Vombergar, el goleador de Los Andes que festeja en esloveno

El «Tanque», la gran revelación del ‘Milrayitas’, ya pasó por todas las categorías del Ascenso y se ilusiona con llegar a Primera y con una convocatoria a la Selección. Pero también apuesta por el país de su ancestros para cumplir con el sueño de jugar un Mundial.

Federico González Etter

Lomas de Zamora, mayo 1 (AUNO).- Si a usted le dicen que hay un futbolista de apellido Vombergar cuesta imaginar, de puro prejuicio nomás, algo diferente a un goleador. Y no se equivocará. En Lomas de Zamora, hay un delantero alto, rubio e implacable que se llama Andrés y tiene ese apellido predestinado para ser el héroe en las grandes citas. Tras pasar por Ituzaingó y Fénix, el ‘Tanque’, un gigante de 1,87 metro, es ahora una de las piezas inamovibles de Los Andes. Y, mientras es observado de cerca por varios clubes de Primera, ya es el goleador del equipo de Aníbal Biggeri y uno de los máximos anotadores de la B Nacional.

Vombergar nació el 20 de noviembre de 1994 en San Justo, en el Oeste del Gran Buenos Aires. Y como todo futbolista también sueña con llegar a la Selección. Le sobra ilusión. Y potencial. Sin embargo, el camino para vestir la celeste y blanca, con tantos delanteros de jerarquía por delante, parece por ahora una utopía. Por eso, su corazón está partido en dos. Por más que se entusiasma con recibir pases de Lionel Messi y gritar goles propios en celeste y blanco, el delantero le confesó a AUNO que uno de sus objetivos es jugar para Eslovenia, el país de sus ancestros.

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“Mi sueño desde chico es jugar en la Selección, pero, a sabiendas de lo complicado que es llegar, y teniendo mi familia eslovena, es un objetivo poder jugar en el seleccionado europeo. *Aprendí a hablar esloveno antes que el castellano y mi familia me pide que juegue allá*”, cuenta entre risas.

Eslovenia no es sólo la marca de origen de su apellido de goleador. Vombergar viajó varias veces al país que formó parte de la ex Yugoslavia y que desde 1991 recuperó su independencia. “Fui a Eslovenia a los 4, a los 12 y a los 17 años con la escuela eslovena. De lunes a viernes, asistía a la escuela normal y los sábados iba al colegio esloveno. En 2012, hicimos una especie de viaje de estudios a Eslovenia, que duró un mes. Fueron dos semanas a un colegio de allá y otras dos de excursión. El país es hermoso y muy ordenado, como todo Europa”, recuerda.

De volea y sobre la hora, contra Brown de Adrogué

Aunque no es un seleccionado fuerte a nivel mundial, Vombergar demuestra conocimiento de algunos integrantes del seleccionado esloveno y destacó el caso de un jugador de esa nacionalidad que también se desempeña en un club del Sur del Gran Buenos Aires: Javier Grbec, que actualmente juega para Brown de Adrogué.

“No tengo mucha información del fútbol de Eslovenia. Conozco a Grbec, ex Temperley, que es esloveno y jugó allá un par de años. La selección está jugando las Eliminatorias para el Mundial de Rusia. Actualmente está tercera en el grupo que comparte con Inglaterra y que clasifica sólo al primero. Supongo que el objetivo es pelear el segundo puesto con Eslovaquia. Conozco de nombre a algunos jugadores, como Jan Oblak (arquero del Atlético Madrid), Handanovic (Samir, también arquero del Inter de Milán) e Ilicic (Josip, delantero de la Fiorentina)”, repasa. Y cuenta que, mientras espera el llamado, trata de perfeccionar su juego e imita los movimientos de Lucas Alario y Lucas Albertengo, sus atacantes preferidos del fútbol local, al igual que los del delantero uruguayo Luis Suárez y los del colombiano Radamel Falcao García.

Vombergar hizo parte de las divisiones formativas en Ituzaingó y se le abrió la puerta de un club grande: en 2012, pasó a las inferiores de River Plate. Pero un año después lo dejaron en libertad de acción. Así fue cómo retornó al club del Oeste, pero entonces apareció una lesión en una rodilla que lo marginó un año de las canchas.

