Los vendedores de diarios de Almirante Brown, Presidente Perón y San Vicente denunciaron “amenazas” provenientes del Sindicato de Vendedores de Diarios, Revistas y Afines de Capital Federal y Gran Buenos Aires (Sivendia) en el marco de la decisión de no abrir los puestos por celebrarse el Día del Canillita. Fueron varios los que no abrieron para mantener esa decisión en pie, y otros no lo hicieron por temor a represalias.
Ante esas acusaciones de “presiones” ejercidas por el gremio hacia los diareros, el secretario de Prensa de Sivendia, Martín Bargas, explicó a AUNO que la entidad “está a favor de los trabajadores y lejos de cualquier medida represiva”, motivo por el cual garantizó que “el canillita que quería cerrar o abrir estaba en todo su derecho”.
El conflicto surgió luego de la decisión del sindicato de mantener la jornada de descanso y la de las empresas editoras que ofrecieron al gremio mayores ganancias para que los diareros trabajaran en su día, al único feriado del año.
Según informó Bargas, la adhesión de los trabajadores frente a la iniciativa del día de descanso sobrepasó las expectativas: “el 95 por ciento de los puestos del Gran Buenos Aires y el 92 en Capital Federal se sumaron a la propuesta” del gremio.
Jorge, dueño de una parada en San Vicente, ejemplificó que “la semana pasada junto con el paquete de diarios la distribuidora adjuntó una carta de las editoriales que ofrecían a los puesteros casi un 100 por ciento de la venta de cada diario” durante el Día del Canillita.
Otra puestera llamada Delia, que tiene su parada en Burzaco, señaló que tuvo que “cerrar el negocio porque dijeron que si no iba a haber consecuencias”, al tiempo que puntualizó que esos “aprietes” fueron realizados por “gente del gremio”.
Tras reiterar la desmentida de tales “amenazas”, Bargas resolvió que el término “presiones” encuadra mejor con la decisión de las empresas editoriales de “regalar” los ejemplares y la recaudación del día, medida que según conjeturó el gremialista señala una relación “encubierta” de “fuerza económica”.
En la misma tónica y a través de una publicación que se distribuye en Buenos Aires, Sivendia acusó a los editores de “generar un clima de violencia inaudito” bajo el argumento de mantener “la continuidad de flujo informativo”.
A raíz de esa pugna entre el gremio y las empresas, los diareros se encontraron ante una encrucijada: “Cerrar es lo correcto porque es día de descanso, pero si el puesto de al lado abre, hay que abrir para no perder la clientela”, sintetizó Adrián, empleado en una parada en Guernica, en diálogo con esta agencia.
“Es una barbaridad: de 365 días que tiene el año”, los canillitas tienen “sólo tres de descanso (el Día del Trabajador, Año Nuevo y Navidad) y la verdad que es muy poco”, evaluó.
No obstante la amplia adhesión al cierre de puestos, en Capital Federal y el Conurbano bonaerense las editoriales ya habían anticipado la disposición de “esquemas de venta” de diarios y revistas a través de puntos alternativos.
Asimismo, en algunos de los sitios web de medios gráficos nacionales, los lectores encontraron la posibilidad de descargar desde sus computadoras una versión gratuita, replica del diario de la jornada en formato digital.
Los puesteros consultados denunciaron otras problemáticas que “ni el sindicato ni el Ministerio de Trabajo resuelven”, como la falta de “reglamentación pertinente” para inscribir empleados y la existencia de “paradas ilegales”, que “transan” con Sivendia para desarrollar su actividad.
FG-RI-AFD
07-11-07
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