Las víctimas del 19 y 20 en el conurbano sur

La mayoría murió durante los saqueos. Los hubo en Fiorito, Almirante Brown y Lanús.

El 19 y el 20 de diciembre de 2001 quedaron señalados en el calendario de la historia argentina contemporánea como dos jornadas de movilización popular que estrenaron el cacerolazo como medida de protesta contra el gobierno de Fernando De la Rúa en medio de una crítica situación social y económica reflejada en una ola de saqueos a nivel nacional: una “pueblada” que derivó en una represión de las fuerzas de seguridad que dejó un saldo de 34 muertos y decenas de heridos.

Desde la noche del 19, la Plaza de Mayo recibió a miles de jóvenes y adultos, militantes o no, que coincidieron con la consigna “que se vayan todos”, para reclamar contra las medidas económicas del entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, y del gobierno de la Alianza; un escenario que se repitió a lo largo del país.

El conurbano bonaerense también tuvo sus movilizaciones y lamentó sus muertos, como Carlos “Petete” Almirón, oriundo de Lanús que militaba en la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) y la Coordinadora de Desocupados 29 de Mayo, que murió de un disparo en el pecho proveniente de una arma de la Policía cuando encabezaba una columna de manifestantes en 9 de Julio y Avenida de Mayo.

“Petete” era estudiante de Sociología en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y se había iniciado en la militancia política cuando tenía 23 años, lo que le permitió convertirse en uno de los principales referentes de las organizaciones del sur del Gran Buenos Aires luego de haber sido fundador de organizaciones sociales de Lanús y Remedios de Escalada y de haber integrado el Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) Teresa Rodríguez.

Los compañeros de militancia que estuvieron con Almirón ese 20 de diciembre recuerdan que, durante la represión, acompañó a un grupo de mujeres hasta una estación de subte en la zona del Obelisco para que llegaran “sanas y salvas”, luego de haber desviado una granada de gas hacia un camión hidrante cercano.

En la causa por la muerte de Almirón y de otros cinco manifestantes, caratulada por la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº5 como “homicidio culposo”, están procesados el ex jefe de la Policía Federal Rubén Santos, el ex secretario de Seguridad Enrique Mathov, el ex presidente Fernando de la Rúa y los comisarios Roberto Andreozzi y Norberto Gaudiero, entre otros policías.

El distrito de Almirante Brown también fue sitio de la “pueblada” de 2001 como lo refleja la muerte de Roberto Agustín Gramajo, de 19 años, que falleció luego de que un agente de la Policía bonaerense hasta la actualidad no identificado le pegara un disparo en la cabeza, cuando se dirigía a la casa de su tío.

Según los testigos, la Policía disparaba balas de goma a un grupo de jóvenes que se sumaban desde esta zona del conurbano a la movilización que se había iniciado ese 19 de diciembre en Capital, cuando uno de los dos agentes, escondidos detrás de una columna, efectuó tres o cuatro disparos, uno de los cuales terminó con la vida de Gramajo. Por este episodio, la familia de la víctima todavía denuncia la “inacción” de la fiscalía que entiende en la causa.

Según lo informa la Correpi, la lista de víctimas de la Policía provincial también está integrada por Víctor Enríquez (19) de Almirante Brown, Cristian Legumbre (20) de Castelar y Mariela Rosales (28) de Lomas de Zamora.

Las de los saqueos fueron escenas que se reiteraron en distintos puntos del país, en particular en el conurbano bonaerense, donde los supermercados de mayor envergadura como Coto de Monte Grande, Temperley y Lanús, entre otros, fueron custodiados por las fuerzas de seguridad dirigidas por Carlos Ruckauf, resguardo que no presentaban los comercios más pequeños.

El caso de Diego Ávila, de 24 años, es uno más de los productos de la falta de custodia policial durante los saqueos a comercios, cuando en Villa Fiorito, partido de Lomas de Zamora, Liu Yan Qung, dueño de un supermercado “Family”, lo mató de un disparo en la cabeza como respuesta a la muchedumbre que quería ingresar a su negocio, ubicado en Recondo al 400 de esa localidad.

José Vega, de 19 años, murió en un episodio similar: el dueño del supermercado “Oriente”, ubicado en el cruce de ruta 12 y Yepes de la localidad de Moreno, lo mató de un disparo cuando querían saquear su comercio.

A Julio Hernán Flores, de 15 años, lo mataron cuando en el comercio “Angelito” de su tío, en Merlo, donde trabajaba en la reposición de la mercadería en las góndolas.

Otra de las víctimas bonaerenses de los dos días trágicos del 2001 fue Víctor Ariel Enríquez, de 21, quien murió en la vereda del autoservicio “Arca Noé” del barrio Don Orione, en Claypole, como consecuencia de un disparo proferido por el dueño del local, Àngel Villanueva. Pablo Marcelo Guías (23) también murió durante el saqueo a un supermercado, en este caso en San Francisco Solano, Quilmes.

El estado de sitio decretado por Fernando de la Rùa y su pedido de “cordura y reflexión” a la población no fueron suficientes para evitar la asonada popular que produjo el anunciado retiro de la cúpula de la Rosada.

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MNL-AFD
AUNO-20-12-07
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