Lomas de Zamora, septiembre 17 (AUNO).- ¿Quién no tiene un amigo o un tío copado que sorprende en las reuniones con las historias más increíbles y bizarras? Sin embargo, aunque parezcan relatos inverosímiles, les creemos. Porque la sensación de veracidad poco tiene que ver con hechos reales y mucho con la forma de narrar. Y eso lo saben quienes dedican su vida al arte de contar: los narradores orales, quienes compartirán sus historias en la novena edición del Festival Internacional de Cuentacuentos “Te doy mi palabra” que llega mañana a la zona sur del Conurbano bonaerense y se extenderá hasta octubre por varios rincones del país.
Aunque se trata de un festival que sólo se realiza en el país, tiene carácter internacional porque desde hace algunos años participan narradores de países de Latinoamérica que aportan “otros acentos, otras maneras de contar y también otras historias”, destacó a AUNO Liliana Bonel, una vecina de Banfield que será la encargada de coordinar la jornada que se realizará mañana en el Espacio Disparate de Lanús.
Es que la diversidad cultural es una de las apuestas fuertes del festival que recorrerá Misiones, Jujuy, Santa Fe, Chaco, Corrientes, Río Negro y ciudades de Buenos Aires y Ciudad. “El narrador argentino es diferente al de otros países desde lo que cuenta y a quién cuenta, porque nosotros siempre narramos literatura; en cambio, los centroamericanos narran más bien historias de tradición oral de autores anónimos que fueron pasando de boca en boca”, diferenció Raúl Cuevas, otro de los coordinadores del festival.
“Nosotros tomamos palabras ajenas, palabras prestadas y les ponemos la voz y el cuerpo”, sentencia Cuevas, con un poco de poesía en su voz. Es que el narrador siempre hace una versión oral de un cuento, al que le imprime su impronta, su estilo y una actitud determinada, según el género dramático que prefiera encarnar.
“No es una técnica que se desarrolla estrictamente de memoria. Siempre respetás el estilo del autor: hay palabras o frasecitas que tenés que memorizar, pero el texto tiene que fluir con naturalidad como si te contara lo que comí ayer”, se entusiasma el artistas que estudió música, pantomima, entrenamiento expresivo, oratoria y juegos teatrales.
Pese a que muchos confundan la disciplina con una simple “lectura de cuentos”, la narración oral es un “arte escénico, una dramatización de una historia, que tiene en común con el teatro y la danza el uso del escenario y del espacio, el gesto y la manera de trabajar con personajes”, describe Bonel y distingue: “En la narración oral vos le hablás directamente al público de algo que ya pasó, mientras que la escena teatral sucede aquí y ahora”.
Y ese público tiene que poner su parte, su cuota de confianza. La risa frente una situación graciosa, el suspiro cuando de amor se trata o el gesto de asombro ante un hecho inesperado son un reflejo de ese compromiso con el artista. “El público tiene que creer que vos fuiste testigo presencial o te pasó eso que narrás”, explicó Cuevas. Y sin disimular la risa, recordó: “En una oportunidad conté un cuento gauchesco y después una chica se acercó y me dijo: ‘¿Pero no sos correntino?’. Es genial que la gente se crea que nos pasó lo que contamos. La historia siempre tiene que sonar verosímil para el que escucha”.
En la jornada de mañana, Bonel adelantó que habrá una primera función para toda la familia en la que se narrarán cuentos de autores y de tradición oral, “con mucho movimiento, objetos, canciones y hasta con trucos de magia”. Y en la segunda función, orientada para un público adulto, habrá cuentos de suspenso y otros con “cierto tinte erótico”.
Liliana Bonel junto a narradores de Colombia, España y Misiones se presentarán mañana a las 18 (función para toda la familia) y a las 20 (función para adultos) en Espacio Disparate, Sitio de Montevideo 1265, Lanús Este.
SES-AFD
AUNO-17-09-10