Batucadas por Matías Pena

A cuatro meses de la aparición del cuerpo de Pena en una celda de la Comisaría Segunda de Lanús, decenas de personas volvieron a marchar hasta esa dependencia policial para reclamar el esclarecimiento del caso. La Policía dice que se «ahorcó». Sus familiares la acusa de haber cometido –-por lo menos—- negligencia y le adjudican la responsabilidad de la muerte.

A cuatro meses de la muerte de Matías Pena, un hombre de 29 años hallado muerto en un calabozo de la Comisaría 2ª de Lanús, familiares y amigos marcharon nuevamente ayer hacia esa institución policial en busca de “justicia” en lo que creen fue un “asesinato”. Los funcionarios locales de esa fuerza de seguridad aún sostienen que se “ahorcó”.

Medio centenar de personas convocadas por familiares, amigos y la Coordinadora Antirrepresiva por los Derechos del Pueblo (Cadep) se reunieron en la esquina de la casa donde vivía Pena, en Salta e Illia (ex Mitre), de Lanús Este, para marchar hacia la comisaría por el “esclarecimiento del caso”. Allí, entre tambores, pancartas y banderas, algunos amigos comentaron cómo vivió el muchacho: “Tenía tres hijos pequeños; era un hombre laburador como cualquiera otro que llega todos los días a su casa a las 8 de la noche después de trabajar. Es impensado que se haya suicidado”.

El hecho ocurrió la madrugada del 4 de marzo cuando Pena fue hallado muerto en un calabozo de la Comisaría 2ª media hora después de que la policía lo detuviese, sospechado de haber roto una vidriera de un bar de la zona. Los policías de esa dependencia sostuvieron que el hombre se había suicidado. En cambio, la familia sospechó de esa afirmación, sobre todo porque Pena apareció ahorcado con su remera en una ventana ubicada a una altura menor que la de él.

La movilización arrancó desde la calle Salta hasta llegar al centro de Lanús en la calle 9 de Julio, al ritmo de tambores. Todo acompañado bajo el lema: “Matías presente, ahora y siempre”. En cada esquina, de las ocho cuadras que distan desde el punto de encuentro hasta la comisaría, David, un amigo de Matías y vocero de la marcha, hacía una pausa para comentar lo sucedido a los transeúntes: “Los policías dicen que se suicidó, pero él era un muchacho de 1.85 metros de altura y un peso de 90 kilos que fue encontrado ahorcado con su remera en una claraboya de menor altura que él”.

Sus allegados repartieron panfletos que informaban lo que sucedió, durante todo el camino. Las personas que circulaban por las tiendas de compras parecían no saber de qué se trataba la movilización. Pero ni el abrumador tránsito ni la música que parecía salir indiferente desde el interior de los comercios centrales acalló las batucadas y voces que entonaban a “Matías lo mató la policía”.

Durante el acto, Elais, la hermana de Matías, aseguró que pretendían que con la marcha “se dé a conocer lo que le pasó” a su hermano para que “nunca más” vuelva a suceder. “El propósito no es sólo para que se resuelva este caso”, sino también para “no tener que vivir con miedo de salir a la calle”, afirmó.

“El espíritu de todas las marchas siempre fue pacífico”, aseguró Elais. A pesar de que ya pasaron cuatro meses, el caso aún no tiene novedades. Sus familiares, amigos y vecinos realizan todos los 4 de cada mes una movilización para exigir “Nunca Más”.

PL-AFD
AUNO-06-07-10

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