Lomas de Zamora, septiembre 4 (AUNO).- El IV festival de artes escénicas encierra detrás sus telones todo tipo de géneros y estilos. Y será a través de las obras del centro cultural “Libremente” (que depende del hospital neuropsiquiático Estévez) a través del cual el poco difundido teatro comunitario, social y popular tendrá la oportunidad de captar nuevos espectadores y dar a conocer una actividad que hace hincapié en la actuación como herramienta de integración, libertad de expresión y cambio social.
El director de “Libremente”, Oscar Ponzio, destacó que en la nueva edición del festival su grupo pondrá en escena una obra innovadora que mezcla y matiza el trabajo con máscaras, con comedía, drama, monólogos y un plus de cuadros musicales que van del jazz a ritmos latinos, porque el objetivo principal del teatro social es “mostrar de todo un poco para que en los barrios puedan ver las diferentes expresiones artísticas”.
El centro cultural que dirige Ponzio es un crisol de historias donde conviven personas que han vivido en la calle, pacientes del hospital Estévez, gente del barrio y personas con amplia experiencia en teatro. Por eso Oscar remarcó que al participar del Festival como tantas otras actividades solidarias a las que asisten buscan “hacer del teatro algo más humano, contener, interesarse por el otro y no solo montar una obra”.
Además, el psicólogo y director de uno de los dos grupos de teatro social que existe en el Conurbano sur y el único que participa de la gran muestra de artes escénicas subrayó que es muy difícil sostener el tipo de actividad que ellos desarrollan porque “no se recibe ningún subsidio, no hay ningún apoyo para este tipo de trabajo ni políticas que intenten mejorar el teatro social”.
El estandarte más fuerte que levanta Ponzio es el de la reivindicación del teatro social del “arte como un derecho”, insistió en que se tiene que trabajar desde adentro de los barrios porque allí “la gente está muy ávida de arte y los grandes grupos teatrales no llegan a esos lugares”. Ellos simplemente “hacen del arte una cuestión comercial”, cuando el teatro debería ser todo un ejemplo de libertad y libre expresión que “sirva para modificar algo en la sociedad”, concluyó.
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