Una multitud colmó la Plaza de Mayo para gritar «son 30.000»

Miles de personas salieron a la calle al cumplirse 43 años del último golpe de Estado. Las consignas centrales de la manifestación fueron contra el negacionismo y las «políticas de ajuste» del gobierno de Mauricio Macri.

Edgardo Emilio Nuñez

Por momentos la calle se transforma en un embudo de paso lento. Hay demasiada gente, y a eso se le suman los puestos de comida. Las columnas avanzan por la calle con sus bombos y redoblantes. Cantan la marcha peronista, “vamos a volver”, “el que no salta es militar”… Están todos en la misma sintonía. El día ayuda mucho: alguno habrá pensado que es “un domingo peronista”.

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En los últimos años, el Día de la Memoria se transformó en una jornada de catarsis. Se reflexiona sobre la democracia, se prohíbe olvidar lo ocurrido, se refresca la memoria y se hace un análisis sobre la situación actual. La gente se junta a manifestarse sobre lo que cree importante, como el rumbo del país.

“Fueron 30.000” fue una de las aclaraciones que cobró más fuerza esta tarde en Plaza de Mayo. A 43 años del último golpe cívico militar que manchó con sangre (mucha más que en las dictaduras anteriores) la historia argentina se sigue aclarando que fueron 30.000. Sin embargo, hoy los negacionistas que inundan los medios y ponen en duda la memoria de todo un pueblo recibieron de la mano de miles y miles de argentinos que se hicieron presentes en las calles de Buenos Aires un mensaje claro y preciso: ni olvido, ni perdón.

Pero no todo se detuvo en lo ocurrido el 24 de marzo de 1976, la marcha fue un desahogo, es el espacio que encuentra el “hombre común” para gritar todo aquello que lo incomoda, desde lo político hasta lo social (si es que se pueden separar). Y el enojo popular se expresó en los cuestionamientos por la situación económica, la actuación de la Justicia y el accionar de las Fuerzas Armadas.

Las Madres y las Abuelas ocuparon la primera fila en el escenario. Ellas son un icono de la lucha por los derechos humanos desde hace cuatro décadas y lo seguirán siendo aunque la última no esté. Cuarenta años en la misma plaza, reclamando por lo que empezó como causas individuales que se transformaron en una lucha popular por el colectivo.

“Miles de desapariciones forzadas y asesinatos, 10.000 presas y presos políticos; torturas; robo de bebés; más de 700 centros clandestinos de detención, tortura y exterminio; censura y mentira organizada; pobreza programada; una deuda externa que causó hambre por décadas; el exilio al que fueron obligadas miles de personas: el terrorismo de Estado. Como familiares y sobrevivientes, seguimos gritando muy fuerte: ¡SON 30.000!”, expresó uno de los primeros párrafos del documento que leyeron en el escenario central.

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Pero el texto también se centró en contra del “avasallamiento que el gobierno de Mauricio Macri genera todos los días: despidos masivos, la miseria planificada, la entrega del país a los buitres, la persecución de los pueblos originarios; la persecución a militantes; las presas y presos políticos; la grave injerencia del Gobierno sobre el Poder Judicial; retrocesos en Memoria, Verdad y Justicia”.

La lectura del documento provocó un estallido de aplausos cuando reclamó “justicia por Rafael Nahuel y Santiago Maldonado, víctimas del accionar represivo de Prefectura y Gendarmería”, y culpabilizó a la ministra de Seguridad,Patricia Bullrich, que “lejos de condenar la violencia de las Fuerzas, se abraza y felicita a policías asesinos como Chocobar”.

Y otro de los grandes estallidos fue cuando Lita Boitano con su pañuelo verde en la muñeca dijo: “Y a las compañeras les digo: anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”. Esas fueron las instancias finales del acto central, que no fue el único. Otras agrupaciones de izquierda ingresaron a la Plaza para hacer su propio acto y sellar una jornada completa de movilización popular.

24-03-2019
EEN-AFG

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