Desde hace dos años, la OSC Artura trabaja en diversas localidades del Gran Buenos Aires con el objetivo de proporcionar a la sociedad herramientas que aporten a la formación de cooperativas y emprendimientos grupales y autogestionados, siempre desde el costado humano y los valores de la solidaridad.
En el camino del trabajo social, la organización comenzó a trabajar junto con una ONG que lleva el mismo nombre y, desde Chile, trabaja por la ecología y el deporte.
En enero de 2009, un grupo de amigos preocupados por la desigualdad social pensó en hacer una colecta de alimentos que se extendió en fiestas de cumpleaños, recitales y el famoso “boca en boca”. Así comenzó el primer trabajo de Artura.
“Esto se inició con el propósito de fundar una organización comunitaria en la que cada uno pueda aportar desde su pasión, oficio o profesión” explicó Andrés Vélez, uno de los fundadores de la organización.
Es que Artura funciona desde una doble vía: por un lado, es una fuente de ayuda para los sectores olvidados y, por el otro, es un espacio en el que estudiantes y profesionales de diversas disciplinas pueden aportar y crear nuevos proyectos desde la inclusión.
Los primeros pasos se dieron en el merendero “La Casita de Lanús”, cuando para los festejos por el Día del Niño, Artura recolectó juguetes y alimentos. Paralelamente, en ese tiempo comenzaron a contactarse a través de redes sociales con una agrupación de Chile. De este contacto surgió Artura Chile, una ONG que trabaja por la inclusión social, desde la ecología y el deporte.
A partir de esa primera experiencia y el trabajo logrado, la OSC comenzó a crecer con la sumatoria de artistas, profesionales y estudiantes que comenzaron a formar una agrupación cuyo objetivo es intervenir en las problemáticas de salud de la comunidad, desde los aspectos clínicos y sociopolíticos.
Con estos márgenes de trabajo y cargando con una corta vida en el camino de las ONG, el objetivo para este año es poner el marcha una investigación sobre bachilleratos populares. A pesar de encontrarse en su etapa de diseño, la principal idea es obtener herramientas de comprensión de la nueva modalidad de enseñanza media y así generar posibles dispositivos de fortalecimiento para la misma.
“El 2011 nos encuentra más fuertes, habiendo crecido un poco más y buscando nuevos espacios” comentó Vélez, quien aseguró que formar parte de un proyecto así, es una forma de responder a la pregunta “¿Qué tiene que ver cada uno de nosotros con todo esto que pasa?”.