Un empate con festejo celeste

Los Andes y Temperley protagonizaron un gran partido en un clásico para el recuerdo “El Milrayitas” ganaba cómodo 2-0, pero se durmió, y dejó crecer a «El Gasolero», que alcanzó la igualdad en la última jugada.

Lomas de Zamora, octubre 2 (AUNO).- “El Gasolero” empató sobre la hora (2-2) ante Los Andes como visitante, en el clásico barrial. “El Milrayitas” ganaba 2-0, con tantos de Maximiliano Castano y Leonardo Romero en el primer tiempo, pero en el complemento, el equipo de Guillermo Duró descontó a través de Patricio González, y lo igualó en el último minuto de descuento con un tanto de Ezequiel Cérica.

Tarde propicia. 17 grados centígrados en Lomas de Zamora, y las dos cabeceras del estadio Eduardo Gallardón, casa de Los Andes, pobladas en su totalidad de colores rojo y blanco. El clima estaba dado para vivir uno de los clásicos más importantes de zona Sur: Los Andes- Temperley.

El dueño de casa, venía de empatar sin goles ante Almagro como visitante, y presentó una sola modificación respecto a ese partido: José Luís Gómez por Gabriel Garandillas. En la vereda del frente, “El Celeste” llegaba al duelo barrio de la misma forma; tablas frente a Estudiantes de Buenos Aires.

El elenco dirigido por la dupla Raúl Cascini- Marcelo Delgado formó con: Maximiliano Scapparoni; Germán Noce, Leandro Corulo, Pablo Nieva, Emir Ham; José Gómez, Emmanuel Francés, Marcos Ojeda, Franco Asencio; Maximiliano Castano y Leonardo Romero.

Por el lado de la visita, el entrenador Guillermo Duró planteó un 4-4-2 con: Alejandro Medina en el arco, Victor Guiñazú, Nicolás Perassi, Iván Macalik y Ezequiel Molina como defensores. En el mediocampo, Ignacio Fernández, Patricio González, Carlos Koesseián y Marcos Giménez, mientras que los delanteros fueron Mariano Campodónico y Agustín Campomar.

Pasadas las 17, Campodónico movió para Campomar, y de esta forma inicio el clásico más importante de la Primera B Metropolitana.

La primera situación de peligro llegó a los tres minutos de comenzado el encuentro, cuando tras un centro ejecutado por Noce, Romero se la bajo de cabeza a Castano, que definió muy suave y débil a las manos de Alejandro Medina.

Tres minutos más tarde, el que llegó fue Temperley. Buena combinación entre Campodónico y Fernández, que pateó desde afuera del área, aunque el balón salió por arriba del larguero.

Poco a poco, mientras transcurrían los minutos, el dueño de casa, se iba haciendo del control del esférico, y dominaba la cancha y las acciones. Esa agresividad que mostró en el comienzo el “Milratiya” le daría sus réditos, ya que a los 12 de la etapa inicial, Castano abrió el marcador, en una jugada muy polémica.

Asensio remató desde el borde del área grande, la pelota se desvió en un hombre celeste, y dejó completamente libre al ex Almagro, Huracán y Quilmes, entre otros, que cruzó el cabezazo al segundo palo, haciendo delirar a las 12 mil almas lomenses que coparon el estadio.

¿Cuál fue la polémica? Es que en el momento en que Castaño cabecea la pelota que iba con destino a gol, el primer juez de línea levantó la bandera, e inmediatamente, cuando el balón traspasó la línea, la bajó. El jugador que estaba inhabilitado no fue el autor del gol, sino Romero, quien no participó de la jugada, ya que sólo acompañó al balón a la red.

Tras el gol, el local se agrandó. Se hizo amo y señor del partido. Ganó las divididas en todo el terreno y venció tanto en defensa como en ataque. Era un monólogo del “Milrayita” que comenzaba a hacer méritos para ampliar la ventaja. En cambio, “El Gasolero” era puro desconcierto y desazón. No hacía pie en mitad de cancha, no le encontraba la vuelta al encuentro, y comenzó a cargarse de tarjetas amarillas (Guiñazú y el uruguayo Koesseián)

No obstante, “El Cele” tuvo una aproximidad al arco defendido por Scapparoni. Centro pasado al segundo palo de Ignacio Fernández, y terrible penal de Noce a Carlos Koesseián, no advertido por el árbitro Eduardo Gutiérrez, de mala actuación en los 90 minutos.

Cuando parecía que “El Gasolero” empezaba a controlar las embestidas del local, y comenzaba a insinuar una levantada, llegó el segundo gol del “Milrayitas”, a los 32 minutos.

