Reclaman al gobierno que promueva el desarrollo de energías limpias

Tras la entrada en vigor del Protocolo de Kioto, la organización ambientalista Greenpeace Argentina pide que el país invierta en fuentes de energía renovable, como la solar y la eólica. El acuerdo internacional no obliga a la Argentina a cumplir con metas de reducción de emisiones contaminantes.

(AUNO) La Argentina no está obligada por el Protocolo de Kyoto, que entró en vigencia esta semana, a reducir las emisiones de gases que producen el denominado efecto invernadero. Pese a eso, la organización ambientalista Greenpeace le reclamó al gobierno que adopte un plan de desarrollo de energías renovables y limpias, como la solar y la eólica, y deje de lado paulatinamente la explotación de petróleo, gas y energía nuclear.

“En este nuevo contexto, Argentina debe iniciar un proceso de transformación de su matriz energética: es necesaria una política firme de desarrollo de energías renovables”, enfatizó el director de Campañas de Greenpeace Argentina, Juan Carlos Villalonga.

El protocolo de Kioto, suscripto por141 países, entre ellos, la Argentina, establece una meta de reducción del 5,2 por ciento de las emisiones de los países industrializados para el período 2008-2012, en relación con las marcas registradas en 1990. Entró en vigencia el miércoles 16 de febrero, noventa días después de que lo ratificara Rusia, con lo cual las emisiones de países adherentes supera el 55 por ciento del total que se registra en el mundo, cifra necesaria para su entrada en vigor.

El tratado obliga legalmente a 35 países industrializados (entre ellos, Japón, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Canadá y Rusia, entre otros) a reducir las emisiones de gases que provocan el calentamiento del planeta: dióxido de carbono, metano, oxido nitroso, hidrofluorocarbonos). Los grandes ausentes del acuerdo son Estados Unidos y Australia: no lo ratificaron porque, según sus autoridades, los límites que impone comprometerían su desarrollo industrial.

La Argentina, con el 0,6 por ciento del total de las emisiones, no está obligada a cumplir las metas cuantitativas fijadas por el protocolo. Pero su condición de país adherente hace que deba comprometerse con la reducción de emisiones o, al menos, con su no incremento.
“Hoy el gobierno argentino solo piensa en proyectos energéticos basados en fuentes fósiles y centrales nucleares, un grave error que es contradictorio con el objetivo del Protocolo de Kioto”, observó Villalonga.
Para el dirigente ambientalista, la entrada en vigencia del acuerdo internacional constituyen “un avance sin precedentes en la adopción de compromisos gubernamentales para detener el avance del calentamiento global, un fenómeno que está poniendo en riesgo a millones de personas en todo el mundo”.

Para Greenpeace, este debe ser el primer paso en el inicio de una nueva era energética que implique el abandono progresivo de los combustibles fósiles, principales causantes derl calentamiento global, y su reemplazo por fuentes renovables. “Para detener el cambio climático debemos invertir en fuentes de energía seguras y limpias “#8220;afirmó Villalonga-. El gobierno nacional podría iniciar una revolución energética a nivel regional si pusiera en marcha el enorme potencial dé energía eólica del que disponemos y dejara de subsidiar al lobby nuclear y de promover energías sucias como los combustibles fósiles”.
AUNO 17-02-05

Dejar una respuesta