Lomas de Zamora, junio 20 (AUNO).- Laura Faienza es actriz, monologuista, escritora y directora. Hace algunos meses tuvo su debut cinematográfico en “Al Final del Túnel”. Nació en la ciudad de Santa Fe y allí comenzó a estudiar teatro. Hoy vive en Monte Grande, donde además atiende su remisería.
“Al Final del Túnel” se estrenó en abril y continúa en la cartelera. Su director es Rodrigo Grande (“Cuestión de Principios”, “Rosarigasinos”) y fue filmada en España. Laura interpreta a René, la única mujer de la banda de ladrones. Comparte cartel con Leonardo Sbaraglia, que es el protagonista, Pablo Echarri, Clara Lago y Federico Luppi.
Laura pisa fuerte en Buenos Aires. A poco de llegar a Buenos Aires, estrena “Desvarío de Humor”, que escribió y dirigió en 2008. En 2010, tras la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, trabaja en su primer programa de televisión, un magazine de humor en el Canal 55 de Avellaneda que se llamó “Un Programa de Humor”. En 2013 realiza su primer unipersonal: “Loca de humor”.
Además, es protagonista de la obra “Abuelaje” todos los domingos a las 19 en el teatro La Mueca. La obra aborda el tema de la búsqueda de identidad de una adolescente luego de sospechar su apropiación durante la dictadura de 1976.
Laura Faienza habló con AUNO acerca de su travesía humana y artística desde su Santa Fe natal hasta “su” Monte Grande adoptivo.
“Bienvenidos al mundo de la ficción, que es en realidad en mi vida” dice en su página web.
¿Cómo descubrís que tu necesidad de expresión pasa por la actuación?
No creo que en mi caso se trate de una necesidad de expresión (pausa). En cambio pienso en una teoría que dice que los actores fuimos bebés que no fuimos amamantados y que por esa falta de mirada de mamá necesitamos que nos mire el mundo. Y como mi mamá no me amamantó…
¿Recordás algún momento que haya marcado el inicio de ese deseo de la mirada del otro?
Bueno, contrariamente a lo esperado, cuando era chiquita recuerdo que muchas veces dejé plantada a mi mamá con el traje hecho y no salía a escena en los actos de la escuela. Nadie cree que soy muy tímida e introvertida. El teatro logró conmigo que me sobreponga a eso. Aunque sigo siendo tímida, por ejemplo en una reunión.
Descubro que quería ser actriz en el momento más fuerte de mi juventud, se venía la adolescencia. En séptimo grado en Santa Fe tuve una maestra que nos propuso una obra para fin de año sobre programas de televisión e hicimos la “Peluquería de Don Mateo”. Aproveché que tenía el pelo muy corto, una peluquera me había “matado” e hice el personaje que más me gustaba, el mozo de bar de la esquina. Era Tristán, entraba a escena con una bandeja y siempre se tropezaba y se caía y me daba mucha gracia. Preparé una pizzera con cosas que no se rompieran, un saco de mi papá, zapatos de mi hermano y me hice un moñito. Salió tan bien, se divirtieron todos y me divertí tanto que dije: “Esto es lo que yo quiero para la vida”.
Hasta ahí, la infancia que propone el teatro como un juego, ¿qué pasa en la secundaria en esa ciudad del interior?
Bueno, ya en el secundario, tuve una materia que detestaba, aclaro que yo era muy estudiosa, pero había que participar en clase para que nos evaluaran, yo, muy tímida, no podía obtener una nota acorde a lo que estudiaba. En un momento teníamos que exponer en grupo y oralmente entonces se me ocurrió proponerle algo a la profesora y le pregunté si podíamos hacer tipo una representación. Ella abrió los ojos sorprendida y me preguntó: ¿Qué? ¿Cómo una obra de teatro? Bueno, preparalo y vemos. Lo armamos y lo hicimos. Siempre por el lado del humor. Gustó mucho, aprobamos.
La sorpresa fue que esa misma profesora, Graciela Peralta, era también profesora de teatro. Abrió un taller en el colegio. En ese momento empecé a actuar y no dejé nunca más. Fue mi primera profesora de teatro.
¿Cómo te definís?
Soy, esencialmente actriz. Y encaro todo así, hoy juego a ser remisera. Por necesidad, conjugo mi laburo de la vida real, con mi vocación. Lo convino así. En mi página web www.lafaienza.comdigo: “Bienvenidos a mi mundo de fantasía que es realidad es mi vida”. Juego a hacer cosas porque si no me aburro. Y si no actúo me da abstinencia. Ahora mismo tengo abstinencia de cine, quiero cine.
Desde que empecé con esta profesión, solo había hecho teatro. En Santa Fe muy sola, actuaba con gente que tenía “ganas de”, que no eran actores. En cada ámbito que integré puse mi parte actoral como cuando fui preceptora, por ejemplo.
¿Cómo fue dejar Santa Fe?
Vivía en Santa Fe pero no era feliz, no sentía que era mi espacio, mi lugar. Yo soy de Santa Fe, quiero a Santa Fe ciudad, la que se inundó. Triste, pero es la verdad. Tuve que salir a buscar lo que quiero. La cultura, por ejemplo, llegaba hasta Rosario. Hoy día Santa Fe está muy linda, creció mucho culturalmente, de hecho estoy empezando a gestionar para hacer mis presentaciones allá.
En ese anhelo de encontrar tú lugar ¿Cómo fue tu llegada a Buenos Aires?
Cuando llego a Buenos Aires inmediatamente me sentí parte de este mundo.La primera vez que piso Buenos Aires, crucé corriendo,sin mirar, la avenida Corrientes para “abrazar” el teatro Opera. El Opera en vivo, me emocioné. Me di cuenta que necesito movimiento, gente, el kiosco abierto todo el día, empecé a ser feliz, empecé a cumplir un sueño.
¿Buenos Aires fue la escala anterior para llegar a Monte Grande?
Sí. Con el correr del tiempo, mis tres mascotas y yo… en un mono ambiente… no estaba bueno. En ese momento vengo de visita a Monte Grande donde vive una de mis mejores amigas y actual socia en la remisería. Me gustaba mucho. Hasta que conseguí la casita en donde tengo lo que quiero: la locura del centro de esta ciudad y a su vez tengo el sol de cada día que, cuando no está nublado, me despierta. Y la verdad, soy muy feliz en Monte Grande. Lo elijo porque sencillamente me gusta y lo elijo para quedarme.
AUNO 20-06-2016
MTR-AFG