Gran jugada de Franco Asensio, el mejor de Los Andes y de todo ese primer tiempo, que apiló jugadores celestes de derecha a izquierda, enganchó para afuera, fue hasta el fondo, tiró el buscapié atrás, y tras un quedo terrible de la defensa del “Cele”, el que la empujó sólo frente al arco venciendo la resistencia de Medina, fue el goleador del campeonato, Leonardo Romero, que llegó a seis tantos.

Si para “El Celeste” eran todas malas, tras perder por dos goles en 35 minutos, el panorama era más negro, cuando a cinco minutos del final del primer tiempo, el defensor Nicolás Perassi tuvo que abandonar el campo de juego por una lesión en la rodilla, dejándole su lugar al joven Francisco Martínez.

El futuro del partido era una pesadilla para “El Gasolero”, que no jugaba para nada bien, era ampliamente superado por su rival, y no daba indicios de reacción para intentar remontar el clásico.

Sin embargo, en el complemento, se invirtieron los roles. El “Cele” salió a la cancha con la camiseta alternativa, y con un nuevo cambio: Juan Pablo Rial, goleador de Temperley en el torneo con dos goles, sustituyó a Gimenez, de flojo primer tiempo, por lo que el equipo de Duró se paró con tres delanteros, con la intención de remontar las cosas.

Y la señal de remontada fue en la primera jugada de la segunda etapa. Tiro libre para Temperley. Centro desde la derecha de Ignacio Fernández, y cabezazo de espaldas al arco de Patricio González, que anticipó al arquero milrayita y decretó el descuento desde el vestuario, a los dos minutos de juego.

El tempranero gol fue un baldazo de agua fría para todo Los Andes, que no tenía en sus planes, el descuento tempranero del “Cele”. A partir de ese momento, “El Milrayitas” se estancó, retrocedió peligrosamente en el campo, su juego se desarticuló, y le cedió la pelota y el partido al elenco de Duró.

“El Gasolero” sin fútbol, pero con mucha actitud poco a poco fue acorralando al equipo de Lomas de Zamora contra su propia meta, y a través de pelotazos lograba inquietar el arco de Scapparoni.
Primero, el que la tuvo a los 15 minutos de juego, fue el uruguayo Koesseián, que tras una buena combinación entre Campodónico y Campomar, intentó picarla ante la salida del golero, pero perdió el duelo ante el seguro arquero de Los Andes.

Luego, el que probaría a los 24 minutos, sería el eterno Campodónico, pero su remate muy suave salió despacio y lejos del arco. Dos minutos más tarde, el que pateó de lejos fue el ex Gimnasia de la Plata, Fernández, pero su remate se fue por arriba del travesaño. A su vez, a los 29, tras un centro Macalik cabeceó desviado.

El “Celeste” poco a poco se hacía del control del partido, mientras que Los Andes, esperaba demasiado atrás, buscando armar un contraataque para liquidar el partido.

Ya con Cérica en cancha, en lugar del defensor Molina, y con un esquema bien ofensivo (3-3-1-3) El “Gasolero” tendría dos chances peligrosas. Primero, un cabezazo cerca del arco efectuado por Rial, y luego, por la misma vía Macalik se perdía el empate.

Los minutos pasaban, y Temperley, si bien tenía el monopolio de la pelota, y creaba algunas situaciones de gol, no podía luchar contra su recurrente problema: La falta de definición. Mientras tanto, Los Andes, sentía el cansancio y sólo se dedicaba a defender, y a aguardar el pitazo final.

La respuesta del “Milrayita” llegó a los 45 minutos de juego, cuando el ingresado Rodrigo Acosta, quedo mano a mano con Alejandro Medina, y ante la salida de éste, definió apenas desviado.

Sin embargo, tanto esfuerzo tendría su premio. En la última jugada del encuentro, a los 48 del complemento, la pelota quedo aboyando en el área chica de Los Andes, y tras una serie de rebotes, el ingresado Cérica empujó el balón, y desató la locura celeste, mientras los hinchas milrayitas no podían creer el desenlace que tenía el cotejo.

En un partido electrizante, ninguno de los dos equipos se sacaron ventajas, y por lo hecho cada uno en una etapa, el empate terminó siendo justo. En el primer tiempo, Los Andes fue ampliamente dominador, pero en el segundo, se desinfló, y el “Gasolero” en base a amor propio y mucha actitud emparejó el juego, y se llevó un punto, trabajado, sufrido, y con sabor a triunfo.

AUNO-02-10-11
MEJ-LDC

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