Lomas de Zamora, 26 de octubre (AUNO).- Lejos del optimismo del principio y cada vez más cerca de una resignación que parece irreversible, Los Andes no encuentra enderezar el rumbo. Acumula 14 fechas sin conseguir una victoria, y a simple vista, parece no haber una respuesta, tanto futbolísticas como institucional capaz de modificar este triste presente en un futuro prometedor.
Es que a pesar de armar un plantel con jugadores de renombre en los certámenes del ascenso, el equipo se encuentra a 20 unidades de Atlanta y Estudiantes de Buenos Aires, líderes de la Primera B Metropolitana. Y lo que en un principio era un objetivo, con el correr de las fechas se transformó en una triste utopía.
La victoria por 3-1 ante Sportivo Italiano, en la primera fecha invitaba a soñar. Pero ese sueño se convirtió en una pesadilla, de la cual el equipo aún no despertó. Es que al cabo de 15 jornadas, esos futbolistas experimentados no rindieron, y por tal motivo, es de esparar que varios de ellos dejen la institución a fin de año.
Ese triunfo fue un espejismo. Porque a pesar de los tres puntos y la ilusión de los hinchas, el debut había expuesto algunas falencias, que con el paso de las fechas se hicieron más notorias, como los problemas defensivos. Pero a eso se le sumaron dificultades en la elaboración de juego y a la hora de definir los partidos, algo que desencadenó este triste presente.
Con 23 goles en contra, Los Andes tiene una de las vallas más vencida del campeonato, sólo por encima de San Telmo, que acumula 24. Específicamente, el gran karma pasa por el juego aéreo en zona defensiva, ya que el “Milrayitas” sufre mucho con cada centro que recibe en el área. Un defecto que ni Oscar Blanco, ni Néstor Ferraresi le pudieron encontrar solución.
La elaboración de juego también es un problema para este equipo, pues le cuesta mucho llevar peligro al área rival y encontrarle un socio a Jaime Molfeso, el enganche del equipo. Además, los delanteros están con la pólvora mojada, y en especial, Pablo Solchaga, que llegó para ser goleador y sólo convirtió un tanto en el empate 2-2 contra Defensores de Belgrano.
Aunque todavía falta mucho para la finalización del campeonato, Los Andes no insinúa señales de recuperación como para recomponer este magro presente.
La floja campaña y los errores de la subcomisión de fútbol en la elaboración del plantel deberán servir para que el club reencuentre el camino y logre pelear un ascenso con cimientos más firmes.
Los dirigentes de Los Andes deberán entender que de los fracaso se aprende y se crece. Varios equipos de Primera experimentaron crisis como la del “Milrayitas” y hoy son los grandes ejemplos del fútbol argentino.
Los directivos deberán escuchar la señal para que este triste presente se convierta, con el paso de los años, en el punto de partida que permita el crecimiento de la institución.
AUNO-26-10-10
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