Luego de la inactividad, la mano cambió para él. Con el ‘Verde’ a punto de descender, Vombergar se dio el gusto de tener su bautismo en Primera C y jugar dos partidos. La caída a la D le permitió ganar en continuidad. A tal punto que fue una de las figuras del equipo: marcó 7 goles en los últimos diez partidos de la temporada y fue clave para que Ituzaingó consiguiera el ascenso. Pero él dio un salto aún mayor. Sus rendimientos llamaron la atención de varios equipos y así fue como pasó a jugar a la Primera B Metropolitana con la camiseta de Fénix.

De cabeza y al ángulo, contra All Boys

El delantero admite que el cambio fue notable, ya que se topó con una categoría con “mejor fútbol y equipos más grandes” en comparación con el nivel que tenían los rivales en la última categoría. “En la D, las canchas no estaban en buenas condiciones. Ya en la B Metropolitana, los campos de juego eran mejores y se podía jugar un mejor fútbol”, sostiene.

Su estadía en el ‘Cuervo’ de Pilar duraría un año y medio. Con un ambiente más propicio para sus condiciones, el delantero aprovechó para mostrar su jerarquía y su capacidad anotadora, condiciones que lo pusieron inmediatamente en el radar de Los Andes y, en especial, de quien era el entrenador del ‘Milrayitas’, Marcelo Barrera. Es que con la camiseta de Fénix, Vombergar se había enfrentado al conjunto de Lomas de Zamora por la Copa Argentina. Si bien apenas jugó 11 minutos y nada pudo hacer para evitar la eliminación de su equipo, su ingreso al campo de juego del Eduardo Gallardón no pasó desapercibido.

Todavía en Fénix, Vombergar comenzó a estudiar una carrera universitaria en paralelo con su trabajo de jugador. Cursaba la carrera de kinesiología en la Universidad de La Matanza. Sin embargo, con su transferencia al club de Lomas de Zamora, el goleador debió hacer un cambio de prioridades, ya que la intensidad de los entrenamientos de la B Nacional lo obligaron a postergar los estudios.

“En Los Andes es otra cosa. La repercusión es otra, las canchas son mucho mejores y el profesionalismo es evidente. En ese sentido, lo voy tomando más como una profesión. *Por ahí, antes tomaba la Facultad como algo principal y el fútbol como algo secundario. Ahora, ya se dio vuelta el tema. Los horarios complican un poco el estudio*”, se lamenta Vombergar, que acumula 11 gritos en 25 partidos disputados con la camiseta del club de Lomas de Zamora.

Goles, goles y más goles

El jugador reconoce el trabajo que le demandó “agarrar el ritmo de la Primera B Nacional”, y aseguró que es una categoría más “técnica y rápida” que la B Metropolitana, en la que jugó 58 partidos y marcó 13 tantos.

“Al principio me costó adaptarme. Venía de una mala pretemporada con Fénix y a la pretemporada de Los Andes llegué tarde. Me costó agarrar el ritmo de lo que es la B Nacional porque el nivel de juego es más técnico y rápido que la B Metropolitana y tenés que estar más lúcido. Después, *con el correr de los partidos, los goles y la confianza del técnico, me fui asentando*”, describe.

Es que Vombergar comenzó como suplente en el ´Milrayitas´. Sin embargo, los goles y las buenas actuaciones hicieron que Biggeri lo incluyera como uno de los titulares indiscutidos del equipo, por encima de quien hasta el momento venía siendo el máximo anotador del equipo, Matías Linás.

Su nivel sobresaliente llamó la atención de otros clubes de la categoría como Argentinos Juniors, actual líder de la B Nacional, cuyos dirigentes se comunicaron con el delantero para incorporarlo como reemplazo de Fabricio Lenci, jugador que había sufrido una rotura de ligamentos.

Pese a la “sorpresa” que le produjo el interés de uno de los equipos animadores del certamen, Vombergar tomó la decisión de continuar en el club del Sur del Gran Buenos Aires, donde tiene contrato hasta junio. “Me sorprendió el llamado. Me puso feliz que un equipo como Argentinos me tenga en cuenta: quiere decir que estoy haciendo las cosas bien. Pero sentí que no era el momento para irme y decidí quedarme en Los Andes”, aclara.

AUNO 01-05-17
FGE-MFV

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