-¿Cómo calificás tu paso como entrenador de Argentinos Juniors, Racing, Instituto y Sporting Cristal?
-La experiencia en Argentinos fue realizada en un momento de mi vida muy difícil, no fue llevada a cabo como yo hubiera querido. Estaba particularmente con un problema muy personal y grande, y nunca pude darle la fuerza que merece el puesto de entrenador en Primera y un equipo como Argentinos. Racing cae en un momento inoportuno de mi vida, después de haber hecho un buen trabajo pero una mala cosecha de puntos en Argentinos. Luego cometo el error de agarrar el cargo en Instituto, porque si bien el club siempre se brindó con muchas expectativas, en el segundo semestre las cosas empeoraron y la institución entró en crisis. Colaboramos con los resultados obtenidos al principio, en la primera rueda terminamos primeros. Pero lo llamativo fue que en la segunda vuelta no pude terminé el contrato y eso que el plantel había mejorado. Después tuve una experiencia muy corta en Sporting Cristal por cuatro meses. Tenía una cuenta pendiente muy especial, tenía que cumplir con una situación muy personal. Me fue muy bien a pesar del corto período. Es una puerta abierta que tengo en el fútbol peruano. Es un fútbol que está virgen y que hay que aprovechar. Tiene buenos jugadores y los clubes están potenciándose en infraestructura.
-¿Volverías a dirigir en el fútbol argentino?
-No, es algo muy difícil. Sólo podría dirigir a un equipo, Newell’s, del cual soy hincha. Hoy está muy bien cubierto el puesto con Américo Gallego. Le deseo lo mejor por ser simpatizante e hincha de Newell’s. Por supuesto le deseo lo mejor a Banfield que es el club que hoy nos da la posibilidad de trabajar y de poder llevar la comida todos los días a nuestras casas. Pero en Primera División en Argentina, dirigir está lejos de mis objetivos. No tengo ninguna aspiración de volver a dirigir en el país. En el extranjero sí porque es diferente, no sos tan conocido, entrás por la puerta grande. Dirigir en Argentina lo tengo prácticamente descartado.
-¿Hay demasiado exitismo en el fútbol argentino?
-Sí, además hay muchas ingratitudes, muchas injusticias. Si uno pierde es un mal tipo y si uno gana es el mejor, y eso no pasa por ahí. Cuando uno pierde puede ser buen tipo también, lo que pasa es que acá todos son críticos y analistas. Si uno cae simpático hablan bien, sino, hablan mal. Hay mucha intransigencia, no hay un análisis profundo de cada situación. Cuando las cosas no salen bien, no hay que profundizar solamente en el entrenador, sino también en las circunstancias: lo institucional, la búsqueda de jugadores, las incorporaciones, los proyectos de divisiones inferiores. Hay muchas cosas para analizar, pero el primero que cae es el entrenador. Es más fácil y es el tipo que tiene las reglas del juego echadas. Desde ese lugar es muy difícil competir. Si a uno le va bien es un fenómeno, y si a uno le va mal es un desastre.
AUNO-18-03-15
AS-MFV