“Es un mal general, se olvidan, hay falta de inversión.” Luego de las movilizaciones para pedir mejoras en el servicio de energía eléctrica que realizaron vecinos y organizaciones de Monte Chingolo, la ausencia de respuestas fue la explicación que encontró Carlos Franco, integrante del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) de Lanús para denunciar el incendio que sufrió, luego de un cambio de tensión, la panificadora “Semillita”, una fuente de trabajo autogestionado para cinco familias.
Alrededor de las 2 de la madrugada, “una suba de tensión generó una chispa en el tablero (eléctrico), que fue al ‘quemador’ del horno y provocó una explosión; después, ya no lo pudimos parar”, relató Franco, que pronuncia las pausas cuando tiene que describir el episodio. “Pasa que se hizo con tanto esfuerzo, que duele.”
Movilizaciones, presentaciones a la Municipalidad y un corte en Camino General Belgrano habían sido las herramientas a las que el movimiento apeló para buscar soluciones. Es que los cambios de tensión eléctrica ya habían provocado en el barrio cortes de hasta diez días en pleno invierno y la pérdida de mercadería al emprendimiento social; hasta que el viernes 14 se produjo el incendio.
Cuando comenzó el invierno, la situación ya era conocida por los vecinos: “El servicio de electricidad es pésimo, se incendian los transformadores, los cables no aguantan. Y no es casual”, describió a AUNO Nancy Medina, una vecina del barrio.
La sobrecarga de artefactos eléctricos para la calefacción, en general por estufas eléctricas, genera que las instalaciones no sean las aptas para una población que va en crecimiento. “En Edesur (que no respondió a la requisitoria de esta agencia) dicen que están saturados”, aseguró el panadero y evaluó que ello se debe a que “no hay inversión”.
El incendio provocó un daño estimado en 70 mil pesos, que incluye la pérdida del horno rotativo que había sido comprado a partir del programa social nacional Manos a la Obra y que estaba valuado en 28.500 pesos. La instalación estaba organizada a partir de máquinas monofásicas para evitar que colapsen los comandos eléctricos, como de todas formas ocurrió.
TRABAJO SIN PATRÓN
La panificadora funcionaba desde mediados de 2007 y había llegado a trabajar 150 kilos de harina por día para vender el kilo de pan a 3 pesos, un precio ubicado por debajo de sus competidores.
El emprendimiento “sin patrón”, con decisiones tomadas en asamblea por sus hacedores, proveía de mercadería a la copa de leche y el comedor comunitario que la organización sostiene en Chingolo, además de abastecer a tres kioscos y vecinos de la zona.
El dinero obtenido se destinaba al mantenimiento de las máquinas y la compra de materia prima, mientras que el resto se repartía de forma equitativa entre Beto, Norma, Carlos y las dos Esther, los cinco trabajadores.
PONERSE DE PIE
Este sábado, la organización realizará una “jornada solidaria” para limpiar el predio ubicado en Donato Álvarez y Closterman, Lanús Este, y volver a funcionar. Para ello, montó una campaña que apela a la colaboración en la recuperación de maquinaria o la donación de utensilios que se precisan para la actividad.
Entre los elementos necesarios para retomar la producción, se cuentan una amasadora, balanzas, una sobadora, cables, cajas registradoras y estanterías. También azulejos, muebles y lámparas de bajo consumo.
“El trabajo del movimiento es a fuerza de lucha, nadie nos regalo nada”, subrayó Florencia Vespigani, otra de las integrantes y referente del Bachillerato Popular Roca Negra. “Seguiremos por ese camino, porque es la fuente de trabajo de los compañeros”, concluyó. Los interesados en colaborar, pueden comunicarse a la dirección de correo electrónico mtdlanus@gmail.com.
MNL-AFD
AUNO-21-08-2009
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