de no poder asistir debe comunicarse con su compañera para que la suplante), ya que los pacientes están allí esperando por cada uno de nosotras en los diversos hospitales que trabajamos.

  • ¿Tienen idea de expandir su trabajo a otra zona del Conurbano o de Capital?*

En el Hospital Interzonal de Agudos Evita, de Lanús, y en el Hospital Zonal General de Agudos Dr. Isidoro Iriarte, de Quilmes, preparamos la casa de Residencia de Madres de bebés prematuros, como la que creamos en la Maternidad Sardá. Allí, las madres de los recién nacidos que tienen patologías muy delicadas, y que quedan en terapia internados un tiempo, deben quedarse a dormir (esto es beneficioso para el bebé, ya que se comprobó que estando con su mamá todo el día su recuperación es mucho más rápida). Asimismo, brindamos a las madres la contención necesaria para que puedan se dedicar a la recuperación de sus hijos. Sabemos que en Lanús el trabajo continúa, mientras que de Quilmes no tuvimos más novedades al respecto y no sabemos si realmente pudieron concretar ese mismo proyecto allí.

  • ¿Y qué les recomendaron a ese grupo de voluntarias del Hospital Evita?*

Básicamente les brindamos asesoramiento, les enseñamos a buscar voluntarias, a elegir y armar la Casa de Madres, a partir de nuestra experiencia en este tipo de proyectos. De todas formas, nos dio mucho trabajo por la distancia que separa nuestra entidad de aquel centro de salud (el Hospital Evita se encuentra en la localidad de Lanús, al Sur del Conurbano Bonaerense, mientras que la sede de trabajo de Damas Rosadas se ubica en Beccar, al norte del Gran Buenos Aires) y se hacía dificultoso que este nuevo grupo de voluntarias pudiera llegar hasta San Isidro a reunirse los martes con nosotras y coordinar todo el trabajo. Por eso, les hicimos crear un nombre parecido al nuestro: “Señoras de Rosa”, pero ellas son un grupo totalmente independiente.

  • ¿Las han llamado desde el interior del país para abrir algún equipo de voluntarias en otras provincias?*

Sí, nos han llamado desde Misiones, Jujuy y Tucumán. En la medida de lo posible mandamos alguna voluntaria con todo el material, aunque muchas veces es difícil que pueda quedarse por un período de 15 días o un mes en la provincia que lo solicite. Nos gustaría expandirlo más hacia el interior, pero necesitaríamos un grupo que se dedique exclusivamente a eso. Claro que después que se arma el servicio, las voluntarias del interior tienen que seguir solas en su labor porque desde Buenos Aires se complica mucho la coordinación y seguimiento de tareas.

  • Tengo entendido que tienen un Hogar de Día para niños, ¿qué trabajo se lleva adelante allí?*

Sí, un orgullo que tenemos es nuestro Jardín Maternal con pequeños que van desde los 45 días a los 3 años, de madres jefas de hogar. Para ingresar a esta Casa de Niños, buscamos que la familia sea carenciada porque hay lista de espera para poder ingresar. Allí los niños están muy bien cuidados, tratados con amor y bien alimentados, les damos desayuno, almuerzo, merienda y algunos se llevan consigo la cena para su casa. Asimismo, contamos con un cuerpo de maestras, nutricionistas, pediatras, que asisten a los niños dos veces al mes; también, les brindamos charlas a la madres sobre problemáticas de salud, y talleres de cocina y pintura gratuitos para que ellas puedan expandirse laboralmente.

  • ¿Qué mensaje les da a las voluntarias que recién ingresan al servicio de Damas Rosadas?*

Les digo que siempre tenemos que tener una sonrisa, aunque por dentro tengamos un problema enorme. Y principalmente hay tres puntos básicos que una voluntaria debe tener en cuenta: el oído para escuchar, la boca para consolar y las manos para dar. El enfermo de un hospital necesita ser escuchado, acompañando su problema de salud con palabras y dando amor con las manos, mediante una caricia o una palmada en el hombro. Por ejemplo, en la vorágine del hospital una señora se encuentra llorando en un banco y la gente va y viene y nadie se detiene a ver qué le está ocurriendo; ahí tenemos que actuar nosotras y prestarle a la persona nuestro oído, nuestra palabra de aliento y nuestro cuerpo para que se sienta contenido.

  • ¿Y cómo se trabaja con respecto al involucramiento con el paciente?*

Para eso estamos nosotras las coordinadoras. Si observamos si hay alguna voluntaria obsesionada con un paciente, la llamamos y le explicamos que no es bueno ni para ella ni para el enfermo. En definitiva, uno se involucra con su trabajo, pero tenemos que saber hasta dónde es saludable o no. Por ejemplo, tuvimos una voluntaria que se adoptó un chiquito abandonado en el Hospital Materno Infantil; era tanto el cariño que esta voluntaria le tenía al niño que iba todos los días a cuidarlo a cualquier hora, ya que el pequeño se encontraba muy enfermo y delicado, pero ahora está muy contenido por su entorno. Fue tan importante para esta voluntaria adoptar a aquel niño, que una vez me expresó con los ojos llenos de lágrimas: “El hospital me dio la vida”.

  • ¿Por qué eligieron el color rosa para sus guardapolvos?*

El color rosa se remonta a la Primera Guerra Mundial. La historia cuenta que en Francia las voluntarias de salud que iban de guardapolvo blanco como las enfermeras, se manchaban con sangre y el inconveniente venía al querer quitar esa mancha. En aquella época las voluntarias lavaban una y otras vez su ropa, y cada vez más se iba tiñendo del color rosa de la sangre que caía en aquella vestimenta. Así, el rosado le fue ganando al blanco y allí fue donde nació la “voluntaria de color rosa”. Nosotras lo adquirimos gracias a nuestra visionaria presidenta Eloisa Casal a principios de los años ´60.

¿Cuáles son los desafíos a futuro para Damas Rosadas?

Queremos llegar a incorporar voluntarias en el Hospital de la Ciudad de Boulogne porque es una materia pendiente desde que se inauguró, ya que en aquella oportunidad Eloisa Casal tuvo un problema con la administración de la entidad y nunca más fuimos. También, me gustaría expandirme de la localidad de San Isidro y llegar al Hospital de Vicente López y claramente tener mayor fuerza en la Ciudad de Buenos Aires.

Cómo contactarse: para participar del voluntariado o por donación, comunicarse al 4743-0677 ó a cualquier hospital en lo que están las Damas Rosadas.
También se puede visitar la página Web: http://www.damasrosadas.org.ar o enviar un mail a: www.damasrosadas@obispado-si.org.ar

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