Un homenaje con anuncio y críticas

Con un acto en el que cantó Víctor Heredia, autoridades comunales ratificaron su intención de crear un museo de la memoria en el Pozo de Banfield. La medida fue anunciada en homenaje a las víctimas de «La Noche de los Lápices». Organizaciones de derechos humanos criticaron el anuncio y afirman que el lugar necesita ser mantenido tal cual está como prueba de los delitos de lesa humanidad, hasta tanto terminen los juicios contra represores.

Lomas de Zamora, septiembre 16 (AUNO).- Al parecer, el centro clandestino de detención Pozo de Banfield será declarado como “Espacio de Verdad, Memoria y Justicia”, tal como fue anunciado hoy por autoridades municipales durante un acto frente a ese edificio en el que se anunció en vano la presencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Paralelamente a esa ceremonia, un grupo de organizaciones sociales rechazaron esa medida porque consideran que ese espacio debe ser administrado por ellas, cuya militancia logró en 2006 el cierre definitivo de ese edificio que era utilizado por la Policía bonaerense.

El motivo del acto y del anuncio fue el 34º aniversario de “La Noche de los Lápices”, en que el gobierno de facto secuestró a diez militantes y estudiantes secundarios de La Plata. El Pozo de Banfield fue el lugar donde por última vez fueron vistos los seis adolescentes que están desaparecidos, que son parte de las más de 250 personas detenidas y torturadas allí.

El cantor popular Víctor Heredia subió al escenario para recordar a los desaparecidos y reivindicarlos con su música. “Esta música es para las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y para todas las madres de desaparecidos que siguen luchando por la vida a pesar del dolor de haber perdido a sus hijos”, resaltó Heredia.

“Es una alegría poder compartir este espacio de libertad y democracia”, expresó el cantante, que eligió “Todavía”, “Mara”, “Sobreviviendo” y “Ojos de cielo” para la recordar a los desaparecidos aquella noche del 16 de septiembre de 1976.

El operativo de secuestro de estos estudiantes fue encabezado por el Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejército y la Policía bonaerense, en ese entonces, dirigida por el general Ramón Camps, que calificó al suceso como una “lucha contra el accionar subversivo en las escuelas”.

Seis de estos chicos nunca más volvieron a sus casas: Daniel Alberto Racero, María Claudia Falcone, María Clara Ciocchini, Francisco “Panchito” López Muntaner, Claudio De Acha y Horacio Ungaro. Y otros cuatro lograron sobrevivir a las torturas y fueron liberados: Gustavo Calotti, Patricia Miranda, Emilce Moler y Pablo Díaz.

Pasado el mediodía, el imponente escenario y las vallas que rodeaban el Pozo de Banfield ya estaban en el lugar. Pero el acto, organizado por la Municipalidad lomense –-y en el que no participaron las organizaciones sociales locales que rechazan la medida anunciada— comenzó unos minutos más tarde, luego de que se colocaran unos carteles con el nuevo nombre que recibirá el edificio.

Una de las primeras personas en tomar el micrófono fue Juana Campero, representante de la organización HIJOS de zona sur. “No vamos a parar hasta que vaya preso el último genocida y sus cómplices. No daremos ni un paso atrás. No perdonamos ni nos reconciliamos”, aseguró en voz alta, la militante.

Luego, un grupo de niñas de la escuela Redondel, acompañadas por la docente bailaron una danza vestidas con pañuelos blancos en la cabeza, que representaban a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, con la canción de León Gieco “La Memoria”.

La ceremonia también contó con la participación de la secretaria de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, Sara Dorotier de Cobacho, y del intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, que señaló que el 16 de septiembre “es una de las fechas más dolorosas de la historia argentina porque condensa toda la atrocidad del terrorismo de Estado”.

Si bien el funcionario anunció que el lugar será refaccionado, aún no podrán comenzarse las obras debido a que este centro está siendo utilizado como prueba en una causa por delitos de lesa humanidad: “En este momento tenemos una traba judicial pero vamos a tratar de construir aquí un ‘museo de la memoria’ para que esto nunca más vuelva a ocurrir en Argentina”, reconoció.

“Esta es una campaña de prensa de Insaurralde, y el hecho de que haya una orden judicial significa que no se puede intervenir en el edificio hasta que terminen los juicios por delitos de lesa humanidad”, criticó el referente de la Coordinadora Antirrepresiva por los Derechos del Pueblo (Cadep), Sergio Smietniansky.

El argumento se basa en que el edificio, tal como está, sirve como prueba contra los represores juzgados por delitos de lesa humanidad.

La Cadep (antes denominada Correpi Sur) junto con otras más de derechos humanos integra la Multisectorial Chau Pozo y realizan todos los años una marcha para recordar a los estudiantes desaparecidos en el Pozo.

Para el abogado, “las organizaciones de derechos humanos que recuperaron este espacio repudian este acto” que es “totalmente grosero, una mentira; no se puede jugar con un tema tan sensible”.

Por este motivo, los referentes de este espacio anunciaron que realizarán una marcha mañana a las 17 desde Larroque y 12 de Octubre hasta ese centro clandestino de detención ubicado en Vernet y Sicialiano, de la localidad de Banfield.

El Pozo de Banfield, ubicado en Siciliano y Vernet, fue uno de los tantos Centros Clandestinos de Detención que funcionaron entre 1976 y 1983, durante la última dictadura militar. Perteneció a la Brigada de Investigaciones de Banfield y se le otorgó ese nombre porque, según afirmaban, todo aquel que entraba ahí, no volvía a salir.

Una de sus principales funciones fue alojar a mujeres que estaban en sus últimos meses de embarazo para luego arrebatarles a sus hijos recién nacidos y entregarlos a otras familias. Tres de los últimos nietos recuperados por las Abuelas de Plaza de Mayo nacieron allí y al menos cuatro de esos niños aún no han recuperado su identidad.

MLC-GAVQ-AFD
AUNO-16-09-10

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