(AUNO) El Observatorio Ambientalista Latinoamericano (OAL) se constituyó formalmente en agosto pasado, bajo la premisa de que en América latina no sólo se comparte un idioma y una cultura, sino también los problemas que afectan al medio ambiente.
El proyecto del OAL empezó a formarse en Bios, una ONG de Mar del Plata con 15 años de antigüedad. Su presidenta, Silvana Buján, explicó que “la idea apareció al ver que los problemas de uno y otro lado de las fronteras convencionales en nuestra región son idénticos”. Por eso, después de revisar en Internet cuáles son las diferentes organizaciones ambientalistas de América latina, cuáles sus ideas fundacionales, tratando de detectar aquellas que están lejos de ser movimientos políticos partidarios decidió contactarse con ellas para dar inicio al proyecto regional.
Así el OAL cuenta con la participación de la Liga de Defensa del Medio Ambiente, de Bolivia; la Red Nacional de Acción Ecológica, de Chile; la Corporación Aldea Global, de Colombia; el Círculo Ambiental, de Guatemala; el Comité Ambiental Juvenil, de Perú; el Instituto del Río Uruguay, de Uruguay, y la Asociación Bios, de Argentina.
En una época de poderes globalizados, el OAL intentará plantear un contrapoder a nivel regional. Según sus organizadores, la meta del Observatorio es “promover la participación de la sociedad civil para prevenir y combatir los problemas generados por sectores de poder, nacionales o transnacionales, que afectan la calidad de vida de los pueblos y el uso sostenible de sus recursos”. Además, buscará “estructurar y consolidar un espacio de acción y desarrollo de políticas de sustentabilidad, con la participación de las organizaciones de la sociedad civil de América latina y el Caribe”.
Después de haber concretado su primera reunión, el OAL está comenzando a trabajar en su primera misión: realizar un mapa ambiental del continente. “Lo que estamos haciendo “#8220;señala Buján- es detectar los temas más gruesos y elegir uno en cada país para seguirlo a fondo. Y a fondo significa llegar a la justicia internacional si es necesario o hacer de mediadores si se trata de un tema de falta de comunicación u ofrecer técnicos”.
Los temas de los que se ocupará la nueva organización pertenecen a un abanico muy amplio: acceso a los recursos, monocultivos sojeros erosivos, pérdida de biodiversidad, deforestación, residuos nucleares, incineración y tráfico de fauna.
AUNO 06-09-04