Monte Grande, abril 19 (AUNO).- La fábrica avícola Cresta Roja reabrió ayer sus puertas, en la planta de Esteban Echeverría, con 1.300 reincorporados que faenarán 80 mil pollos diarios y los distribuirán tanto en el mercado interno como en el externo, aunque esta situación es solo “para arrancar” la producción, señalaron los trabajadores.
La firma, que había sido declarada en quiebra el 22 de diciembre pasado, volvió a funcionar por orden de la jueza Valeria Pérez Casado, quien otorgó el gerenciamiento temporal de seis meses renovable por el mismo plazo a un consorcio de firmas encabezado por Ovoprot Internacional.
De los 3.500 empleados que habían quedado en la calle en diciembre pasado fueron reincorporados sólo 1.300, aunque la empresa, que reactivó la actividad en la planta Industrial II – SAPRA de El Jagüel, sumaría más trabajadores en dos etapas: la primera sería en mayo mientras que la segunda no tiene fecha confirmada, según se informó.
La reincorporación del resto de los trabajadores será progresiva, ya que “depende de la cantidad de los productos faenados”, aseguró el delegado de los obreros avícolas Cristian Villalba, en diálogo con AUNO.
Se estimaba que la primera faena de prueba, que se realizó la semana pasada, iba a llegar a los 40 mil animales por día, pero esa producción alcanzó apenas los 35 mil. Ahora la fábrica ha alcanzado los 50 mil, por lo que Villalba confía que en las próximas semanas aumentará la producción dado que “se modifica día a día”.
La fábrica, cuando era la segunda marca grande detrás de Granja Tres Arroyos, solía faenar 400 mil pollos diarios.
El intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, estuvo presente junto a el secretario de Trabajo de la Nación, Ezequiel Sabor, en la reapertura de la planta, donde agradeció “el trabajo en conjunto y el gran esfuerzo de todos” para sacar esa empresa adelante.
En ese sentido, Gray también destacó que hubo un “esfuerzo municipal muy grande para que las empresas se acerquen e inviertan en Esteban Echeverría”.
“La reapertura de la empresa es un claro ejemplo de los valores fundamentales que nosotros intentamos recuperar: cultura, educación y trabajo”, finalizó el jefe comunal que luego compartió el almuerzo junto a trabajadores y las nuevas autoridades de la planta avícola.
Trabajadores: una lucha que sigue
El operario Darío Sánchez relató a esta agencia que los trabajadores que volvieron a la planta están precarizados, ya que firmaron contratos trimestrales en los que “hay puntos que aún no están resueltos” como la remuneración puesto que “sus valores cambiaron y las comisiones no son las mismas”.
Estos contratos no tienen en cuenta la antigüedad de los obreros, como tampoco el convenio que se había celebrado con el fin de liquidar los sueldos adeudados cuando la empresa fue declarada de quiebra. “No hay ninguna garantía”, afirmó Sánchez, uno de los trabajadores reincorporados.
Villalba confirmó esta situación al afirmar que con el consorcio “empieza todo de nuevo, desde cero”, porque “todavía no hay nada cerrado” ya que el primer objetivo propuesto “era arrancar” y apuntaban a realizar los acuerdos necesarios en el futuro.
Si bien la reincorporación de los trabajadores está relacionada con la producción, las ventas no tienen nada que ver ya que Villalba afirmó: “Si la empresa no realiza ventas, nosotros trabajamos igual”.
Sin embargo, Sánchez adelantó que “ya tienen pedidos para abastecer al mercado interno”, aunque desde la patronal temporaria les avisaron que “apuntan a exportar” y que cuentan con clientes en el exterior para hacerlo.
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