(AUNO*)En la década pasada el PET comenzó a utilizarse masivamente. La ausencia de cementantes y una de sus propiedades más distintivas como es la barrera de gases, le otorgó gran difusión como envase de bebidas gaseosas, sifones y posteriormente otros productos como aceites, mayonesas, y cosméticos. Pero no sólo estas propiedades influyeron en esta elección de los industriales y el público consumidor. Su escaso peso en relación al del producto adquirido, aproximadamente 50 veces menos que el líquido contenido y fundamentalmente la seguridad de los usuarios ante una eventual rotura, fueron factores determinantes para la generalización de su uso.
Desde el punto de vista ambiental, según ARPET, es la resina que presenta mayores aptitudes para el reciclado. El principal destino de esta materia prima posconsumo es la fabricación de fibras textiles, que se utilizan en la confección de alfombras, cuerdas, cepillos y escobas, sunchos, telas para prendas de vestir como el “polar”, calzados, o camisetas.
Además, el PET es el material de packaging de mayor reciclado y varios millones de toneladas se reutilizan en productos de valor agregado.
Alrededor de un 75 por ciento del PET recuperado se usa para hacer fibras de alfombras, ropa y geotextiles. La mayor parte del 25 por ciento remanente es extruido en hojas para termoformado, inyectado/soplado (stretch blow-molded) en envases para productos no alimenticios, o compuesto para aplicaciones de moldeo.
El PET también puede ser depolimerizado a través de metanólisis o glicólisis. Dichos procesos someten al PET a una reacción química que lo reduce a sus monómeros o a sus materias primas originales. El resultante luego es purificado o vuelto a reaccionar, dando un nuevo PET que puede usarse para envases de alimentos.
La incineración con recuperación energética, es otra de las maneras en que se puede recuperar este material. Un gramo de PET libera una energía de 22,075 Btu/g similares a las que tienen otros combustibles derivados del petróleo.
Los materiales de packaging de PET representan, aproximadamente, sólo el 0,3 por ciento del total de los residuos sólidos urbanos y los esfuerzos en todo el mundo siguen siendo para reducir la cantidad de envases de PET que se depositan en los rellenos sanitarios.
Aunque los envases de PET no se descomponen, no contienen componentes nocivos que podrían lixiviar en las aguas subterráneas.
AUNO 1-4-03 DC mar
(*Agencia Universitaria de Noticias y Opinión)
Universidad Nacional de Lomas de Zamora