Vecinos homenajearon a un soldado caído en Malvinas

Se reunieron para recordar a Marcelo Daniel Massad, quien cayó en combate cuando intentaba salvar a alguno de sus compañeros. Treinta años después, el recuerdo de su «heroísmo» quedó intacto en el amor de sus padres y en la memoria de los vecinos.

Marina Pandolfi

Lomas de Zamora, junio 10 (AUNO).- En una de las principales esquinas del centro de Banfield, los vecinos de esa ciudad lomense recordaron a Marcelo Daniel Massad, un soldado de la guerra de Malvinas de cuya muerte en combate se cumplen 31 años. Fue “un pibe muy querido” por la gente del barrio, dijo uno de sus camaradas que estuvo allí junto con los veteranos de la Comisión de Enlace de Lomas de Zamora y autoridades del Colegio San Andrés, donde Marcelo había concurrido hasta finalizar sus estudios.

A las 10 de la mañana, el tránsito en Alsina y Maipú se encontraba interrumpido. Ahí, en medio de la calle, estuvo la orquesta municipal haciendo el Himno nacional. Tomados de la mano y los Massad, una de las familias más reconocidas de esa ciudad, cantando con fervor cada una de las estrofas.

La historia del soldado Marcelo Daniel Massad comenzó como la de cualquier otro chico: recién egresado del colegio, le apasionaba jugar al fútbol y tenía planes de continuar sus estudios en la Universidad de Buenos Aires. Sólo que a los 19 años decidió cambiar su futuro para cruzar el mar e ir hasta el fin del mundo a “luchar por la patria”, en palabras de su padre Osvaldo.

Marcelo cayó en combate la noche del 11 de junio, tres días antes de que el ex presidente de facto Leopoldo Galtieri anunciara la rendición de las tropas argentinas. “Al grupo de Marcelo le habían dado el aviso de retirada. Él sabía que tenía camaradas detrás de él y pensó: ‘Si nos retiramos, nos retiramos todos’. Entonces, volvió para avisarle a sus compañeros y fue ahí cuando una ráfaga de ametralladoras le atravesó el cuerpo”, recuerda su padre.

Su madre, Dalal Abd, también rememoró que ese mismo día fue la visita del Papa Juan Pablo II a Argentina, y que ella estaba, junto con otros familiares, en una vigilia en la Catedral Metropolitana. “Era una noche tan fría que no me quiero ni imaginar cómo la estaba pasando él ahí en Monte Langdon”. Cuando el Papa tocó y bendijo una foto de Marcelo que Dalal le extendió, él ya había caído.

A partir de entonces, la historia de Marcelo se convirtió en motivo de lucha de sus padres para que la causa por Malvinas no quede en el olvido. Dalal es vicepresidenta de la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas y Osvaldo es tesorero. Para cada acto, cada fecha conmemorativa y cada charla a la que son convocados, asisten con gusto y con vocación.

Durante el acto, Osvaldo sostuvo que “no hay que decir que son ‘ex’ combatientes, porque ellos todavía siguen combatiendo, siguen luchando por la causa Malvinas, como mi hijo Marcelo que juró defender a la patria con su vida. Como padre, me duele la pérdida y la ausencia de mi hijo, pero estamos orgullosos por su causa. Tampoco debemos olvidar a los otros 649 soldados que, sin pedir nada, dieron todo”.

Después de 30 años, Marcelo sigue presente en muchos rincones de Banfield. En el club, una sala de vestuarios lleva su nombre. En la confitería Tiara hay una placa que lo recuerda. En 2011, el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, le rindió homenaje al bautizar con su nombre la nueva Terminal de Colectivos. Y en su casa perdura en la memoria y el cariño de sus padres y sus hermanas, que dejaron su cuarto tal como él lo dejó.

MP-AFD
AUNO-10-06-13

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