Especialistas en infectología recomiendan vacunar contra la gripe en otoño a las personas incluidas en los grupos de riesgo –niños de seis meses a cinco años, ancianos y pacientes con enfermedades cardiorrespiratorias e inmunodeprimidos, entre otros—, para poder afrontar con una mayor cantidad de anticuerpos al denominado virus de la “influenza”. La vacuna tarda entre 10 y 14 días en brindar inmunidad contra estos microorganismos que tienen su pico de circulación durante el invierno.
El Ministerio de Salud compró recientemente un millón de dosis —un 120 por ciento más que en años anteriores— que serán destinadas a personas que no cuentan con ningún tipo de cobertura y están incluidas en los grupos de riesgo. Las vacunas estarán en los más de 1100 centros de atención primaria y 250 hospitales del país.
El presidente de la Fundación Centro de Estudios Infectológicos (FUNCEI), Daniel Stamboulian, explicó que “el virus de la gripe prolifera durante el invierno, y la vacuna tarda entre 10 y 14 días en brindar inmunidad contra estos microorganismos. Por eso, lo ideal es recibir la inmunización durante el otoño”.
La enfermedad afecta a entre el 5 y el 20 por ciento de la población mundial y se hace presente hasta después del tercer día del contagio. El virus de la “influenza” se transmite al inhalar microgotas de saliva que despiden las personas infectadas al estornudar o al toser.
La gripe obliga a quienes contraen el virus a pasar una semana en cama con dolor, fiebre y estornudos, pero en los grupos más vulnerables (reconocidos como los “grupos de riesgo”) puede representar “serias consecuencias e, incluso, la muerte”.
Según las recomendaciones internacionales más recientes, los grupos de riesgo están integrados por los mayores de 50 años; los pacientes con enfermedades renales, cardíacas, pulmonares, metabólicas (diabetes y otras); los inmunosuprimidos (en particular personas con VIH); niños entre 6 meses y cinco años; embarazadas; los que reciben aspirinas en forma crónica; aquellos que tienen o cuidan bebés menores de 6 meses; el personal de la salud y quienes conviven con personas que pertenecen a alguno de estos los grupos.
Los especialistas destacaron que el “reservorio” más importante de la gripe “son los niños, que son los que dispersan el virus en la comunidad junto con los individuos enfermos”.
Por esta razón, el jefe del Departamento de Medicina del Hospital de Niños “Ricardo Gutiérrez” y asesor médico de la Fundación Argentina de Infectología Pediátrica (FAIP), Eduardo López, recomienda “la vacunación antigripal como la mejor medida de prevención. En especial, aquellos niños que están dentro de los grupos de riesgo tienen que recibirla todos los años y hacerlo durante los meses otoñales para estar protegidos durante el invierno, que es el pico de la circulación del virus”
La eficacia de la vacuna para prevenir la enfermedad puede alcanzar hasta el 90 por ciento, mientras que en el caso puntual de los mayores de 65 años, previene “entre el 30 y el 70 por ciento de las internaciones por neumonía e influenza”.
Asimismo, entre quienes viven en comunidades cerradas, como centros de cuidados prolongados y hogares de ancianos, “disminuye 50 a 60 por ciento el riesgo de internaciones por neumonía y 80 por ciento el riesgo de muerte”.
NSG-EV