Lomas de Zamora, septiembre 22 (AUNO).- En un acto organizado por alumnos, ex alumnos y docentes de la Escuela Normal Antonio Mentruyt (ENAM), en conmemoración de la “Noche de los Lápices”, se homenajeó a los estudiantes desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar que cursaron sus estudios en esa institución. Además, se colocaron baldosas de “Verdad”, “Memoria” y “Justicia” en la entrada del colegio y se descubrió una placa con los nombres de los alumnos de la “división perdida”.
Alrededor de las 18:30 y bajo un cielo con nubes amenazantes de hacer llover, un escenario fue montado sobre la calle Manuel Castro. Una vez cantada la versión de Charly García del Himno Nacional, muy característica de ese tipo de ceremonias en el ENAM, se dio inicio al acto.
Adelante del escenario había 31 alumnos que representaban a la “división perdida”, y cada uno de ellos sostenía una pancarta con una foto de un estudiante desaparecido. El ex alumno y actual docente Pablo Daniel Hernández dijo a los presentes: “Hoy estamos aquí para dar testimonio de aquellos que pasaron por nuestra vida y nos dejaron huellas. Esas huellas (por las baldosas) son las que ahora están en la vereda. Hoy colocaremos las últimas tres que estarán al pie de la placa y serán parte de este homenaje, que son “Memoria, Verdad y Justicia”. Es así que ellos van a estar siempre presentes”.
La Escuela Normal es un emblemático y muy reconocido colegio del distrito de Lomas de Zamora. Fue creada en abril de 1912, por lo que este año se cumplieron cien años de su fundación. Y así como fue el lugar donde se formaron muchos profesionales y objeto de elogios y reconocimientos, también fue víctima del terrorismo de Estado durante la última dictadura cívico-militar.
Muchos de los estudiantes que fueron detenidos-desaparecidos pertenecían a distintas agrupaciones políticas de izquierda que reclamaban, entre otras cosas, por el boleto estudiantil, un proyecto que desde ésa época se encuentra en el Congreso de la Nación y que aún no es tratado. Es por ello que en las baldosas, ubicadas a la entrada del colegio, están escritos distintos valores como “voluntad”, “amistad”, “trabajo”, “futuro”, “libertad”, “militancia”, “coraje”, “valentía” y “sueños”, entre otros, que representan los ideales de lucha de aquella década de 1970.
Gustavo Ferman es un ex alumno que, durante su adolescencia, militó en las filas de la Juventud Peronista de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Si bien egresó en 1976, en el colegio vivió los años previos al golpe militar que lo persiguió. En diálogo con AUNO recordó su paso por las aulas: “Fue una época en la que pensábamos que la revolución estaba a la vuelta de la esquina, que podíamos tocar el cielo con las manos. Hubo gente que dio la vida por sus ideales. Se vivieron momentos muy duros porque también hubo una clara complicidad de las autoridades escolares, porque cuando se les exigieron los legajos de los estudiantes para que sean entregados al Ejército, ellos accedieron y los entregaron sin ningún miramiento”.
Ya en democracia, hubo dos actos-homenaje importantes para la institución: El primero fue en 1986 y concurrieron las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo. El segundo fue en 2006, donde un grupo de estudiantes pintó un mural en una pared de la entrada principal del colegio para homenajear a la “división perdida”, donde colocaron las fotos de cada uno de los desaparecidos.
La década de 1970 constituye, tanto para la historia argentina como para el ENAM un punto ciego, una llaga. Cada 24 de marzo y cada 16 de septiembre, las heridas que parecían estar cicatrizadas vuelven a abrirse para repetir en forma unánime “Nunca más” y para continuar concientizando que sin memoria no hay presente posible.
MP-AFD
AUNO-22-09-12
