Historias libres de mujeres tras las rejas

Un documental intenta mostrar la liberación que hallan tres internas del Penal de Ezeiza a través de la palabra. Su directora es Marcia Paradiso, oriunda de Esteban Echeverría, que desafía a los medios de comunicación y a la sociedad a construir otra mirada sobre las personas que construyen un discurso de libertad. Un “desafío al sentido común”.

Carla Perelló

Lomas de Zamora, mayo 26 (AUNO).- Marcia Paradiso es documentalista y profesora de la Escuela de Cine de Avellaneda. Su propósito es mostrar en el largometraje Lunas cautivas lo que las personas son adentro de la cárcel, en pos de cambiar la “visión prejuiciosa” que subsiste sobre ellas desde la sociedad. Por eso, entre 2010 y 2011, decidió posar el lente de su cámara sobre la vida de tres internas que hallan la libertad a través de la palabra en un taller de poesía. El escenario: la Unidad Penitenciaria de Mujeres Nº 31 de Ezeiza. “Si no digo que todo pasa en una cárcel, nadie se daría cuenta”, desafía en una entrevista con AUNO.

Una sucesión de imágenes. La ruta. Un cartel que indica la entrada a la cárcel. Tres caras. Liliana, Lidia y María José. Las tres escribiendo. Los bosques de Santa Catalina, de Lavallol. Una voz en off relata un poema. “La reja se estrella contra sí misma/ y yo me estrello contra la reja/ el pasado, los años, las horas, el presente, el futuro, los minutos/ cada segundo queda aplastado tras el estruendo”. Y de repente un sonido vacío y una reja que se cierra.

El trailer adelanta lo que es Lunas cautivas. Para la puesta en marcha del rodaje se llevó a cabo un trabajo de investigación, de participación y observación en el taller de poesía que realiza la asociación civil Yo no fui dentro del penal. También, uno sobre fotografía estenopéica, la técnica más antigua y sencilla.

Esa visión educacional es la que oficia de eje en el documental. Aunque, la idea inicial era mostrar la vida cotidiana y el taller, “pero desde el servicio penitenciario sólo permitieron mostrar lo educativo”, contó Paradiso.

Este largometraje se alinea con el trabajo que hace años encara su directora, dado ya produjo Latidos, un corto sobre maternidad adolescente en el que tampoco deja fuera el contexto histórico, social y político en el que se vivencia esa situación.

Paradiso es oriunda de Luis Guillón, Esteban Echeverría. Y tiene claro qué es lo que intenta transmitir en imágenes: “Humanizarlas. Hay un discurso en los medios que demoniza a las personas” que están allí, sostiene.

Pero no se cierra sólo a eso, ya que el film abre puertas a diversos debates. Desde cuál es la situación penal en general en el país, hasta una visión más de género, que invita a preguntar qué es lo que sucede con la mujer detrás de las rejas.

“La mayoría son solas con hijos, muchas extranjeras, que casi no ven a sus familias. En los últimos 15 años creció mucho la población femenina respecto de la masculina. En general son causas primarias, o sea que es la primera vez que están presas. El 70 por ciento está por narcotráfico, por lo que es una situación en la que los narcos grandes no caen”, informa y critica ante AUNO.

Más aun, en la sinopsis presentada en la página en la que se puede ver el adelanto (www.lunascautivas.com.ar) advierte el “desafío al sentido común” y “la construcción discursiva cuestionadora” de la que trata el documental.

La cárcel se convierte en un espacio poético. La clave para lograrlo está en la valorización de la palabra que, a su vez, permite leer entre líneas el relato construido por las protagonistas resaltando el valor de sus derechos, límites físicos y conscientes propuestos por los barrotes. (Ver Quiénes son las protagonistas ).

En tanto, desde el punto de vista social y cultural señaló que “hay discriminación hacia la persona que estuvo privada de su libertad”. Por lo tanto, plantea “poder construir otra mirada, otro conocimiento. (El film) tiene la función de poder conocer otras historias, que si las muestro y no digo que es una cárcel nadie se da cuenta”.

La estructura del documental es observacional, por eso no hay una entrevista directa a ninguna de las protagonistas. Así, es más dinámico. “A partir de la observación y la dinámica del taller —que es el eje principal, pero no el único—, se va narrando la vida de las protagonistas”, contó la cineasta. Y así es, su vida también se cuenta por medio de lo que las mujeres escriben.

A partir de lo vivido en el penal, Paradiso elaboró su propia conclusión sobre lo que es y lo que debería ser. Y también sobre la función que tienen los diversos talleres con los que cuentan las internas y la posibilidad para terminar estudios primarios, secundarios y universitarios. Eso sí, tiene en cuenta que su primera visita a una cárcel fue a una de las instituciones modelo en el país…

“Las ayuda en todo sentido”, opina. “Genera un nivel de reflexión acerca de su propia historia que es importante. Son como dos movimientos: el de producción artística y el de repensarse a ellas y al mundo. Hay otros talleres también, como el de filosofía. Participan de ellos para repensar su historia y armarla. De todas maneras, saben que si no hubiesen estado presas no hubieran llegado a esa situación…No es que esa sea la solución”, explicó.

A través del Instituto Nacional del Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), es que Paradiso logró acceder a un subsidio. La propuesta Quinta Vía (o Vía Digital) establece un convenio por el que la institución adquiere el derecho de antena por dos años, por ende, se encarga de su lanzamiento a comienzos del próximo año en las señales con las que cuenta como Inca TV, la Televisión Pública y Encuentro.

De todas maneras, Paradiso aspira ir por más: “A mi me interesa llevarlo a festivales, llegar al estreno cinematográfico”, admite sin sonrojarse.

CP-AFD
AUNO-26-05-12

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