Lomas de Zamora, marzo 9 (AUNO).- Un policía, más un amigo y dos compañeras de Fátima Catán, la joven que murió en 2010 con el 85 por ciento de su cuerpo quemado, declararon ante la Justicia que la ex pareja de la víctima y único acusado por el crimen, Martín Santillán, no solamente celaba y hostigaba a la joven sino que también le había pegado. Un día les contó que había tenido una discusión por los celos y que, en un forcejeo, él la llevó hasta la ducha y le golpeó la cara contra las canillas.
En la segunda semana de debate en el juicio por el femicidio contra la joven que vivía en Fiorito, Lomas de Zamora, nuevas declaraciones testimoniales aportaron más detalles sobre la relación que ella tenía con Santillán, imputado desde agosto de 2010 por “homicidio en contexto con la ley de violencia familiar”.
La primera en testificar fue Soledad González, quien conoció a Fátima en el boliche en el que trabajaban de bartenders y donde entablaron una estrecha amistad. “La conocí cuando tenía 17 años. Nos veíamos los fines de semana cuando trabajábamos, pero con el tiempo nos hicimos muy amigas”.
Las charlas de noche y entre cocteleras que comenzaron detrás de la barra del boliche Poupee fueron convirtiéndose en tardes de mate en la casa de Fátima. “Nos contó que estaba de novia con Santillán, que se conocían desde chicos y que ella estaba muy enamorada de él. Lo conocimos un día que fue a buscarla y lo vimos un par de veces más cuando iba ahí a bailar con ella.”
Soledad destacó ante el tribunal que su amiga era una chica muy alegre, muy sociable, que le gustaba mucho su trabajo y estar siempre arreglada. Sin embargo, tanto ella como sus compañeros de trabajo notaban cambios en Fátima cuando Santillán estaba cerca: “Parecía que se apagaba. Estaba más con él que con nosotros, como para que no se enojara. En horas de trabajo, nos contaba que era muy celoso, que no la dejaba usar polleras ni maquillarse”.
También declaró que una vez Fátima llegó llorando al trabajo, con los ojos “muy hinchados” y que tenía moretones en su rostro. Después de mucho insistirle, les contó que había tenido una discusión con Martín por los celos y que, en un forcejeo, él la llevó hasta la ducha y le golpeó la cara contra las canillas. Al poco tiempo, Fátima se separó y se fue a la casa de sus padres. “Nosotros le aconsejamos varias veces que lo dejara, que se separe, pero ella esperaba a que el cambie: ‘ya va a cambiar, ya se le va a pasar’”.
Cuando Fátima renunció al trabajo, ellas siguieron en contacto. “Ella contaba que las cosas con Martín estaban mucho mejor, que ya no tenían tantos días malos, que ya no discutían tanto, pero nosotros sabíamos que los celos siempre estaban de trasfondo.” También sostuvo que la primera vez que vieron a Fátima golpeada supieron que no se trataba de “un golpe común”.
“LO DENUNCIÓ EN LA COMISARÍA”
Horacio Videla es policía en la comisaría quinta de Lomas, en Villa Fiorito y atestiguó en el juicio que había visto golpeada a la joven cuando ella fue personalmente a hacer la denuncia por violencia familiar a esa dependencia policial. Es decir que, según Videla, Santillán llegó al juicio con al menos una denuncia por violencia en su contra.
“Vino a la Comisaría y vi que (Fátima) tenía el brazo y la cara golpeados. Le tomé la denuncia y le aconsejé que si tenía un lugar a donde irse, que no lo dudara y se fuera.” El 18 de agosto, cuando Fátima fue ingresada al Hospital Evita con el 85 de su cuerpo quemado, Videla fue a tomarle declaración a Santillán para ver qué había pasado. Él dijo que “a raíz de una discusión, ella se había rociado con alcohol”. Sin embargo, Videla se mostró escéptico: “Nunca le creí. Si alguien se está quemando, cuando lo vas a socorrer te vas a quemar vos también, pero a él nunca le vi una quemadura que indicara que había ayudado a Fátima”.
El policía también contó ante los jueces que el 18 de agosto de 2010, cuando ingresó junto con unos peritos a la vivienda que la pareja compartía, le llamó la atención que “varios electrodomésticos estaban arrancados” y que “había una cámara de seguridad adentro de la casa”.
“NO PODÉS ESTAR CON UN HOMBRE QUE TE LEVANTA LA MANO”
El tribunal también escuchó el breve testimonio de Nicanor Reynoso, un amigo de la familia Catán, que atestiguó que él fue quien la ayudó a Fátima a mudarse a la casa de sus padres la vez que se separó de Santillán. “Yo le ayudé a llevar las cosas desde su casa en Murature hasta la casa de sus padres. En el trayecto me contó que se separó y que era porque Santillán le pegaba. Yo le aconsejé que se separara porque no podía estar con un hombre que le levantara la mano. Cuando se separó, estaba muy convencida de querer hacerlo”.
Otra compañera de trabajo y amiga de Fátima, Sandra, fue quien la ayudó ese día junto a Nicanor a trasladar sus pertenencias. También expresó ante los jueces que la había visto golpeada en el trabajo y señaló la personalidad “celosa” de Santillán.
Esta semana, si la fiscalía logra contactar a la pareja que vivía delante de la casa de Fátima y Santillán, podrían sumarse dos testigos clave que continuarían con el lineamiento de la acusación que pesa sobre el imputado.
MP-AFD
AUNO-09-03-15
Nicol dice:
Justamente si estos dos se presentan, se les cae la pantomima que armaron.
“La conocí cuando tenía 17 años. Nos veíamos los fines de semana cuando trabajábamos, pero con el tiempo nos hicimos muy amigas”. La flaca solo la vía en el trabajo, que clase de «amiga» es?
Sinceramente no se en que juicio estuviste, porque la familia es la que dice que renunció, pero los compañeros de trabajo dieron que la echaron. Hay una diferencia en esto no te parece?
Si vos sos periodista, reace la carrera… Entendiste cualquier cosa, o vendes humo como todas las subsidiadas que se presentan para hacer lugar, porque familia no va nadie. Tristísimo.
Debería darte vergüenza querida.