Lomas de Zamora, julio 19 (AUNO).– Un grupo de vecinos de Sixto Fernández al 300, en el centro lomense, denuncian que el avance inmobiliario en la zona, a partir del boom gastronómico de Las Lomitas, “destruye el barrio” y perjudica su “calidad de vida”. Desde el Ejecutivo local, en tanto, les respondieron que se trata del “progreso” y aseguraron que todas las obras se realizan dentro del marco legal.
El grupo se autodenomina “Sixto, la Frontera” porque de un lado de la calle es una zona residencial de baja densidad que, según la zonificación de Lomas de Zamora, “limita el establecimiento de actividades comerciales que generen molestias o perjuicios a los vecinos”, mientras que de la vereda del frente es una zona comercial.
Ahora el reclamo llegó a su punto más alto a partir de los avances en el proyecto inmobiliario “Lomitas Street”, un paseo con una torre de 20 pisos, más de 50 locales comerciales y restaurantes, que pretende tener una salida sobre la calle Sixto Fernández.
Dos vecinas indicaron a AUNO que desde hace una década comenzó la “destrucción” de la identidad del barrio. “Arrasaron con la arboleda pública, demolieron casas, comenzaron a desaparecer pulmones de manzana y se perdió la privacidad —dado que estamos rodeados de ventanas de las torres cercanas—. Perdimos también la posibilidad de disfrutar los aromas de las plantas, ahora hay olor a frito y de parrillas humeantes, que inicia a la mañana temprano hasta la madrugada”, expresaron las mujeres indignadas.
Los vecinos denunciaron por redes sociales que se lleva a cabo “la destrucción de un barrio” y aseguran que se sienten “expulsados” del lugar en el que viven, por las pocas posibilidades que tienen para intervenir en este momento. “Les pedimos a los concejales que intercedan y que prime nuestro derecho a preservar y a proteger nuestro barrio”, señalaron.
¿Progreso o destrucción?
Según indicaron, desde hace cuatro años presentan notas en la Municipalidad de Lomas de Zamora, firmadas por casi la totalidad de los vecinos de la cuadra, para advertir a las autoridades sobre la “destrucción del barrio”.
“Pusimos en conocimiento que nuestras veredas amanecían orinadas, con basura; que observábamos gente desnuda en la calle, que se escuchan gritos por las noches, peleas; que hay cuidadores de autos observando nuestras rutinas, presencia de roedores, fuertes olores”, enumeraron los vecinos consultados.
Agregaron, en ese sentido, que con el paso del tiempo, las edificaciones crecieron a pasos agigantados y fue “cada vez peor”, por lo que comenzaron a pedir reuniones con funcionarios municipales y concejales. En todas las reuniones, relataron, desde el Ejecutivo les manifestaron que todo esto era “parte del progreso” y que no deberían “oponerse”. Además, les aseguraron que están trabajando dentro de lo que establece la ley y no tienen motivos para intervenir.
“Los vecinos entendemos que las ciudades crecen y no nos oponemos a ello siempre y cuando ese progreso se encauce dentro de una consciente planificación urbana sustentable, de orden, de respeto, de armonía y sin perjuicio de nuestros derechos”, sentenciaron.
AUNO-19-07-18
FMS-SAM
