La organización de la sociedad civil (OSC) Voluntarios sin Fronteras realizará el 15 de mayo un evento de recaudación de fondos en el que, de alguna manera, también se acercarán las diferencias entre países por un bien común. Se trata de una feria de platos internacionales, con la que esperan financiar unos 15 proyectos.
Será en Mauré 3955, Capital Federal, desde las 21.45. Habrá una entrada de $15, por la que se podrán degustar hasta tres platos, más el postre y la bebida, además de disfutar de espectáculos culturales. Las comidas serán elaboradas por los 80 voluntarios que son miembros de la institución.
VSF es una organización sin fines de lucro cuya meta es fortalecer proyectos sociales a través del intercambio internacional de voluntarios. Son intermediarios entre los grupos sociales del país y del exterior que se proponen llevar a cabo tareas solidarias. La idea es contactar a unos con otros para que puedan colaborar entre ellos.
Además, les dan la posibilidad a todas aquellas personas extranjeras que así lo deseen de poder participar de las tareas que ellos realizan, y que giran en torno a ayudar a los niños y adolescentes en distintas problemáticas, de maneras muy diversas. Además, colaboran con muchas otras instituciones para que puedan concretar sus objetivos.
Su base es canalizar a todos aquellos extranjeros que, por diversos motivos, vienen a nuestro país, para poder integrarlos a las tareas de las organizaciones. El tiempo con el que cada persona colabora depende de la estadía en el país: puede ir desde quince días hasta un año, aunque el promedio se ubica en los cuatro meses.
Este trabajo siempre se realiza en red, ya que desde VSF creen que no hay que trabajar solos sino cooperar e integrarse. “Hay un quintismo en las ONG’s, ya que cada una trabaja por separado y atiende sólo a su quinta, a lo suyo”, sostuvo el director de la institución, Gustavo Curcio, a AUNO- Tercer Sector.
Los planes de trabajo son siempre comunitarios, y están exclusivamente destinados a niños y a jóvenes; sólo son ejecutados por voluntarios, ya que VSF no tiene empleados de ningún tipo, aunque algunos de sus integrantes son argentinos. “A veces los problemas son comunes, pero lo que no lo es son las formas de solucionarlos”, recalcó Curcio. Entre los proyectos propios se encuentra la prevención del VIH, la formación respecto a los derechos, una revista comunitaria y el brindar herramientas informáticas.
La institución tiene tres años de existencia; posee una central en Once, y dos puntos de apoyo –donde efectivizan la mayor parte de las ideas-, uno en Villa Soldati y otro en el asentamiento conocido como Villa 31. Se financian principalmente a través de proyectos presentados a concurso y que han sido ganadores. Pero también cuentan con los aportes de particulares, y con lo recaudado de los eventos –como la feria de platos- y de la venta de merchandising.
Más allá de que las satisfacciones – en palabras de sus integrantes- han sido enormes, también hay serias dificultades a lo largo del camino. Una de ellas es la instalación de la propuesta en la sociedad.
Otra de las desventajas tiene que ver con los recursos, ya que las empresas no ven la iniciativa como una temática prioritaria –a lo que ahora se suma la crisis económica-, ya que tienen una “mirada muy sesgada” respecto a las organizaciones con las que colaboran, y financian sólo a determinados tipos, dicen sus responsables. Por todo esto, a veces les resulta muy difícil conseguir fondos.
Para el futuro, la experiencia internacional de la organización tendrá su prueba en casa, en octubre, cuando se realice en la Argentina un encuentro con VSF local como anfitrión. En relación a esto, y en cuanto a crear una suerte de VSF en otros países, el director señaló a AUNO-Tercer Sector: “Vamos camino a eso, quizás en el encuentro de octubre se logre, pero ahora hay otras prioridades”.
Cómo contactarse:
Voluntarios sin Fronteras
Av. Rivadavia 2890 4º Piso Of. 308 – Ciudad de Buenos Aires, Argentina
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