Armando González: «Fue la emoción más grande de mi vida»

La Urraca, capitán y símbolo del ‘Granate’, recordó la hazaña del club del Sur del Gran Buenos Aires en El Campín de Bogotá: «Significó un montón para mí. Sobre todo porque empecé de abajo. Primero en el ascenso, con la cancha de madera… Y llegamos hasta allá».

Hace una década, el ex defensor y capitán de Lanús Armando González alzaba la Copa Conmebol en el estadio El Campín de Bogotá y le ofrendaba la primera gran alegría futbolística al pueblo ‘granate’.
La ‘Urraca’ González, actualmente a cargo de la Cuarta División, se formó en las categorías inferiores del club del Sur del Gran Buenos Aires y a fuerza de fidelidad y perseverancia es uno de los grandes ídolos de la historia de la institución.
Como futbolista, defendió la casaca de Lanús durante 18 años. Buenas y malas. Desde aquel ascenso frustrado en 1989, cuando perdió “una final” con Chaco For Ever, pasando por la promoción conseguida un año más tarde, un efímero paso por Primera División, la vuelta al Nacional B y el inmediato retorno a la elite, hasta lograr pelear mano a mano con los equipos grandes y aquella inolvidable coronación en tierras caribeñas.
Allá, en la lejana Colombia, el equipo dirigido por Héctor Cúper perdió 1-0 contra Independiente Santa Fe, pero hizo valer el 2-0 que había conseguido una semana antes en ‘La Fortaleza’ de Guidi y Arias para consagrarse como monarca de la ya extinta competencia continental y dar la única vuelta olímpica oficial en sus 91 años de vida.
“Desde esa final (sic) perdida con Chaco For Ever que tenía atragantado el grito de campeón. Aquella Conmebol significó un montón. Fue lo más importante de mi vida como futbolista. Guardo los mejores recuerdos de aquella época. Todos tirábamos para el mismo lado. Era un gran equipo”, rememoró en diálogo con la Agencia Universitaria de Noticias y Opinión.

—¿Qué recuerdos guarda de la final de la Conmebol de 1996?
—Los mejores. Era un grupo muy unido. Tirábamos todos para el mismo lado. Teníamos jugadores muy talentosos. Un cuerpo técnico muy capaz y trabajador. Y también dirigentes que nos apoyaron durante toda la competencia.
—¿Qué significó para usted dar la vuelta olímpica en Bogotá?
—Aquella Conmebol significó un montón de cosas para mí. Fue lo más importante de mi vida como futbolista. Sobre todo porque empecé de abajo en el club. Primero en el ascenso, con la cancha de madera… Veníamos del Nacional B. Después subimos a Primera y empezamos a pelear campeonatos mano a mano con los grandes y llegamos hasta allá. Para mí es un orgullo.
—¿Cuál era la principal virtud del equipo?
—Era un equipo ordenado. Un plantel con muchos jugadores talentosos. Mucha gente joven que era respaldada por los de más experiencia. Una mezcla interesante. Mucha hambre de gloria.
—¿Y del cuerpo técnico?
—Fue muy importante. Cúper estaba en todos los detalles. Siempre recuerdo la misma anécdota. En el vestuario, antes de jugar la revancha de la final, nos dijo que estemos concentrados, que tuviésemos mucho cuidado de no tener contacto con los rivales en el área. Y a los cuatro minutos estábamos uno abajo por un penal… Entramos muy nerviosos. Yo anduve un poco falto de distancia y algo confundido durante el primer tiempo… Y al final, me puse peor…
—¿Qué le pasó?
—Después de la final y de la coronación, cuando estábamos en el hotel, me descompuse. Eran tantos los nervios que tenía que me tuve que quedar en la habitación mientras mis compañeros celebraban en el hotel. La emoción era enorme. Cuando cantamos el himno argentino sentí un cosquilleo en el estómago… Ufff. Te digo que después casi no pude festejar…
—¿Cuándo se sintieron campeones?
—Cuando pasamos a Rosario Central, que era el equipo más fuerte que nos quedaba. Los partidos con Bolívar de Bolivia también fueron complicados por el tema de la altura. Recuerdo otra anécdota. En el entretiempo, tuvimos que llevar al utilero en camilla porque se descompuso. El tipo fumaba mucho y se ahogó, se quedó sin aire…
—¿Y la vuelta a Lanús tras la coronación?
—Cuando volvimos, el centro de Lanús estaba repleto de gente. Un grupo grande ya había ido a esperarnos al aeropuerto de Ezeiza. No se podía avanzar por la 9 de Julio. Esa fue otra gran emoción. Impresionante.
—¿Cree que Lanús está en condiciones de repetir semejante hazaña?
—¿Por qué no? Lanús está en condiciones de repetir una campaña similar. Por ejemplo, este equipo estuvo muy cerca de hacerlo en la última Copa Sudamericana. Lanús está capacitado para seguir logrando cosas. El problema es que a los clubes chicos se las hace muy difícil mantener los equipos. Lanús está obligado a vender jugadores y no puede mantener un plantel competitivo durante varios años. Igualmente, los chicos que están ahora y los muchachos de experiencia están capacitados para ofrecer pelea y ser protagonistas.

AUNO 04-06-06 MFV

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