Actualidad e influencia de la Reforma Universitaria

El presente de las universidades, el papel de los cambios impulsados en 1918 y la incidencia en otras repúblicas de América Latina fueron algunos de los temas abordados por especialistas argentinos y de Chile, en un panel donde se debatió sobre ese hecho político nacido en Córdoba.

Stella Maris Torales

Lomas de Zamora, mayo 24 (AUNO) – A cien años de la Reforma Universitaria, especialistas disertaron sobre la dimensión latinoamericana de ese hecho político, la apropiación por parte del radicalismo, la dimensión feminista y el perfil cultural de esa revolución nacida en Córdoba.

El debate se realizó durante la reciente edición de la Feria Internacional del libro de Buenos Aires.

En el panel tomaron parte el rector de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), Nicolás Trotta, los licenciados en historia Pablo Manuel Requena y en filosofía Natalia Bustelo y el historiador chileno y docente Francisco Rivera Tobar.

Los invitados hicieron un recorrido histórico de las etapas de la reforma, ocasión en la que se destacó ese hecho político académico como fenómeno “cultural más que como partidario”.

Requena, docente en la Universidad Nacional de Córdoba, habló sobre investigación en el campo de las universidades además de la historia del reformismo.

Aseguró que a la reforma hay que comprenderla en el contexto de una “crisis civilizatoria por diversos factores que presentaron una regeneración cultural en un entorno de crisis de cuestionamientos del legado europeo por parte de los letrados” y destacó que “la revolución ideológica no logró cuajar en una línea partidaria”.

“Hubo una apropiación por parte de la Unión Cívica Radical (UCR) vía Franja Morada desde 1983”, subrayó Requena.

Por su parte, Bustelo señaló que en el desarrollo de los grupos reformistas de las juventudes cultas también emergió un movimiento femenino paralelamente antes de que se diese el estallido de la Reforma.

“El movimiento feminista que reclama igualdad civil, política y cotidiana convivió por los mismos años con las mismos intereses de cambios”, aseguró Bustelo.

Puntualizó que “durante los años de la Reforma un grupo de estudiantes reunidos en Uruguay discutió durante seis días en el primer Congreso Estudiantil Americano en el que participó la primera mujer. Sin embargo, esa participación no se mantuvo en el resto de los demás encuentros”.

Democratizar

“Desde 1918 empezó una demanda de democratización social por parte de los varones y en ese mismo periodo las mujeres también reclamaban igualdad. Pero el primer congreso femenino se concretó en 1910 con la asistencia de setenta mujeres”, precisó Bustelo.

Rivera Tobar explicó que “los procesos de la reforma van respondiendo a la singularidades de cada una de las sociedades latinoamericanas, a pesar de tener un común denominador también son muy específicas en las relaciones internas”.

“En el caso de Chile, debe conceptualizarse los dos procesos de la Reforma tanto el de 1918 y el de 1960, porque ambos contribuyeron en el desarrollo de la democratización de la sociedad chilena extendida hasta la década de los setenta con las elecciones de Salvador Allende, que cae con el golpe de 1973”, señaló el docente chileno.

Por su parte, Trotta aseguró que “es una obligación en el diseño de las nuevas políticas públicas enfatizar sobre el desarrollo de la universidad en relación con la reforma y el proceso de democratización de la última década con la creación de numerosas centros educativos”.

Puntualizó “es necesario interpelar a la universidad” y señaló también que “sobre todo en la actualidad cuando se ve un avance de políticas neoliberales que se traducen en exclusión y fuerte quiebre como lo refleja la situación de Brasil, que lo padece a través de estrategias de debilitamiento”.

“Es necesario afianzar los logros como la gratuidad de las universidades públicas”, enfatizó el rector de la UMET.

Conurbano

Trotta destacó en particular la educación universitaria “en la última década, cuando se crearon más de una decena de universidades ubicadas en lugares del conurbano bonaerense donde sectores de amplísima población no podían acceder a la universidad”.

“Podemos nombrar las Universidades Nacionales Arturo Jauretche (Florencio Varela) de Moreno y José C Paz, donde el ochenta por ciento de sus estudiantes son los primeros universitarios de la familia en acceder a la educación universitaria”, enfatizó el rector de la UMET.

Pisando sobre una revolución

“Hombres de una república libre, acabamos de romper la última cadena que en pleno siglo XX nos ataba a la antigua dominación monárquica y monástica”, dice el Manifiesto revolucionario de la Reforma Universitaria iniciada en Córdoba.

El texto fue dado a conocer el primer día de invierno de 1918. Gobernaba el país el radical Hipólito Yrigoyen, cuyo ministro de Educación era José Santos Salinas, un riojano que se había mostrado al menos dubitativo en los primeros momentos frente al movimiento revolucionario con epicentro en Córdoba.

“Hemos resuelto llamar a todas las cosas por el nombre que tienen. Córdoba se redime. Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. (…) Creemos no equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una hora americana”, dice el Manifiesto.

El texto fue redactado por Deodoro Roca, líder de aquel movimiento y hoy totalmente olvidado. Lo firmaron también Enrique F. Barros, Horacio Valdés, Ismael C. Bordabehere, Gurmensindo Sayago, Alfredo Castellanos, Luis M. Méndez, Jorge L. Bazante, Ceferino Garzón Maceda, Julio Molina, Carlos Suárez Pinto, Emilio R. Biagosch, Angel J. Nigro, Natalio J. Saibene, Antonio Medina Allende y Ernesto Garzón.

AUNO 24-05-18
SMT HRC

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